Hablar de suicidio en muchas familias y entornos sociales es un tema esquivo, incómodo o hasta prohibido, logrando que el silencio hacia este situación sepulte toda posibilidad de discusión al respecto. Sin embargo, para quienes sufren en silencio es como una bola de nieve que crece. Si bien, no toda la gente que piensa en suicidarse pide ayuda, están quienes dan muchas señales.
Ese tabú de que «el que dice, no lo va a hacer», de que la persona quiere victimizarse o llamar la atención, es una de las mentiras más grandes que se puede llegar a decir en torno a este delicado tema, ¿por qué? Porque justamente ese comportamiento de hacer referencia al tema, debe encender la alarma en su entorno inmediato.
Según el Ministerio de Salud (MSP) entre las señales de aviso de suicidio está, en primer lugar, hablar de querer morir, decir que no hay esperanzas o que uno ya no ve razones para seguir. A su vez, el psiquiatra y suicidólogo Aldo Castiglioni señaló en una entrevista con Latitud25, que también la persona que está pensando en el suicidio puede decir que simplemente quiere dejar de sufrir.
Detectar las señales de alerta pueden ser claves para evitar que una persona llegue a una decisión extrema. Por eso, para generar conciencia sobre esta situación cada 10 de setiembre, se recuerda del Día Mundial Para la Prevención del Suicidio.
«No podemos seguir pasando por alto el suicidio. En algunos países, la prevención del suicidio ocupa un lugar preeminente en sus agendas, pero muchos otros siguen sin comprometerse», señaló el director de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el material llamado «Vivir la vida. Guía de aplicación para la prevención del suicidio en los países«, que se publicó este año.
Cifras que siguen en aumento
Según la Organización Panamericana de la Salud, durante el año 2019, un total de 97.339 personas fallecieron por suicidio en la región de las Américas, y estiman que al menos 20 veces ese número habrían realizado intentos de suicidio. En ese contexto, el lema de este año es: «Esperanza a través de la acción«.
En cuando a las cifras nacionales, la directora de Salud Mental del Ministerio de Salud, Mirtha Rodríguez, ratificó que la pandemia desencadenó ciertas patologías y agravó algunas ya preexistentes. «Hubo un aumento de ansiedad, depresión, estrés postraumático y también del suicidio, lo que es un problema de salud pública importante», puntualizó.
Al respecto, dio cifras de cómo en los últimos cinco años fue aumentando progresivamente el número de consultas por trastornos mentales –como el de ansiedad, que también al no ser tratada puede llevar al suicidio en algunos casos–. Algo similar, ocurrió con la depresión, aclaró.
En relación a por qué hubo más consultas en los últimos tiempos respondió que se puede deber a dos motivos: primero, porque la gente tuvo mayor acceso a información sobre los trastornos mentales. Segundo, la pandemia del COVID-19, que hizo que la gente acuda por pérdida de familiares, pérdida de trabajo y otros factores que afectaron su vida.
Nota relacionada: El trastorno de ansiedad no tratado puede generar discapacidad
Además, cabe resaltar que en los últimos de 10 años, en Paraguay se supera la cifra de más de un suicidio por día: En el 2016, hubo 387 suicidios; en el 2017, 407; 2018, 457; 2019, 445; en el 2020, 453 y en el 2021, hasta agosto, se contabilizaron 200 casos.
¿Cómo prevenir el suicidio?
Cuando se trata de observar nuestro entorno inmediato hay algunas señales de alerta que se pueden tener en cuenta como los cambios de estado de ánimo, la desesperanza, la persona que no disfruta de actividades que antes le gustaban, que tenga constantemente la sensación de ser una carga y dificultades para dormir, según afirma la psiquiatra Mirtha Rodríguez.
No obstante, hay que resaltar que –justamente por el estigma mencionado antes– hay personas que evitan demostrar lo que sienten para no hablar de lo que les está pasando y exteriormente se muestran tranquilas o incluso felices.
A su vez, la Organización Panamericana de la Salud resalta que el suicidio es prevenible a través de algunas medidas puntuales.
Estas tienen que ver con restringir el acceso a medios para el suicidio, políticas de salud mental efectivas, reducción del consumo de alcohol y drogas, además de la promoción de información mediática responsable acerca del suicidio.
La OPS resalta además que el estigma social y la falta de conciencia siguen siendo los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda cuando una persona tiene comportamientos o pensamientos suicidas, por eso más que nunca es momento de hablar de salud mental y prevención de suicidio.
En la siguiente nota podés encontrar información acerca de: ¿Qué le digo a alguien que me habla de suicidio?
También es importante señalar la necesidad de recurrir a un profesional de la salud, por eso, en este link te mostramos el directorio de Salud Mental del Ministerio, a través del cual se puede acceder a consultas gratuitas.
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