Desafiando estereotipos con los que a menudo se enfrentan en la sociedad, las mujeres comediantes, han conquistado un campo que solía ser dominado por hombres, demostrando que el humor no tiene género.
Caro Romero, publicista de profesión, se encontró con el stand up casi por casualidad e ingresó a un mundo que cambió el rumbo de su vida por completo. Su valentía y autenticidad en el escenario, la convirtieron en un modelo a seguir para muchas mujeres que buscan encontrar su voz y expresarse libremente.
La comediante cuenta cómo se configura hoy la escena local, en un país en el que la cultura o las artes no han sido una prioridad para la inversión pública, lo que tuvo una directa repercusión en el comportamiento de la audiencia.
Caro, además, habla de lo que significa para ella ser hoy una de las referentes del stand up en nuestro país, llevando bien en el alto la bandera del orgullo, en el Mes del Orgullo.
El crecimiento del Stand Up en Paraguay
Caro considera que el aumento de la popularidad del stand-up se debe a varios factores. Los artistas se han profesionalizado más, han ganado mayor visibilidad gracias a los medios de comunicación y las redes sociales, especialmente a través de los vídeos.
Además, se han establecido escuelas de formación, lo cual antes no era común en Paraguay a diferencia de otros países. En dichos lugares es habitual recibir formación durante seis meses, o incluso un año, antes de subirse al escenario por primera vez.
“Al principio se enseñaba casi de manera empírica. Hay una camada de comediantes que arrancaron con esto y que incluso lo hacían acá sin saber que lo estaban haciendo”, comentó la comediante.

La pandemia también tuvo un impacto en el stand-up. Caro nos cuenta que no estaba acostumbrada a hacer trasmisiones en vivo a través del Instagram. Sin embargo, resalta que las mismas se volvieron muy populares y que los comediantes lo hacían para entretener y acompañar a la gente, así que decidió ser parte de ese grupo.
“Fue un desafío enfrentarse al silencio que brinda la red social, ya que no se escucha la risa y solo se ve un ‘jajaja’ escrito, lo cual genera una sensación extraña” dijo. Añadió, además, que gracias a estas plataformas, los comediantes ganaron fuerza.
El stand-up cambió mi vida
“Yo gané un sorteo en redes sociales y pensé que podía ser una herramienta que me iba a servir para el mundo publicitario. Pero cuando me subí al escenario, esa sensación de resolver un remate que funcione y la gente se ría fue una cosa como muy satisfactoria, recibir esa aprobación”, recordó Caro.
De esta manera, hizo alusión a que su inserción al mundo del stand up, fue casi fortuita.
Recapitulando sus primeros pasos, mencionó que al principio abordaba temas muy generales. Esto se debió a que se sentía limitada en muchos aspectos debido a su orientación sexual.
“Evitaba ciertos temas por ser lesbiana, como el sexo, mi pareja o mi primer beso”, reconoció.
Contar anécdotas personales, pero en versiones heterosexuales, era la solución que Caro encontraba. En ese momento, tenía miedo de que su orientación sexual, pueda afectarla en su trabajo (se desempeñaba como publicista en esa época) o pueda perjudicar el trabajo de los comediantes que la acompañaban, confesó.

El sentimiento de culpa por no poder ser sincera con su público estaba siempre presente. Sin embargo, un día se armó de valor y decidió contar su historia de manera auténtica, y el resultado fue muy positivo.
En ese momento, sintió que las preocupaciones, sobre si la gente asistiría a los shows o si la encasillarían por hablar de estos temas “tabú”, fueron disipadas con los aplausos del público.
“Siento que abrí una puerta importante y espero que inspire a otras personas a sentirse identificadas y a atreverse a compartir sus propias experiencias”, puntualizó.
La autenticidad es fundamental, es lo que define a la persona. En ese punto, Caro nos contó cómo se encontró con un antes y un después a partir de ese momento. «Me sentí más cómoda y fortalecida en el escenario, y se abrieron muchas puertas para explorar otros temas”, reconoció.
Romper las barreras del género
Siempre es un desafío ser mujer. La desigualdad a veces es un tema del que no se quiere hablar porque resulta incómodo. Caro resaltó que mayoría de los comediantes son hombres y, socialmente, se los considera «graciosos», mientras que a las mujeres se les niega ese atributo.
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Dijo además, en ese misma línea, que hay una construcción social que afecta al stand-up como a muchos otros ámbitos.
Comparó las situaciones de desigualdad que todavía se dan para vender un show, y las facilidades que tienen los hombres para promocionar los mismos. Estos, a diferencia de las mujeres, no se sienten presionados por ciertos aspectos, como la apariencia o el estereotipo de belleza hegemónica, que se le exige a la mujer.
“Personalmente, no encajo en el estereotipo de mujer, puedo decir que ha sido mi esfuerzo lo que me ha permitido llegar a lugares donde pensé que no estaría”, acotó.

