Los casos de violencia hacia la mujer se intensificaron en el inicio del 2023 en Paraguay. Según los especialistas, esto ya se constituyó en una emergencia social de enormes implicancias. Primero, por la frecuencia de un feminicidio cada cinco días; segundo, las familias que se destruyen y los huérfanos que resultan de estos casos.
En enero y lo que va de febrero, se registraron a hoy siete feminicidios, según la prensa y seis según el Ministerio de la Mujer. También hubo otros varios intentos de feminicidios, agresiones sexuales como la joven que golpeó a un hombre por masturbarse a su lado en el bus. Hasta se dieron situaciones en que terceros fueron afectados, como el Policía que fue asesinado al intentar intervenir en una orden de alejamiento.
La violencia desmedida, así como el impacto que generaron en la opinión pública esta serie de hechos, hicieron que los medios buscaran abordar a profundidad este fenómeno. En ese afán, en la 1020 AM, entrevistaron al médico psiquiatra, José Vera, cuyas expresiones fueron fuertemente repudiadas.
El mismo, en un momento de la conversación, refirió que no todos los feminicidios son por odio, ya que una persona puede matar a otra, básicamente por “afecto” y “celos”.
Estas expresiones fueron suficientes para encender las alertas en redes sociales. Los cuestionamientos tomaron fuerza en relación a lo que se entiende como la justificación de crueles crímenes.
Esta justificación no es nada nueva. Históricamente, en varios medios de comunicación y redes sociales, los casos de feminicidios se han tomado con ligereza. El sesgo de polémica han prevalecido en el relato de los casos, con la directa intención de culpabilizar a la mujer por supuestamente haber “buscado” y “provocado su muerte”.
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Comúnmente entre los “argumentos” con los que se busca justificar los feminicidios, se utilizan recursos como los trastornos mentales, celos y amor desmedido. Raquel Iglesias, doctora en psicología, quien también fue parte del Observatorio de la Mujer del Ministerio de la Mujer, explica detalladamente por qué no se puede justificar un feminicidio con dichos argumentos.
Nada justifica un crimen, menos el amor
Hay personas que alegan que los feminicidios pueden ser crímenes impulsados por una especie de “amor desmedido”, porque el feminicida ‘no soporta verla con otro’.
En ese punto, la especialista insta a hacer una simple pregunta y reflexión: “¿Cómo vas a hacerle daño a quien amás? ¿No cuidás acaso (lo que querés)? No puedo entender que se pueda pensar que por quererle a alguien se le pueda asesinar de manera cruel”, apunta.
Hace énfasis en que nada puede justificar que vos le tengas que sacar la vida a otra persona, de ningún ser humano. “No existe nada que justifique robarle la posibilidad de vivir y decidir a una persona. Eso pues es gravísimo”, subraya.
Por otra parte, considera que hay una absoluta falta de actualización, de leer más teorías sobre la violencia intrafamiliar y los tipos de violencia.
Feminicidas ≠ Enfermos Mentales
Una serie de estudios e informes afirman que la mayoría de las personas que cometen homicidios o crímenes no son enfermos mentales. Un estudio del FBI, publicado en junio de 2018 refiere que la mayoría de los asesinos en masa no han sido diagnosticados con ninguna enfermedad mental.
Otra investigación realizada en España, denominada: “Tipos de feminicidas y bajo qué circunstancias cometen el crimen“, se encuentra en la misma línea. Sostiene que, según los informes del Consejo General del Poder Judicial, los feminicidios a causa del trastorno mental no suelen superar el 10%.
En ese contexto, la psicóloga Raquel Iglesias cuestiona –que si vamos a decir que los crímenes de las mujeres tienen una trasfondo de problemas mentales–, por qué ocurriría esto solo con los feminicidios.
“¿Por qué solo los homicidios –no quieren decir feminicidios algunos–, contra la mujer, vamos a decir que probablemente tiene un trastorno mental el asesino? ¿Y los demás homicidios? Quiere decir que tienen un trastorno también los autores de los demás homicidios, entonces todos los criminales y homicidas deben ser tratados de otra manera”, se pregunta la especialista.
“Yo vi un estudio de España, un estudio grande que se hizo de la población de hombres condenados por asesinar a esposas o parejas, hicieron pericias psiquiátricas, que un bajo porcentaje tenía algún tipo de trastorno que no era grave, la gran mayoría se concluyó que se trataba de maldad”, ejemplifica.
