«¿Para cuándo los hijos?», «Qué bien te quedan los bebés, deberías hacer uno ya», «ya tenés 30, si no tenés un bebé pronto se te va a pasar el tren», «¿Qué vas a hacer cuando seas vieja y no tengas nadie quien te cuide?», son algunas de las frases que repite incansablemente la gente cuando ve a una mujer de entre 25 y 40 años, sin hijos.
Es como que la sociedad constantemente impone a la mujer los tiempos en los que tiene que «realizarse como persona», que en ese pensamiento significa engendrar y ser madre.
El debate sobre la maternidad deseada o no deseada sigue siendo tímido en Paraguay, hay escasos materiales sobre esta discusión que apunta a la autonomía de la mujer sobre su cuerpo y su posibilidad de elegir su destino, con respecto a la opción de traer hijos al mundo y lo que esto implica en materia económica, laboral y personal para la mujer.
Algunas percepciones personales
¿Te gustaría ser mamá? ¿Por qué sí y por qué no? ¿Te animarías a decirle a tu entorno? Son algunas de las preguntas que hicimos a nuestras seguidoras en Instagram para tener una idea del escenario local y qué percepción tienen ellas de esta discusión que aún genera diferencias profundas en las familias paraguayas.
Es importante señalar que si bien algunas personas asocian el hecho de no querer ser madres con no querer a los niños, entre las respuestas justamente se expresa principalmente una preocupación por las generaciones futuras y las condiciones a las que estarán expuestas a vivir.
De entre aproximadamente 800 usuarias que interactuaron hasta el momento de esta nota, el 61% respondió que no quería ser madre, mientras que el 39% afirmó que sí.
También una gran mayoría, de entre varias opciones, prefirió no decir a su entorno cercano que tomó esta decisión. En cuanto a la presión social de ser madres, también un mayor porcentaje aseguró que no le importaría la opinión externa, porque se trata de su cuerpo y consecuentemente de su decisión libre.
La presión social
La tensión producida por la decisión de no ser madre conlleva una gran presión social para sostenerla, porque se trata de enfrentar constantemente los cuestionamientos de la familia, los conocidos, los médicos y los amigos, pero ¿por qué sucede esto?
«La relación de las mujeres con la maternidad es un proceso tan naturalizado y mitificado que elegir no ejercerla, sobre todo de manera voluntaria, se convierte en un factor de tensión, que se expresa en la estigmatización y la presión social», señala un estudio denominado Mujeres frente a los espejos de la maternidad: las que eligen no ser madres, realizado en México, de 2005.
Este análisis aborda el rechazo hacia esta decisión desde varios puntos, desde las leyes, la clínica y otros espacios. En nuestro país, por ejemplo, ocurre que en la mayoría de los centros asistenciales públicos se resisten a practicarle algún tratamiento médico anticonceptivo a una mujer para que no tenga hijos cuando ésta nunca se ha embarazado y, más aún, cuando todavía es muy joven.
En cuanto a las leyes, tampoco está permitido el aborto por una negativa a ser madres, solo en casos muy específicos como cuando la vida de la mujer o del bebé están en peligro.
¿Una mujer incompleta?
Desde hace casi tres décadas atrás ya se planteaba en un estudio social la estigmatización que recibía la mujer al decidir no ser madre. En 1994, Carolyn Mackelcan Morell, especialista en Sociología de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), tomó como objeto de estudio a 34 mujeres casadas de mediana edad, al igual que ella, que no eran madres. En ese material, ella explica cómo desde el propio lenguaje se estigmatiza a quienes optan por no concebir hijos.
El hecho de carecer de un concepto positivo o una palabra específica para definir a las mujeres que eligen voluntariamente no ser madres, nos habla del nulo lugar que ocupan. Para describir a este tipo de mujeres se utilizan prefijos que enfatizan la falta, la ausencia o la negación, al referirse a las mismas como «mujeres sin hijos», «mujeres no madres», según Mackelcan Morell.
Esto da una idea de cómo influye hasta la manera de hablar en el estigma hacia las mujeres que deciden optar por la no maternidad, el lenguaje habla de una carencia, como si esto le restara algo a su valor como mujer.
La decisión de no ser madres desde el autoconcepto
Existe una influencia de la percepción de empoderamiento y autoconcepto en las creencias que tienen las mujeres sobre la maternidad, según la conclusión de un artículo de investigación publicado en la revista de psicología, Rev Psi, de la Universidad Nacional de la Plata (Argentina), en 2020, llamado «Maternidad Cuestionada: diferencias sobre las creencias hacia la maternidad en mujeres».
El material señala que «la depresión que perciban de sí mismas a partir de elementos de nerviosismo, ansiedad, tristeza y melancolía permean en el aumento de las creencias de la maternidad como deber social y sentido de vida».
Agrega que estas creencias sobre la maternidad enfatizan la importancia del rol de madre en la mujer, además de reforzar la idea de que solo se puede alcanzar la felicidad y que su valor influye en su papel como madre, según indicó la Dra. Ana Langer, directora del Grupo de Trabajo sobre Salud Materna de la Universidad de Harvard (2002).
Por otra parte, se encontró una diferencia en la dimensión de autoconcepto de percepción instrumental constructivo en donde las mujeres que no son madres reportan un mayor grado de esta dimensión, que se refiere a ser activas, cumplidas, ordenadas y trabajadoras en comparación con las mujeres que son madres.
Entre estos estudios podemos ver, por un lado el estigma, la construcción social que hay en torno a plantearle a la mujer la maternidad como algo inherente a su naturaleza, por lo que muchas sienten culpa por decidir que no y, además, tienen que lidiar constantemente con los cuestionamientos.
¿Por qué deberíamos juzgar a alguien que elige un destino diferente al aceptado socialmente?, ¿Podemos avanzar hacia una sociedad en que se respeten las individualidades y los derechos femeninos sin que el cuerpo de la mujer sea solamente considerado un medio de reproducción? Son algunos de los debates que debemos abordar seriamente en nuestro país para eliminar estigmas, culpas y críticas innecesarias.