El Tribunal de Sentencia, en primera instancia, condenó, el jueves 15 de diciembre, por seis meses de pena con dos años de suspensión de la ejecución de la pena al capitán Rubén Valdez. Además estableció la obligación de que imparta clases de prevención de incendios.
El capitán es uno de los personajes más visibles del Cuerpo de los Bomberos Voluntarios. Valdez fue imputado en febrero de 2021 y la Fiscalía había solicitado tres años de prisión.
La mujer que resultó víctima (cuya identidad está resguardada por amparo de la ley) había denunciado que Valdez la grabó manteniendo actos íntimos. Sin embargo, afirmó que ella no sabía que se estaba grabando en video la escena. Posteriormente estas imágenes empezaron a circular entre las personas cercanas a la víctima.
La mujer denunció, además, haber sido sometida a realizar actos íntimos en presencia de otras personas. Siempre bajo el chantaje de que si no accedía a sus peticiones estas imágenes, grabadas sin consentimiento, serían públicas. Esto se enmarca en lo que se conoce como sextorsión, una modalidad de extorsión que vulnera gravemente la intimidad de las personas.
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Dos aspectos de la condena
La abogada Mirta Moragas, activista por los Derechos Humanos, resaltó que hay dos perspectivas en esta condena que merecen ser analizados con detenimiento.
«Nos pasó un poco con el caso de Alexa, una forma de ver es una pena de seis meses, es nada comparado con el esquema que él montó para realizar este tipo de hechos», indicó.
No obstante, consideró que «lo que asegura que estas cosas no vuelvan a ocurrir, es la no impunidad», es decir, castigos ejemplares que condenen este proceder en el que normalmente son las mujeres, las víctimas más recurrentes de esta práctica. Además, Moragas señaló que al hablar de una persona bastante poderosa, como Rubén Valdez, el hecho de que sea condenado sí es un avance.
«Ahí le atribuyo a la persistencia de la víctima y a la persistencia de las mujeres bomberos, que insistieron. Es una persona que hasta hace un tiempo nadie pensó que sería condenada. Creo que como sociedad hay un aspecto bastante positivo», subrayó.

No poder enfrentarse a la estructura
En ese contexto, la abogada Diana Vargas, especialista en Derechos Humanos, manifestó que esa condena de seis meses, tiene sus matices, pero significa mucho.
«La condena indica que la conducta fue probada. Si bien se denunciaron otros hechos, el Ministerio Público no reunió las pruebas para considerarle responsable de esos hechos denunciados. Es igualmente relevante, aunque a pesar de que, para la víctima y la sociedad no sea mucho cuando hablamos de una condena de seis meses», expresó.
Dijo que la sanción da cuenta de que, a pesar de todo el poder que tiene este hombre, que parecía intocable, fue igualmente condenado. Esto sienta un precedente penal importante al analizar el historial de hechos similares.
Consideró que inicialmente la víctima sentía que no podía enfrentarse a toda la estructura y su poderío. Resaltó que de alguna manera, la mujer consiguió que Valdez haya sido declarado culpable por un sistema que siempre lo protegió.
«Y digo que siempre lo protegió, porque él ya tuvo muchos hechos anteriores, hubo denuncias y todo un esquema para que este caso sea tomado por uno de los hechos denunciados», explicó.
Empujar al sistema a hacer justicia y contener a las víctimas
En cuanto a otras víctimas y las consecuencias de este tipo de problemas, Diana Vargas dijo creer que siempre se debe tratar de alentar a las víctimas. «Siempre que estemos en condiciones de acompañar y mostrarles apoyo», apuntó.
«Es importante que sigamos forzando a este sistema de Justicia a que identifique y sancione a la violencia de género en cualquier a de sus formas. Más que alentar a la denuncia, debemos alentar desde donde nos toca para que quienes son víctimas no estén solas para enfrentar al sistema, en ese transitar que a veces es duro», concluyó.