Si hace dos años atrás alguien decía decía que iba a estar prohibido ir a fiestas multitudinarias, era de pensar que lo consideremos un trama de una película de ficción, porque estos encuentros eran parte de la vida y no un acto reprochable.
Hoy es una realidad la restricción de muchas libertades como la de circular a ciertas horas, juntarse con familiares y amigos o salir a bailar en fiestas multitudinarias.
Si bien es cierto que la diversión es necesaria para mantener el equilibrio, hay una situación ineludible hoy: un sistema de salud colapsado, estresado y gente muriendo en los pasillos.
En las redes sociales, diariamente se puede ver a personas rogando por camas, buscando con desesperación un lugar, un medicamento o tratando de juntar el dinero para comprarlo.
Por otra parte, circulan fotos y videos de aglomeraciones, gente farreando sin protocolos, distanciamiento ni algún tipo de cuidado que evite la expansión masiva del COVID-19.
«Enviamos un SOS»
Latitud 25 conversó con la comisario Elena Andrada, jefa de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, para saber cómo se están haciendo los controles.
Andrada manifestó que están monitoreando las zonas en las que se realizan fiestas clandestinas de manera aleatorias y también responden a los llamados que se hacen a través del sistema 911.
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«El fin de semana este que pasó, hicimos un pedido de SOS. Apelamos a su solidaridad a no tener miedo para hacer denuncias de todo tipo de actividad prohibida, que genere la aglomeración de personas», indicó.
Agregó que pasada la medianoche se realizan los controles aleatorios, con énfasis en las zonas donde están los locales nocturnos.
Comentó que, a través de la página de relaciones públicas –el cual también es un medio de denuncia–, recibieron muchas denuncias que fueron diligenciadas.
¿En qué consiste el procedimiento de la Policía?
«Llegamos al lugar, se filma o se saca fotografías, se les invita a las personas a retirarse, se labra acta y las personas se van a sus casas», expresó.
No obstante, señaló que si alguien se resiste al control o responde de manera violenta, lo cual ya se configura como resistencia. Puntualizó que en ese caso, la Policía puede realizar aprehensiones.
En ese punto, contó que los antecedentes son remitidos al Ministerio de Salud.
Municipalidades tienen potestad para sancionar, pero…
La comisario Elena Andrada apuntó a que la Municipalidad es la que tiene la potestad para aplicar sanciones y clausurar locales que incumplan con el decreto.
Los funcionarios municipales pueden labrar acta y remitir al juzgado de faltas.
Sin embargo, afirmó que actualmente no tienen acompañamiento de ninguna otra institución. «Por el momento, la Policía está trabajando sola», enfatizó.
¿Cuándo una fiesta es clandestina?
Pueden considerarse clandestinos los eventos que no cumplan con los protocolos establecidos por el el decreto presidencial N° 5.071, que fue extendido ya en dos ocasiones, en la última hasta el 26 de abril del corriente.
El protocolo de este documento señala que si la fiesta se hace en locales preparados para eventos sociales solo pueden extenderse durante cuatro horas.
Están prohibidos los espacios bailables y barras. El número máximo de participantes es de 100 personas.
Si el encuentro se realiza en una casa particular, solo está permitido que participen hasta 12 personas, incluido el núcleo familiar que residen en el lugar.
Además, es importante resaltar, que las personas deben guardar dos metros de distancia una de otras y usar tapabocas cuando no estén ingiriendo alimentos.
Muertes podrían llegar a 100 por día
A más de un año del inicio de la pandemia del COVID-19 en Paraguay, un total de 255.046 contagios hasta el último informe y 5.470 fallecidos, el ritmo de contagio es muy elevado.
Si los números siguen aumentando, la cantidad de muertes por día –que ahora están entre los 60 y 70 diariamente– podríamos llegar a la cifra de 100.
Continúan faltando camas, medicamentos, los personales de Salud están cansados y se registran varias bajas, la economía también atraviesa un difícil momento y la vacunación es escasa.
Entretanto, hay autoridades que siguen siendo corruptas, controles insuficientes y ciudadanos que incumplen las reglas creyendo que el virus no les va a afectar.