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Elegir ser madre en Paraguay: carga social VS. romper un mandato de género

Muchas mujeres, adolescentes, incluso niñas -que hoy son madres- no tuvieron la oportunidad de elegir con libertad esa opción, ya sea por falta de educación sexual, déficit en la planificación familiar, por restricciones que configuran las leyes o la presión social. Hablamos con feministas locales, quienes apuntan ya a la existencia de una ruptura con ese mandato de género, pero afirman que aún existe una gran brecha que conquistar en cuanto a derechos reproductivos.

«¿Por qué es tan difícil reconocer que no todas las mujeres quieren ser madres?», preguntamos en un artículo publicado a inicios de este mes. Mucha gente coincidió en que las decisiones son muy íntimas y que nadie debería estar hostigando a las mujeres por una elección tan personal.

Sin embargo, a través de estudios sociales y artículos regionales explicamos los estigmas, la presión que existe, incluso, desde el lenguaje al tener que utilizar un «no» madres o «sin» hijos para describir a las mujeres que toman esta determinación, como si fuese que las mujeres que optan por dedicarse a otras facetas y no a la maternidad, estuviesen incompletas.

En busca de obtener un análisis más local, Latitud 25 conversó con feministas paraguayas sobre este importante y complejo tema.

Un mandato de género de mucho peso

Macky Pereira, activista por los derechos humanos, feminista, integrante y fundadora de «Las Ramonas», manifestó que es necesario problematizar un poco más por qué existe esa presión social o ese estigma hacia las mujeres que eligen no ser madres.

«La explicación de muchas investigaciones, que fueron abordando esta situación, tiene que ver con uno de los mandatos de género más importantes. La realización o no de las mujeres a partir de la maternidad. La maternidad sigue siendo ese deber innegociable del cual nadie puede escaparse, es una carga social, porque básicamente ese elemento constituye o no la realización misma de las mujeres como personas», expresó.

De igual manera, consideró que ahora, como país, estamos avanzando un poquito más en ese proceso de autonomía de las mujeres, ya que las más jóvenes, actualmente tienen nuevas formas de encarar sus proyectos de vida.

«Creo que también se está transformando esta idea tan frecuente de que nuestro proyecto de vida como mujeres es solo ser madres, con la información de que hay sobre otros modelos de ser mujer», acotó.

Entonces, señaló que -por una parte- todavía existe esa presión social, esa estigmatización, pero al mismo tiempo también hay una ruptura con este tipo de mandatos y con los mandatos de género generales. «Con esas dos circunstancias las mujeres transitan a lo largo de su vida», puntualizó.

Un tema recurrente, que te persigue a todas partes

Macky Pereira recalcó que es necesario entender también que el estigma funciona como esa marca diferenciadora de la que hablan muchos autores, con relación a la maternidad.

Es un costo que te va a acompañar sobre todo en términos sociales, de manera recurrente, desde que vas a la consulta ginecológica o si estás conversando con un médico que no tiene que ver nada con lo ginecológico.

«Siempre va a estar la insistencia o la pregunta sobre la maternidad o el cuestionamiento de ya tenés tal edad y por qué todavía no decidiste ser madre, creo que sigue ese estigma contra las mujeres que deciden no ser madres», opinó.

Reflexión feminista logró desnaturalizar la obligatoriedad

Por su parte, Michi Moragas, abogada y activista social por los derechos de la mujer, también coincidió en que es un mandato social, todavía muy arraigado. Agregó que muchísimas chicas desde cierta edad, son asediadas con preguntas sobre cuándo van a casarse o cuándo van a ser madres.

«Cuando estás llegando a los 40 vuelve ese recordatorio, esa presión de que se está terminando el tiempo. Sin embargo, creo que la reflexión feminista logró desnaturalizar eso, y logró mostrarles a muchas mujeres que esa es una opción y no algo que sí o sí tenemos que hacer como mujeres», estimó.