Caro hizo hincapié a que nunca sintió rechazo por parte del público. Sin embargo, comentó que generó incomodidad en el rubro, donde recibió advertencias como “tenés que cuidar lo que decís”.
“Cuando uno forma parte de una minoría y ha vivido muchas experiencias, llega un punto en el que uno se cansa de luchar y pierde la paciencia”, acotó.
A pesar de ello, la experiencia que fue ganando, le ayudó a darse cuenta de que hay mucha gente que vive en una situación de privilegio y que es ciega a lo que ocurre del otro lado. En relación a eso, comentó que el stand up le ayudó a soltar esa rabia, y a encontrar el tono adecuado para llegar a la gente, que realmente no dimensiona que existen diferentes realidades.
Otro de los temores de la comediante, estaba relacionado con la familia y los niños. La familia debería representar protección, pero para ella, siempre ha sido sinónimo de homofobia u odio, aunque sabemos que no se trata de una fobia, sino de odio o incomodidad. Pero para su sorpresa, ha recibido aceptación y elegíos por parte de personas de todas las edades.
“El stand up a mí me permitió llegar a la gente que por ahí no piensa igual que yo y de una manera mucho más amigable”, afirmó.
Enseñar el humor consciente
Ya con un camino recorrido y un terreno, merecidamente ganado dentro del mundo del stand up en Paraguay, finalmente Caro Romero, logró este año inaugurar su propio club de formación y escuela de stand-up comedy, llamado Japukomedy.
“Estoy feliz porque es gente que no tiene quizá nada que ver con el mundo del arte. Sin embargo, pueden encontrar en la escuela una posibilidad para desarrollar su creatividad”, comentó. Explicó, además, que los beneficios de realizar estos talleres de stand up, son múltiples, ya que con las herramientas que brindan estos espacios, las personas tienen recursos útiles, tanto personal como profesionalmente.
Japukomedy tiene una perspectiva de responsabilidad social. Allí enseñan los límites y la importancia que debe considerar el humor responsable.
“Tenemos una materia que trabajamos con una psicóloga, que se llama Humor y Psicología, donde contamos con Alejandra Gómez”. También mencionó a Jazmín Romero y Ariel Torres como parte del plantel de docentes.

¿El humor tiene límites?
El límite del humor es un tema complejo, subjetivo y de debate constante. Lo que puede resultar gracioso para una persona, puede no serlo para otra, y también puede variar según el contexto cultural, social e individual.
“La pregunta debería ser si el ser humano tiene límites, y claramente no”, respondió la comediante al ser consultada sobre los límites del humor.
Caro recordó que los límites son variados y que inclusive, a nivel mundial, resulta difícil y hasta, en ocasiones, imposible ponernos de acuerdo. Siguiendo ese contexto, la comediante hizo el paralelismo, de que con temas como, por ejemplo, el cuidado del medioambiente no hemos logrado consenso hasta ahora. Entonces, esta misma situación se da con el humor.
Sin embargo, debemos comprender que hubo muchos acontecimientos históricos y procesos sociales que han permitido adquirir nuevos conocimientos. “Antes quizás no existía o no conocíamos el bullying, pero son procesos que vamos descubriendo, perfeccionando y aprendiendo”, reflexionó.
Romero consideró que todavía existe mucha resistencia al cambio. No obstante, recordó que este siempre estará presente y que es importante aprender a diferenciar entre la burla y el humor. “El humor es como un arma: puede salvar o puede matar. Creo que no se dimensiona el impacto que el humor puede tener en una persona”, puntualizó.
“Para mí, en el humor, somos libres de hablar sobre cualquier tema. Lo importante es cómo abordamos esos temas y desde qué perspectiva lo hacemos”, concluyó.
Caro Romero, a través del stand up, ha demostrado que el humor es un gran instrumento de empoderamiento y transformación. Desafiando estereotipos, generando conciencia y abriendo puertas para las futuras generaciones, la comediante logró posicionarse celebrando la diversidad y demostrando que por medio de la risa, es posible lograr un cambio social significativo.