A inicios del 2022, se registraron denuncias por parte de cadetes sobre presuntas torturas en la Academil «Francisco Solano López», con algunos de ellos que llegaron a ser hospitalizados. Esto motivó el inicio de una investigación por parte del Mecanismo de Prevención de la Tortura, cuyos representantes llegaron hasta las autoridades de la Academil.
Este informe también será visibilizado ante integrantes del Congreso y el Ministerio Público, no solo respecto a los hallazgos sino a las recomendaciones realizadas a cada institución, que tienen la responsabilidad de velar porque se respeten los derechos de los estudiantes que pasan por la academia militar.
El documento fue elaborado entre abril y junio de este año, según explicó en contacto con Latitud25, Orlando Castillo, comisionado del Mecanismo Nacional de Prevención, uno de los encargados de la redacción del material.
Comentó que la información recabada fue procesada con métodos numéricos y cualitativos, a través de herramientas informáticas y softwares de paquetes estadísticos destinados a las ciencias sociales.
El compilado se divide en tres partes, primero, enuncia las leyes y los artículos de la Constitución Nacional así como convenciones que enmarcan los derechos humanos y la prohibición de las torturas, así como la manera las reglas internas en la academia.
Posteriormente, aborda el caso del cadete Alcides Ariel Mancuello (21), quien había sido hospitalizado tras supuestamente haber caído de un árbol. Finalmente, recoge las respuestas de varias entrevistas sobre los distintos tipos de tortura.
La hora 25 y la falta de comunicación
La hora 25, es un espacio de tiempo, de entre las 00:00 y las 04:00, que tienen los cadetes para hacer actividades personales, como lavar ropa, preparar sus cosas, planchar o hacer sus necesidades fisiológicas, aunque «normalmente se tiene que pedir permiso para las necesidades fisiológicas».
«Durante las entrevistas, uno de los entrevistados manifestó que «entrar al baño durante la presencia de un cadete de 4° año es regalarse. Acá en la academia hay que ser comando, tener una botella para hacer pipí y a la noche, cuando no está nadie en el baño te vas a tirar», señala el informe en base a los testimonios recabados.
Al ser consultado, el comandante de la Academia, César Caballero, si tenía conocimiento sobre los castigos denunciados, de la denominada hora 25, refirió que la hora 25 es un espacio de tiempo que tienen los y las cadetes para realizar sus actividades, pero que a veces, los más antiguos utilizan para «cobrar las faltas» en las cuales incurrieron los menos antiguos o cadetes de años inferiores.
Afirma que «La hora 25 siempre existió, solo que se hacía media hora o una hora como máximo; lo que pasó acá es que se fue de las manos de Ios cadetes, y se mandaron hacer ejercicios hasta las 3:00 o 4:00 de la mañana, que nosotros no nos enteramos. EI problema de la hora 25 es que se abusó de ella; y les afectó mucho a los y las cadetes», agrega.
Por otra parte, en cuando al aislamiento de los estudiantes, el documento recuerda que en los primeros meses de ingreso a la Academil se da un proceso de desconexión con el exterior.
«La restricción de visitas en la primera etapa, así como la suspensión de salidas y la prohibición de utilización de celulares en la Academia, va creando un muro invisible entre los y las cadetes y la sociedad, por lo que se van normalizando las ausencias.
«Pero la medida ha facilitado la falta de registros de datos, fotográficos de lesiones o la no comunicación pronta de los cadetes afectados por malos tratos o torturas con el mundo exterior en busca de ayuda, denunciando el hecho», subraya.
El sistema interno de la Academil
El resumen explica que las agrupaciones de cadetes no tienen la libertad de moverse de manera individual y libre durante la jornada, es decir, todo el comportamiento se enmarca en rutinas, y horarios reglados. Estas actividades se hacen de manera colectiva.
Incluso diligencias personales como irse al baño, comer o dormir están limitadas por un horario. Refiere además que el ‘oficial de semana’ está permanentemente con el grupo y vigila todos estos movimientos con el deber de impedir el «desvío individualista».
Entonces, con relación a la hora 25, se pueden conjeturar dos hipótesis: 1) Que los oficiales lo sepan, vean y autoricen esos «excesos» o, 2) Que los oficiales de semana, en realidad y en la práctica, van a dormir a otro lado.
Además refiere que la formación académica se realiza en la mañana de 9:00 a 11:30 h y a la tarde de 14:00 a 16:00 h, destinando solamente cuatro horas y media a la formación teórica general y especifica de los y las alumnos/as de la Academia.
