Paraguay es un país conocido por sus recursos naturales; sus acuíferos y sus bosques. Sin embargo, la tala indiscriminada de árboles, el avance de la ganadería y la expansión de cultivos como la soja, han contribuido a la deforestación de sus bosques.
Por ejemplo, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en la región Oriental son prácticamente inexistentes en la actualidad. Según la bióloga, investigadora y docente de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Andrea Weiler, hemos perdido el 95% del Bosque Atlántico.
En ese contexto, apuntó que es necesario apostar fuertemente por la conservación, algo de lo que también se beneficia el negocio ganadero. Al respecto, comentó que está terminando un estudio, en el Chaco, que demuestra que es posible conservar la biodiversidad en los establecimientos ganaderos, gracias al 25% de matrices boscosas.
“No es suficiente que el sistema ganadero sea amigable con la naturaleza por sí solo; se necesitan estas matrices boscosas para que esto pueda ocurrir”, subrayó.
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¿Por qué los mercados verdes son una opción?
La bióloga sostuvo que, con la apertura de los mercados internacionales verdes, tenemos nuevas oportunidades para obtener ganancias económicas y beneficios. Esto se daría al mismo tiempo que mantenemos la biodiversidad, un ambiente sano y saludable.
El mercado de carbono es un sistema permite a las empresas y gobiernos comprar y vender créditos de carbono. El objetivo de estos “créditos” consiste en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Por ese motivo, organizaciones internacionales que trabajan en pos del medioambiente, como el PNUMA y la FAO, apoyan esta iniciativa.
“Hoy en día, el mercado del carbono está en auge y deberíamos ser más inteligentes en la venta de nuestras materias primas, vendiéndolas con certificados ambientales para aumentar su valor”, resaltó.
Cabe señalar que REDD+ es una herramienta para el mercado de carbono, que puede ser el mercado regulado, o el mercado voluntario. Se trata de un mecanismo que busca reducir las emisiones de GEI debidas a la deforestación y degradación de los bosques, la conservación y aumento de las reservas de carbono y el manejo forestal sostenible
¿Qué son los créditos de carbono?
La especialista explicó que los créditos de carbono provienen del carbono capturado en los bosques, que se retira de circulación y ayuda a combatir el cambio climático. Agregó que este carbono retenido puede ser certificado y tiene un costo en el sistema. “Hay proyectos interesantes que han dado pasos importantes hacia esta certificación”, aseguró.
Andrea Weiler comentó que desde la UNA están realizando monitoreos de biodiversidad en el Chaco, para proyectos liderados por los equipos de organizaciones, como Quadriz y Atenil Paraguay.
“Estos proyectos han obtenido certificaciones muy buenas por mantener especies en peligro de extinción. Si podés demostrar que, además de capturar carbono, conservás especies amenazadas, tu carbono vale más y recibís un plus de biodiversidad”, remarcó.
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Experiencias de créditos de carbono en Paraguay
José Luis Cartes, director ejecutivo de la Asociación Guyra Paraguay, mencionó que la organización a su cargo lleva a cabo el proyecto de REDD+ denominado “Conservación de Bosques en Paraguay”. Agregó que, este 2023, se cumplen 12 años de ejecución de la iniciativa.
Explicó que este proyecto tiene dos áreas de ejecución que son: Finca Tobich, en Bahía Negra, Alto Paraguay; y en la comunidad campesina La Amistad, en Alto Verá, Itapúa. Detalló que en la Finca Tobich, este proyecto incluyó la compra de la finca, de 4.700 hectáreas, titulada en condominio indivisible entre Guyra Paraguay y la Unión de Comunidades Indígenas de la Nación Ishir, UCINI.
“Con ello, se estableció un marco de manejo conjunto, pues, se deben monitorear los aspectos relacionados al carbono (biomasa vegetal), los sociales y ambientales que se favorecen con el proyecto. Aparte, se incluye un pago anual a la UCINI por su participación en el proyecto”, refirió.
En ese contexto, comentó que en la comunidad La Amistad se catastraron a las fincas campesinas que se comprometieron voluntariamente a conservar reservas de bosques en las mismas.
“En este sentido, ellos reciben 180 USD/año por ese mantenimiento, con el compromiso de abonar también la cuota correspondiente a la adquisición del inmueble al INDERT. A partir del año 2020 varios de ellos ya completaron y se empezó a entregar los títulos de propiedad a los mismos”, puntualizó.
Otros proyectos de REDD+
Además, en Paraguay hay otros proyectos de REDD+ en marcha, como: el Proyecto Chaco Vivo, el mayor y más impactante proyecto en el Gran Chaco, que garantiza la protección de 187.916 hectáreas de importante ecosistema.
A pesar de la importancia del Gran Chaco, la región es una de las más deforestadas del planeta, perdiendo más de 1.000 hectáreas (2.471 acres) de cubierta arbórea al día, principalmente para la producción ganadera, pero más recientemente también para la expansión agrícola.
El proyecto Chaco Vivo busca mitigar las presiones de la deforestación cambiando los escenarios habituales mediante una combinación de programas de protección medioambiental y un sólido programa social llamado L.I.F.E. Program™ (Livelihood Initiatives & Forest Enterprises Program).
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También están: El Proyecto Corazón Verde del Chaco, que protege y conserva miles de hectáreas de bosque nativo en el Chaco paraguayo y El Proyecto Paraguay + Verde, un proyecto REDD+ que recibió USD 50 millones del Fondo Verde para el Clima, por reducir emisiones entre 2015 y 2017, e implementa acciones para fortalecer las áreas protegidas, el monitoreo forestal, el manejo del fuego, la gobernanza territorial, el ecoturismo, la producción sostenible y el Fondo para el Cambio Climático.
Un proyecto de ley pendiente de aprobación
Además de los monitoreos que se están realizando, hay un proyecto de Ley “De los créditos de carbono” que se presentó en el Congreso. Al respecto ya se llevó a cabo una audiencia pública, el 22 de mayo pasado.
La audiencia pública fue convocada por la Comisión de Industria, Comercio y Turismo del Senado, presidida por el senador Patrick Kemper, quien es el principal impulsor del proyecto de ley.
“Lo que se busca básicamente es tener o darle seguridad jurídica tanto al emisor como a los organismos que, eventualmente, podrían adquirir estos bonos de carbono, entendiendo que, tienen que ser bienes privados y el Estado lo que va a tener en su intervención es el marco regulatorio”, manifestó entonces Patrick Kemper.
Además, consideró que será una herramienta que puede producir muchos beneficios económicos para el Estado paraguayo y para el sector privado.
“El Paraguay tiene aproximadamente 3 millones de reservas entre bosques, reservas protegidas, etc., y eso podría representar para el Estado paraguayo un ingreso de cientos de millones de dólares en los próximos 30 años, haciendo un proceso de certificación y emitiendo los bonos que se han adquirido por empresas de otros países”, aseveró.
Al respecto, José Luis Cartes dijo finalmente que la aprobación de este proyecto de ley ayudaría bastante a mejorar la factibilidad de los proyectos.
“La promulgación de una ley nacional de carbono puede favorecer estas transacciones, pues, en cuanto existan más y mejores regulaciones del área, eso indica una mayor fortaleza institucional y legal del país, por ende, una mayor credibilidad también”, concluyó.
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