Expectativas, frustración, prueba y error. Un círculo de nunca acabar que inicia cada año y que se siente con más fuerza en todos los eneros. Por más agradables que sean las vacaciones, que te ayudan a olvidar los dramas del mundo real, la caída estrepitosa a tu día a día te despierta y te das cuenta que alguien tiene que laburar para pagar las cuentas, porque éstas no se pagan solas, lamentablemente.
Planificar el año no es tan fácil, porque no todos tienen el panorama tan claro y certero, al atravesar ¿la recta final? de una pandemia que azotó al mundo entero. Por eso, en Latitud25 consultamos cómo atraviesan algunas personas este proceso y qué es lo más recomendable.
“En cada inicio de año hago un listado de las cosas que quiero hacer, no importa si no cumplo con las metas, son más bien un recordatorio de lo que quiero hacer. Y cuando cumplo con algo, lo marco como: ‘hecho’. O sea, son mi recordatorio escrito y me sirven de motivación”, cuenta Paola (31), una lectora consultada en esta nota.
Después de ese relato, señala que lo que le da ansiedad normalmente es cuando termina un año, pero hay que resaltar que ese sentimiento no es al azar. Según especialistas en salud mental, esa angustia se da por el temor que muchas veces desconocemos, que guarda relación con el inicio de ciclos o actividades, o en este caso, empezar un año nuevo.
Para Daniel (36), lo más difícil es asimilar que no todo a uno le sale como desea y planea, por eso es tan cuidadoso con las cosas que quiere lograr y que las tiene en mente, pero que no siempre se pueden planificar. Esto, según comenta, se trata de entender de que no todo depende de uno.
“Hay factores externos que escapan a las posibilidades de la persona, y si uno no tiene en cuenta eso, cree que las cosas no salen porque no se esforzó lo suficiente. Es bueno planificar, pero más importante es hacer todo lo que está al alcance”, cuenta el diseñador gráfico que trabaja a modo freelance desde que inició la pandemia.
Sin embargo, muchas personas no tienen idea de qué hacer primero, porque tampoco saben hacia dónde ir: ¿Cómo voy a empezar, si no sé ni siquiera qué metas quiero alcanzar? ¿Realmente este año voy a poder o va a ser otro más en el que no voy a avanzar con mis objetivos? Son algunas de las dudas que tenemos en algunas ocasiones.
Entonces, si sentís que querés avanzar, pero no sabés cómo ni qué querés hacer, te contamos que no sos la única persona a la que le pasa esto y te ofrecemos una guía para poder dar el primer paso.
¿Por qué es tan difícil empezar?
Desesperanza
Según la evidencia en suicidología, la vulnerabilidad para cometer un suicidio suele estar vinculada a la desesperanza que acompaña el inicio del año, o nuevas etapas, según el siquiatra Aldo Castiglioni, presidente de la Sociedad Paraguaya de Suicidología.
El especialista, explicó que esto guarda estrecha relación con el bajón de los domingos por la tarde, ya que se trata más bien de la ansiedad o desesperanza que genera que esté llegando el lunes.
“Yo creo que todos los inicios son etapas, son momentos en que la mayoría de los seres humanos siente una presión, por eso estadísticamente los suicidios ocurren a fines de diciembre, porque las personas hacen una evaluación de su año”, agregó por su parte, la Dra. en Sicología, Teresa Galeano.
Falta de claridad
Galeano comenta que en este enero (segundo enero en pandemia) lo que pudo ver en el consultorio es que hay mucha gente que no sabe hacia dónde está yendo, que tiene ganas de ponerse un objetivo pero no tiene idea de hacia dónde va a apuntar sus metas.
“Hay también personas que vienen con bloqueos desde que empezó en la pandemia”, reconoció.
“Ahí hay que empezar a trabajar con los objetivos, es empezar a desbloquear, y ver qué es lo que quiero de acá a cinco o 10 años”, aseveró.
Esto es importante mencionar, porque muchas veces cuando uno tiene un problema o un bloqueo, siente que todo el mundo está avanzando –porque es una idea que te venden las redes sociales–, pero no es así. Si averigüás un poco, vas a darte cuenta de que más de una persona está pasando por lo mismo.
¿Entonces qué hago para empezar una nueva etapa?
La Dra. Galeano habló de un método que aplica normalmente con sus pacientes:
📄 Metas ideales. Primero, deben establecer cuáles son sus metas ideales, para eso se usa mucho una técnica llamada “La rueda de la vida”, que consiste en dividir en pedazos un circulo y poner cuáles son las diferentes aspectos de tu vida en los que querés hacer un cambio, o avanzar hacia un objetivo determinado. Es decir, podés empezar por los grandes rasgos, por los ideales.
Las personas tienen que definir cuáles son los objetivos emocionales, laborales o académicos. “Les pido objetivos muy amplios, que es solo lo que quieren lograr”, resaltó.
📊 Objetivos más concretos. Una vez que ya identificaste lo que querés en la vida, es necesario bajar un poco más a la realidad, ver en cuánto tiempo quiero lograr mi meta y qué pasos tengo que dar para llegar a ellas.
✅ Objetivos palanca. Son aquellos que se basan en una rutina que se debe aplicar para alcanzar lo resuelto, es decir, qué puedo hacer en mi día a día, esos pequeños pasos para ir hacia mi objetivo. Por ejemplo, si voy a hacer un emprendimiento de dulces, a partir de ahora, por ejemplo, todos los lunes, miércoles y viernes voy a ponerme a trabajar durante una hora y media en ese emprendimiento.
La sicóloga resaltó que estos últimos objetivos deben ser específicos, medibles y aplicables, es decir, que uno pueda cumplir. También tienen que ser relevantes, para generar entusiasmo en quienes desean concretarlos y que sientan que están haciendo algo importante.
La frustración que generan las redes
La especialista consideró que esta generación tiene más exigencias o más presión, que las generaciones de los padres o los abuelos, que normalmente tenían como cuatro a cinco metas: casarse, tener hijos, buen trabajo y dejarles alguna herencia a los hijos, por dar algún ejemplo.
Reconoció que la inmediatez de las redes sociales da cierta presión a las personas a cumplir grandes objetivos a muy corto plazo y quizás aumenta la frustración al momento de no alcanzar ciertas metas, para poder mostrar o publicar que sí están teniendo un avance.
“Yo creo que eso es parte de esta generación”, subrayó.
En ese punto, manifestó que si no pude lograr alguna de mis metas, o no estoy avanzando, necesito ver qué me pasó, por qué no hice, cuál es el obstáculo y ver si hay alguna conducta o ajuste que necesito hacer para llegar a mi objetivo o si lo necesario, es cambiar el objetivo.
“Lo más importante, recuerda es ser amable y flexible contigo mismo y celebrar cualquier progreso en el camino. No es solo el objetivo final lo que importa, es el viaje a lo largo del camino”, señala la revista especializada en salud mental, Verywellmind en el artículo ‘10 Great Tips for Keeping Your Resolutions This Year‘.
