Marcelo Martinessi es un prolífico guionista y director de cine. Ocupó el cargo de director de la “TV Pública” en Paraguay desde sus inicios, allá por el 2008, hasta la crisis política del 2012 que destituyó al entonces presidente Fernando Lugo.
Es afamado y admirado por coronarse como ganador del Oso de Plata en la Competencia Oficial de la Berlinale 2018 (Alemania), con su largometraje “Las Herederas”. En su hoja de vida también figuran otros trabajos como Karai Norte (2009), Calle Última (2010) y El Baldío (2012).
Martinessi, siempre se caracterizó por abordar temas de interés social y comunitario, y en esa línea de pensamiento, lidera “Cine de Barrio”, una acogedora e íntima sala de cine en donde se proyectan “Películas de autor”, cintas con guiones que proponen temas por fuera de la oferta del cine comercial.
“La idea es poder tener una sala alternativa desde una sala oscura, poder reflexionar sobre el país y el futuro. Creemos que hay un tipo de cine que ya tiene un lugar en Paraguay: el comercial. Y está bueno que eso exista. Nosotros proponemos un cine más reflexivo y de imaginación. Incluso de una participación activa de las personas para poder sentirse parte de la experiencia”, comentó en entrevista con L25.
Cine de barrio está ubicado sobra la calle Defensa Nacional casi Washington. A una cuadra de la avenida Perú, a cuatrocientos metros de la avenida Gral. Gervasio Artigas y a cinco cuadras de la avenida España.
El proyecto cuenta con alianzas con la Fundación Itau, DINAPI, la Municipalidad de Asunción y la Secretaría Nacional de Cultura.
“Apuntamos a que vengan menos gente, pero que podamos mostrar películas que se exponen en salas de autor en Buenos Aires, en Río de Janeiro, París, en donde sea. Las funciones de las 15 horas, son las que tienen participación de un tutor que introduce a la película y después genera un conversatorio”, detalló.
Contó además que las funciones son todos los sábados y los demás horarios son a las 18:00 y a las 21:00 horas.
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Cohesión comunitaria a través del cine
El interés de la cohesión comunitaria a través del cine, es uno de los objetivos fundacionales de este emprendimiento, reviviendo una costumbre que existía décadas atrás, asistir a salas de cine no comerciales.
Con el paso de los años, y ante el avance de las grandes salas de cine en los centros comerciales, ese modelo de pequeños negocios que también cumplían un rol cultural, fue desapareciendo.
“Tenemos una sala preparada para que sea una experiencia fuerte, con un acondicionamiento acústico, buen set de sonido, buena calidad de imagen, y una curaduría que apunta a traer películas como ‘Matar a la bestia’ y otras que no tienen distribución comercial porque son para un público más reducido”, dijo.
La propuesta de Cine de Barrio busca constituirse como uno de los pocos espacios de fomento del cine de culto, en el que no solo se proyecten las cintas, sino además, se de lugar a la interpelación que generan estas películas, provocando un debate sobre ellas.
“No traemos nada nuevo, pero proponemos volver a una cultura muy asuncena de ver y debatir películas de autor en los barrios. Nos queremos ver como un proyecto modelo en el sentido de que tenemos todos los permisos, de toda la infraestructura para que el proyecto pueda replicarse en otros lugares”.
Entradas agotadas
El filme a ser proyectado este sábado 19 de agosto es “Chaco”. Las entradas se agotaron para todos los horarios, pero la organización anunció que la película será proyectada nuevamente el próximo sábado 26.
Las entradas se pueden adquirir en el link que aparece en la biografía del perfil de Instagram de “Cine de Barrio”.
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“Chaco”, es una película del director boliviano Diego Mondaca, estrenada en el 2020 y que explica los devenires de soldados jóvenes bolivianos que fueron a pelear en la Guerra del Chaco, conflicto bélico que enfrentó a Paraguay y Bolivia en la década de los 30 por el Gran Chaco Boreal.
Cuestionar la narrativa que se instaló a la fuerza en la historia boliviana sobre la guerra del Chaco, sobre quienes fueron los héroes”.
Diego Mondaca, director de la película Chaco.
“Lo que se trabajó mucho en la película fue esta inquietud de proponer imaginarios que dialoguen con nosotros desde el presente. Una narrativa que se instaló a costa de los miles de indígenas muertos, abandonados en situaciones tan precarias como paupérrimas, en las que se mandó al ejército boliviano hacia un enemigo fantasma”, dijo el director del filme.