«La rutina es tan intensa, que ellos se duermen durante las clases, y se desaprovecha su formación que es lo mas importante y el motivo por el cual van a la Academia: salir como oficiales profesionales», puntualiza.
Sobre las prácticas violentas
En el material, en primer momento, se habla de que existen castigos a faltas leves, medias y graves, sin embargo, resalta las prohibiciones de torturas. En ese contexto, en las entrevistas realizadas, en el marco de este informe, se mencionan varias prácticas que sobrepasan lo estipulado en las normativas.
En relación al relato de los tipos de castigos, son diversos. Inclusive tienen nombres; por ejemplo, uno de los castigos es llamado «desesperación del infante», que consiste en envolver la cabeza con una toalla mojada, más un hule que se utiliza cubriendo la cabeza para generar asfixia, luego se sujetan las manos, se colocan unos palitos entre los dedos y se aprietan las manos cruzadas.
Las personas consultadas consideran a esa modalidad de castigo como una de las peores al igual que los llamados ‘kuã jopy (presión en la mano)’ y ‘pysã jopy (presión en el pie)’, que consiste en colocar unos palitos en medio de los dedos de los pies o de las manos y luego presionar para producir dolor.
Otro de los castigos frecuentes es el trípode, que es una práctica común, en la que la persona se coloca en una posición en la cual su cuerpo se sostiene con la cabeza y piernas, y le dejan por horas en esa postura. Esto puede generar desde calambre hasta dolor de cabeza y otras molestias.
«Te pueden hacer miles de cosas, meten tu cabeza en la batea o en el inodoro y golpean en el cuello (…) Son muy excesivos los castigos y no guardan relación con lo que hiciste», resaltan.
También refieren que cuando vas a la sanidad de la Academil por alguna lesión «te hacen de menos, te discriminan y te tratan mal, te dicen que no servís para ser militar».
Conclusiones del estudio
A partir de todos los elementos recolectados y expuestos en el presente informe, el Mecanismo Nacional de Prevención contra la Tortura llega a la conclusión que en la Academia Militar «Francisco Solano López» se registra un cuadro de situación de prácticas generalizadas de torturas y malos tratos del que son victimas los y las cadetes del primer al tercer año de la institución.
Las coincidencias de los y las informantes -cuyos testimonies permanecerán protegidos bajo clausula de protección y confidencialidad conforme a la Ley N 0 4288/2010- son claras al respecto de los números de personas que fueron castigadas mediante métodos de tortura como el trípode.
Hay recomendaciones no solo para la Academil, sino además para el Congreso Nacional y el Ministerio Público.
Hay compromisos de mejora
Los comisionados del Mecanismo Nacional de Prevención de Tortura: Sonia Von Lepel Acosta,
Jose Antonio Galeano y Orlando Castillo se reunieron con el comandante de la Academil, César Caballero, además del cuerpo docente y otros miembros de las Fuerzas Armadas.
«Les bajamos las recomendaciones y les dimos a conocer los tipos de castigos, les señalamos lo que aplica. Fuimos detallando los tipos de maltratos que se realizan, para demostrarles que están pasando cosas y que ellos vean los mecanismos de control», comentó Orlando Castillo.
Resaltó que hubo una apertura importante en esta ocasión, desde el primer momento, cuando abrieron las puertas de la institución para dejarles investigar y segundo, cuando convocaron a todos para que escuchen las recomendaciones.
Castillo dijo que ahora están aplicando un sistema de guardias para evitar espacios sin control y que los cadetes mayores torturen a otros cadetes menores. Asimismo, sostuvo que están viendo para instalar más cámaras, además de ver la posibilidad de ampliar el tiempo de guardado de imágenes.
Agregó además que están preparando un informe para mostrar cómo están asumiendo de manera institucional.
«Yo vivo de trabajar en instituciones militares desde los 90 y antes nadie podía entrar en una institución militar, era impensable hacer algo como esto. No fue necesario pelear por el ingreso. Es bueno valorar que se abra hoy y trabajar en cambios profundos», reconoció.
Asimismo, afirmó que van a realizar un seguimiento, ya que desde la Academia dijeron que están elaborando un informe de respuesta.
«Vamos a empezar una relación de intercambio. Estamos conversando para que los instructores no sean solo militares sino que sean civiles en la capacitación de Derechos Humanos dentro de la academia», acotó.
Finalmente, dijo que en estos días estarán coordinando con la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados para hacer una audiencia pública y explicar los cambios aconsejados en el marco legislativo.