Comenta que hay un caso, puntual, de aquel estudio, que se le quedó grabado. Un hombre había asesinado a su esposa porque ya no quería vivir con ella y no sabía cómo divorciarse. Al respecto, Iglesias señala que hay varios factores por los que los hombres cometen estos crímenes y uno de ellos es no saber cómo relacionarse o cómo poner fin a sus relaciones.
El machismo trasciende culturas
Si hay algo que podemos resaltar, es que el machismo existe en todas las culturas, con menor o mayor graduación y manifestación, pero es una realidad con la que la humanidad tuvo que lidiar históricamente.
Lastimosamente, opina la psicóloga, constantemente el hombre y la mujer están en medio de una lucha de poderes.
“En la pareja siempre hay una lucha de poderes, es una situación que hay que saber dirimir, es una cuestión de ver quién gana. Lastimosamente hay mujeres muy formadas que sufren muchísimo porque el hombre siente que está en competición con su pareja porque se siente inferior. Todas esas cositas. Todos esos factores que no son sanos hay que combatir y buscar salir. Pero si no salen, terminan mal”, agrega.
También menciona los problemas existentes en la dinámica de las relaciones de comunicación. Cómo son los feedbacks entre ellos. Existen parejas cuyo relacionamiento y estilo de comunicación es un conflicto constante, una violencia normalizada y eso puede tener un fin fatal.
Por su parte, la psicóloga Mon Vera Aponte, parte de la Red Feminista de Salud Mental, hizo un hilo a través de Twitter, en ese mismo sentido. “Los estudios refieren que la mayoría de los casos el feminicidio se da cuando la mujer expresa o actúa sobre su deseo de salir de la relación que tenía con el hombre. Es decir, cuando deciden algo que no coincide con la voluntad del agresor”, indica.
Además resalta que el feminicida no mata por que ama demasiado. “Mata para controlar, mata porque la mujer se atreve a tomar decisiones propias. Lo venimos diciendo y la ciencia lo respalda, no son enfermos, son hijos sanos del patriarcado”, resalta.
Asimismo, enfatiza la premisa de que los autores de estos crímenes no son enfermos mentales, sino más bien son el resultado de una estructura violenta. “Los feminicidas no son unos cuantos loquitos que andan sueltos. Son un montón de hombres que aprendieron de la sociedad machista que las mujeres son de su propiedad y que tienen derecho a decidir sobre sus vidas”, puntualiza.
La emergencia por feminicidios
Ana Pavón, directora general Contra Toda Forma de Violencia del Ministerio de la Mujer, reconoce que la situación que se vive en Paraguay respecto a la violencia, es una emergencia.
Refiere que el Ministerio de la Mujer, de enero a diciembre del año 2022, realizó un total de 126.490 servicios en los distintos centros de atención. Entretanto, la línea 137 “SOS Mujer”, contabilizó un total de 32.456 servicios.
“Nosotros tenemos una Mesa de Prevención de la Violencia contra las Mujeres, donde están presentes 7 instituciones. En esa mesa, se articulan todas las acciones porque están todas las instituciones que se encargan de las mujeres en situaciones de violencia; el Ministerio Público, la Defensa Pública, la Policía Nacional”, dice Pavón.
No obstante, la encargada de velar por el monitoreo de estos casos, reconoce deficiencias en el sistema.
“Si hay mujeres que llegaron a las instituciones, hicieron su denuncia y terminaron en un caso de feminicidio, es porque algo está fallando. Tenemos que fortalecer muchísimo el trabajo de estas instituciones y de todas aquellas personas que están involucradas en este abordaje. Esto es una emergencia”, afirma.
Un albergue por departamento
La directora Ana Pavón, comentó, que todas las gobernaciones deberían tener un albergue para recibir a mujeres que sean víctima de violencia, pero esto no se replica en la realidad.
“Hasta ahora, por ejemplo, el Ministerio de la Mujer cuenta con dos albergues y también la Gobernación de Itapúa. Está entre las responsabilidades de las gobernaciones tener esos albergues para poder ayudar a las mujeres víctimas de violencia” dice Pavón quien reconoce además que la falta de voluntad política es un flagelo duro al que se debe combatir.
“Falta voluntad política para que estas situaciones puedan concretarse. Hacemos estas articulaciones pero también necesitamos de esto”, concluye.