Durante los últimos años post pandemia, los episodios de ansiedad que podrían derivar en ataques de ira que tienen como protagonistas a jóvenes y adultos, se volvieron un fenómeno recurrente. En este sentido, no pasa inadvertido que el incremento de la ocurrencia de estos hechos, también se de en niños y adolescentes.
Por eso, algunos especialistas de la educación y la pedagogía, recomiendan comenzar a enseñar la gestión de las emociones en escuelas y colegios, de modo a que, en base a esta realidad, los niños y niñas crezcan más conscientes de lo que comprenden sus emociones y cómo poder manejarlas.
Estos arranques de ira o frustración se manifiestan de varias maneras, en algunos casos son simples rasgos de la conducta de niños y adolescentes, pero en otros, se traduce en conductas que afectan la integridad del entorno.
En mayo pasado, el trágico asesinato de una directora de escuela, en la ciudad de Independencia – Guairá, conmocionó a todo el país por las características del hecho, pero sobre todo, las del asesino de 16 años. El Ministerio de Educación se vio obligado a improvisar mayores medidas de seguridad, lo que evidenció la falta de previsión y de preparación de las autoridades en esta materia.
Según los datos de la Dirección General de Estadísticas (INE), de entre todos los indicadores de vulnerabilidad de la salud mental, el que presentó mayor incidencia en Paraguay fue el de ansiedad, nerviosismo o preocupación.
La docente y especialista en psicología clínica, Norma Suárez, explicó en una entrevista con Latitud 25 que la salud mental es un factor fundamental que las personas no pueden descuidar, pero que lastimosamente en muchos casos no se toma con la importancia necesaria por diversos factores o motivos, pese a que tiene directa incidencia en los ataques de ira e intolerancia.
“La conducta es parte de la personalidad, todos tenemos un cierto grado de ira a desarrollar porque se encuentra entre los sentimientos. En cuanto a la recurrencia, es mucho más visible hoy en día y es evidente que va en aumento”, mencionó la profesional.
Sostuvo que la atención a los niños en la infancia es primordial para que tengan un buen desarrollo y sobre todo que la ansiedad desarrollada sea “moderada” o “justificada” y no sea a consecuencia de la vulnerabilidad o la exposición a diferentes situaciones que se dan en esta etapa de la vida.
La psicóloga indicó que actualmente se vive en una “sociedad de marketing” y a la vez tiene directa incidencia en la formación o educación de los niños.
«Deben aprender y sobre todo entender un -no se puede-«, dice la especialista, atendiendo a que estas limitaciones al comportamiento puede ayudar a evitar los ataques de ira, las frustraciones, la intolerancia e incluso la violencia verbal y física.
Internet en vez de la lectura
La psicóloga indicó también que la necesidad de inmediatez, ese sentimiento de querer todo en el momento, se puede combatir a través de ciertas responsabilidades que se pueden otorgar a los niños.
Practicar la espera, la paciencia y apostar nuevamente al hábito de la lectura, que en los últimos tiempos fue reemplazado o desplazado por internet, son mecanismos efectivos para que los niños aprendan a aburrirse y así poder buscar, ellos mismos, su fuente de creatividad.
“La pérdida de la lectura para realizar una investigación se ha cambiado por los informes de páginas de internet, esto hace que le facilite presentar un trabajo y no elaborar”, agregó.
La paciencia, parte de la conducta
Los padres jóvenes han adoptado la costumbre de dar un teléfono a su niño o niña ante un episodio de berrinche, como la medida más efectiva e inmediata para desactivar la tensión. Pero este simple gesto, puede agudizar rasgos claves del comportamiento del niño, como es la incapacidad a esperar, a no tener paciencia para conseguir lo que se busca o llegar a la meta.
La especialista en psicología infantil, Andrea Ruiz Díaz, argumentó que la frustración en niños es muy común en la actualidad, pero son factores que los padres deben saber combatir como cabeza de hogar, sobre todo que los más pequeños sepan aceptar un “no” y que no todas las veces se puede conseguir lo que uno pretende.
“La frustración en niños es muy común hoy en día, es común ver a niños desde muy pequeños hacer berrinches por cualquier negación de los mayores. El término NO, es hoy en día el peor término para los niños”, agregó la psicóloga.
La tecnología, de no ser utilizada correctamente, podría ser un catalizador de este tipo de conductas en niños y adolescentes, ya que la dependencia a las pantallas es un fenómeno que también está siendo estudiado con detenimiento, ante la cantidad de horas que se pasan frente a ellas.
Añadió que la intolerancia al fracaso solo se puede enfrentar no llegando a eso y desde el primer momento de ser padres, además de que el niño debe aprender que la paciencia debe ser parte de la conducta y que no siempre se puede obtener todo a corto plazo.
Mencionó que los padres deben saber decir “no” a los niños, pero que en este aspecto muchas veces es fundamental la buena educación de los progenitores para que los pequeños aprendan a saber sobrellevar las frustraciones, incluso cuando sean mayores de edad.
Políticas públicas
De acuerdo a un informe publicado por la Dirección de Vigilancia de la Salud, en Paraguay es fundamental incluir a la salud mental como un tema transversal en el diseño y formulación de políticas públicas en todas las áreas, con una visión más humana y social.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el gasto destinado a la salud mental en los países de la región representaba en promedio solo el 2% de su presupuesto de salud, mayoritariamente centrado en el funcionamiento de hospitales psiquiátricos y con un limitado enfoque en iniciativas de prevención.