Consideró que socialmente hay muchas más mujeres que están dispuestas a decir: ‘Yo no quiero y no voy a tener’. «Creo que esa discusión feminista está logrando poner ese debate y que se tome con más calma cuando alguien diga: ‘yo no quiero tener bebés’.

En cuanto a las razones, apuntó a que son varias: la falta de condiciones, además de que también hoy en día se está sumando mucho más la cuestión ambiental. «Muchas personas dicen que el planeta se está terminando, es decir, que los recursos se van agotando y surge la pregunta de por qué traer más personas al mundo, ese un argumento nuevo, pero me parece que el debate es interesante», subrayó.

¿Por qué la maternidad pesa más que otras facetas?

Asimismo, Macky Pereira, sostuvo que en cuanto a las facetas de las mujeres, siempre transita en las ambivalencias. Esto se debe a que existe otro tipo de ejercicio de estos mandatos de género, no solo esa especie de obligatoriedad de ser madres, sino que esas mujeres que deciden ser madres, aunque tengan miles de otras facetas exitosas o también positivas, una vez que son madres, eso se convierte o «se tiene que convertir» en el centro de su vida.

«La sociedad siempre te recuerda que la maternidad es lo único importante en la realización de las mujeres. Sobre ese punto, tenemos que seguir avanzando como sociedad, pero se deben empezar a modificar también esos controles que existen en otros estamentos: desde el lenguaje, desde la clínica, desde las leyes, desde el Estado, desde nuestra familia, esos controles hacen que todo el tiempo se esté ejerciendo presión sobre el cumplimiento de este tipo de mandatos», remarcó.

Todo este conjunto de instituciones son las que tienen que ir flexibilizando sus miradas para que nosotras podamos hablar en serio de una libertad de decidir o de poder construir esa autonomía que tanto buscamos. Las libertades y autonomías de las mujeres a lo largo de la historia siempre fueron nuestras propias conquistas, enfatizó.

«Sobre este mandato en concreto tenemos mucho que conquistar y ahí tiene que ver mucho –no solo la información– sino también la organización. Toda la organización de mujeres empezó a colocar este tema como punto de inflexión de las sociedades, para volver a remarcar como los mandatos de género hacen que no podamos ejercer nuestra autonomía», reflexionó.

Lamentó que este mandato de género: «ser madres» prevalezca, a pesar de lo que algunas mujeres deseen, o pesar de lo que elijan, de sus condiciones o incluso, de sus edades, ya que en nuestro país la maternidad es impuesta a adolescentes y hasta a niñas, que son abusadas.

Nota relacionada: Obligar a niñas a ser madres puede considerarse un tipo de tortura, advierten

La maternidad como un tema complejo, no romántico

Macky Pereira, como último punto, mencionó la importancia de abordar la maternidad como un tema complejo y no como una tarea romántica, como nos venden, porque ser mamá empieza realmente con el parto, se entrelaza con todo lo que conlleva después.

«La maternidad normalmente trae consigo un conjunto de tareas de cuidados que lo transitan las mujeres, que la mayoría de las veces es exclusiva de las mujeres y que generalmente se hace en compañía de otras mujeres», recordó.

Por otra parte, indicó que también es necesario remarcar que la elección de la maternidad es parte de un conjunto de otros derechos, que son los derechos reproductivos, que forman parte de los Derechos Humanos, los menos visibilizados, los menos garantizados. En especial para las mujeres, para las niñas, es necesario poder entender que la elección de la maternidad, tiene que estar un poco más dentro de esa mirada de derecho.

«Si avanzamos en esos derechos, podremos darle el mismo valor a las mujeres que decidan maternar y las que no. Para ir finalizando me parece que es muy importante ir hacia las maternidades deseadas selectivas, eso va a permitir a personas más felices, también que podamos mirar a las mujeres en sus múltiples facetas, y menos imposiciones, que eso se refleje en el proceso de crianza de quienes sí desean ser mamás», concluyó.

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