Varios actores políticos, analistas y representantes de diversos sectores, coinciden en que el principal desafío de Peña estará primero en demostrar que la lapicera del Poder Ejecutivo la tiene él y no su padrino político, Horacio Cartes.
Esa aparente intromisión en las funciones presidenciales por parte de HC, se comenzó a evidenciar con cuestionadas designaciones de viejos políticos en el gabinete Peña. Personas que fueron parte del gobierno de Cartes, gerentes de sus compañías que retornan a sus puestos en el Estado o hasta figuras casi extintas a las que revivieron, asignándoles puestos clave.
En ese aparente juego de poderes para designar a ministros, secretarios y directores, surgen tres nombres que mantienen viva la llama de la esperanza de un gobierno que realmente apueste por las soluciones de un país necesitado de buena gestión pública.
Esa esperanza radica en la reputación de estas personas y en su historial profesional: El educador Luis Ramírez, reconocido innovador dentro del campo pedagógico; Adriana Ortíz, activa promotora de la cultura paraguaya y dinamizadora del arte popular y Teresa Barán, destacada médica y salubrista, cuya designación al frente del Ministerio de Salud fue vista con buenos ojos.
Adriana Ortiz en Cultura
Adri, como es conocida por sus allegados, fue designada por Peña para liderar la Secretaría Nacional de Cultura (SNC). En el 2021 fue elegida por el Foro Económico Mundial como una de las jóvenes más influyentes del mundo.
Se desempeñó como presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) durante el gobierno de Mario Abdo Benítez. Luego, se retiró de la función pública para asumir el cargo de Presidenta Ejecutiva de la Fundación Itaú.
En conversación con Latitud 25, Ortiz comentó que se siente contenta por la designación y con ánimos para poder encaminar programas y políticas que enriquezcan y mejores los trabajos que viene realizando la SNC.
“Hay demasiados desafíos en el sector cultural y lo primero que quiero hacer es dialogar. Conversar con todos los sectores, si bien ya lo venía haciendo desde la fundación y en el IPA, pero creo que la mejor manera de planificar un norte es dialogar con las personas y con los gremios, definiendo las prioridades”, dijo.
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Que sea un ministerio
Adelantó que una de sus prioridades será acompañar el proyecto de elevar la categoría de la Secretaría de Cultura a Ministerio para poder dotar de más recursos a los sectores culturales.
Explicó que es importante dejar un mensaje a la ciudadanía de que la Cultura, como ese conjunto de conocimientos y costumbres de un pueblo, es crucial para las decisiones que se toman como país.
“Necesitamos dotar de nuevas herramientas a todo el sector cultural para poder triunfar en todo sentido: a nivel personal, artístico y también a nivel industria de las artes”
Adriana Ortiz, Ministra de Cultura
«Lo tenemos que trabajar en conjunto, para elevar a Ministerio porque tenemos que encantar a todos los habitantes de la República del Paraguay que la cultura es el karakú, es lo que nos mantendrá unidos”, aseguró.
Ortiz mencionó que su intención es hacer entender a la ciudadanía, que las expresiones culturales, tanto populares como artes indígenas, los saberes y las artes, forman parte de la identidad más profunda. «Y eso es lo que yo quiero, revalorizar lo nuestro”, declaró la nueva ministra.
También expresó su deseo de que las expresiones artísticas y culturales del Paraguay, lleguen a niveles nacionales e internacionales.
La esperanza joven
Adriana Ortiz está desmarcada de activismos políticos partidarios, lo que le da una mayor soltura para poder “bajar a tierra” los proyectos y necesidades de la SCN con todos los sectores políticos del Poder Legislativo.
“Eso me da la libertad de poder mantener un diálogo fraterno, sincero, que la bandera paraguaya sea el norte que nos una y teniendo la premisa que todos somos iguales, que todos realmente merecemos las mismas oportunidades”, manifestó.
Así también, admitió que su nombre representa una esperanza joven en el gabinete de Peña, minado de extitulares del gobierno de HC y sus empresas.
