Las fiestas de Navidad y Año Nuevo tienen sus fanáticos y detractores, entre los últimos, están quienes odian estas celebraciones por el simple hecho de que al reunirse con la familia o amigos, pueden volverse el centro de críticas o preguntas incómodas. Entonces, muchos optan por no ir a las actividades, o si lo hacen, van de mala gana.
La pregunta del millón consiste en cómo enfrentar este tipo de situaciones, qué hacer cuando tu tía, cuñado, abuela, hermano, suegro, da opiniones que nadie les pidió sobre el cuerpo o logros inconclusos de los demás. Opiniones que podrían parecer inofensivas, pero que terminan siendo hirientes para quien las recibe, por la carga que comprenden.
Para saber cómo eludir estos comentarios tipo Neo en The Matrix, hablamos con la sicóloga Miriam Jacquet quien dio una serie de consejos puntuales para no dejar de ir a estos encuentros, pero al mismo tiempo poder llevar la fiesta en paz, sin sobresaltos o momentos hostiles.
No huir, enfrentar la situación
La especialista en salud mental refiere que si vas a la fiesta con el objetivo de evadir “a la tía pesada o el tío pesado”, no vas a disfrutar ni relajarte porque vas a estar en modo alerta.
“En ese caso es necesario trabajar en uno mismo, tenemos que entrenar nuestra autoestima, nuestro ego, para que no me afecte. Pensar en qué probablemente no le vas a poder cambiar ya a la gente que nos rodea”, agregó.
Enfatizó que es difícil cambiar a las personas, pero uno sí puede hacer un autoanálisis de su vida, mejorar su diálogo interno, es decir, reconciliarse con los aspectos de su persona y pensar en todo lo que logró para llegar hasta ese momento, sin ponerle demasiada atención a lo negativo, de esa manera, se logra un autosostén.
También hizo referencia a la importancia de no quedarse en lo superficial, sino más bien no darle poder a la otra persona.
“¿Voy a dejar que esa persona arruine la fiesta o voy a compartir y agradecer por todo? Hay muchas familias que no van a poder reunirse y yo tengo la posibilidad, entonces es necesario pensar ¿en serio le voy a dar tanto poder? Yo tengo que fortalecerme con técnicas de autosostenimiento para poder asumir esto”, remarcó.
Tomarlo con humor y no quedarse pensando
Un rasgo de la personalidad madura es el sentido del humor, que no consiste en reírse del otro, ya que eso es muy fácil, sino que uno pueda tomar la situación con gracia.
“Hay que reírse y hacer pasar, no quedarnos en el escenario sarcástico e irónico de la persona, que vive siendo crítica y juzgadora. Decirle: soy muy feliz y ya nadie más se mete con uno. En la medida en que yo muestro que me piché, yo le empodero al otro. También podés hacer el ejercicio del espejo: vos también engordaste, te salieron canas, etcétera”, acotó.
Agregó que después de esa situación, de buscar una manera de hacer pasar es importante no quedarse pensando en eso, no dejar que me afecte. “Yo me tengo que cuidar, qué me estoy diciendo todos los días”, subrayó.
Evitar las expectativas negativas
Jacquet advirtió que tampoco es saludable generar expectativas tan negativas sobre cómo voy a pasar, ya que es probable que realmente no pase bien ese día debido a que uno ya se predispone negativamente de esa manera.
Refirió que algunas personas, que van de mala gana al encuentro, se aíslan en una esquina, están con su celular, en su mundo, para evadir la situación, no se ríe y si escucha las bromas pero, solo piensa en lo mal que le cae todo.
“Lamentablemente, también algunos, ante la posibilidad de encontrarse con personas amargas o críticas, se niegan a salir para no verle la cara a fulano. A lo mejor esa persona está re iluminada, re bien y yo me privé de pasarla bien”, apuntó.
La buena onda es contagiosa
La sicóloga además dio una estrategia que puede ayudar a evitar críticas y comentarios negativos, que puede ser empezar con algo positivo, lo cual suele tener el efecto recíproco.
“Cuando yo veo algo positivo en alguien, en su aspecto, si veo que la persona se esforzó en algo, le busco el lado bueno y lo verbalizo: ‘Qué bien que te veo’, el feedback es; ‘yo también te veo bien’ y lo que recibo es lo mismo”, explicó.
Añadió que es bueno que nos enfoquemos en eso, no ver lo malo en las personas, entender que hemos vivido momentos durísimos y tratar de compartir y vivir momentos alegres.
“Hagamos ese ejercicio, en estas fiestas: ‘me voy a empeñar en ver algo positivo’, se pueden decir frases tan cortitas pero tan expresivas. Esa apertura que se genera en el otro produce esa energía de amor, afloja la situación”, detalló.
Cabe resaltar que estos días son muy difíciles para miles de personas, hay familias enteras que viven un duelo muy duro y es necesario respetarlo. Tratar de empatizar, de pasar un buen momento y dejar de lado lo positivo o las expectativas, es lo mejor que se puede hacer, aplicando alguno de estos consejos.