“Soy totalmente consciente de la esperanza y agradezco muchísimo la cantidad de muestras de cariño que me expresaron y eso yo lo tomo con muchísimo compromiso, por eso vuelvo a la función pública», dijo Ortiz.
Luis Ramírez en Educación
El nombre que generó buenos comentarios, apenas se había dado su designación, fue el de Luis Ramírez para dirigir las riendas del organismo rector de la política educativa del Paraguay.
De hecho, Peña dio un claro respaldo a Ramírez en su discurso de asunción al cargo, ante la presión que ejercen los grupos fundamentalistas antiderechos que condenaron esta nominación.
Ramírez, ya había adelantado que los niños deben aprender lo fundamental, como leer y escribir, las que serán sus primeras banderas a ser izadas en un ministerio altamente partidizado desde hace décadas.
El nuevo ministro es sociólogo y orientador educacional, fundador y director general del Centro para el Desarrollo de la Inteligencia (CDI), un innovador centro educativo privado que plantea una concepción distinta del proceso educativo, donde no solo lo cognitivo es atendido en la formación de niños y niñas, sino además el aspecto emocional y mental.
Ramírez también fue miembro del Consejo Nacional de Educación y Cultura (Conec). El nuevo secretario de Estado fue asesor de la campaña nacional de apoyo pedagógico a docentes de la escuela pública.
A su salida del acto de juramento del presidente Santiago Peña, afirmó sentir el respaldo del Ejecutivo y la confianza suficiente para iniciar los complejos procesos de reforma dentro del ministerio.
En una entrevista en RadioCast 25, Ramírez había dicho que el hecho de que sectores más conservadores del partido de gobierno y su electorado se opongan a su nombramiento, por no responder a las dinámicas partidarias, es una señal de que Peña buscará la disrupción en el manejo de la cartera educativa.
“Esos son los indicadores de la convicción y ganas que tienen por hacer que la educación sea una causa central. De alguna manera es una garantía y nos anima a hacer este salto”, señaló.
Este 16 de agosto, día de recordación de la batalla de Acosta Ñu, en donde niños paraguayos pelearon y murieron en la Guerra contra la Triple Alianza, Ramírez y Peña llegaron hasta la Escuela República de Alemania para compartir con los alumnos con la lectura de cuentos.
“Así inauguramos un gobierno que tendrá como prioridad buscar la tan necesaria educación de calidad para darles un futuro mejor a todos los niños paraguayos”, dijo el presidente en su posteo en donde se lo ve rodeado de niños escuchando su lectura.
Barán en Salud
La destacada doctora María Teresa Barán, fue la designada para asumir la dirección del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS), luego de semanas de incertidumbre sobre quién ocuparía la titularidad de la cartera sanitaria.
Barán ya se había desempeñado como viceministra de salud en el gobierno de HC. Es especialista en Medina Familiar, fue directora general del Senepa hasta el año 2020 durante el gobierno de Abdo Benítez. En los últimos tiempos trabajó como directora de salud en la Municipalidad de Encarnación, su ciudad natal.
“Si queremos llegar a nuestro objetivo tan soñado, que es el acceso universal a los servicios de salud, la única manera que podamos llegar, es en primer lugar, trabajando en forma articulada e integrada y empezar a construir nuestro sistema único de salud”, manifestó en contacto con la 1080 AM.
La recientemente asumida ministra, manifestó su deseo de lograr un sistema de salud unificado, en donde recursos, sistemas e infraestructuras de los hospitales dependientes del Ministerio y del Instituto de Previsión Social (IPS) puedan ofrecer un solo sistema de atención a la salud para la ciudadanía.
Julio Borba, anterior ministro de Salud, había valorado la designación de Barán, al referirse a la misma como alguien de la casa. “La ventaja es que la doctora Barán tiene una trayectoria importante dentro del ministerio”, destacó el ex ministro.
Una de las primeras necesidades que pretende atender la ministra, es lograr disminuir, en el menor tiempo posible, el tiempo de espera para acceder a los servicios en los hospitales públicos.