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Un Congreso secuestrado por el cartismo, cumplió la orden y expulsó a Kattya

La maquinaria cartista, junto a sus aliados coyunturales, logró 23 votos este miércoles para la pérdida de investidura de la senadora Kattya González (PEN) por un supuesto caso de tráfico de influencias. La Cámara Alta, con mayoría cartista, pisó así su propio reglamento que aprobó en diciembre pasado, en donde reza que se necesitan dos tercios de los votos del Senado para poder expulsar a cualquier congresista. El cartismo recrudece su arremetida.

Tras una primera sesión extraordinaria fallida, a la que no se llegó por falta de quórum, el
oficialismo junto a los cuatro liberales expulsados y los tres ex Cruzada Nacional, con 29 senadores en sala, juntaron los 23 votos que necesitaban para expulsar a la senadora Kattya González. La causa: un supuesto hecho de tráfico de influencias. Hubo 7 abstenciones (ex Añeteté) y 15 ausentes (oposición).

Según el reglamento interno del Senado, modificado por los mismos congresistas el 20 de diciembre del 2023, para la pérdida de investidura se debían reunir dos tercios de votos. O sea, de los 45 senadores, se debían reunir 30 votos.

Pero pisoteando su propio reglamento, decidieron ir por lo que indica la Constitución Nacional, o sea, por una mayoría simple. A la sesión asistieron 44 senadores, para lo cual, solo se necesitaban 23 votos, los que logró conseguir el cartismo.

«De lo que no se puede hablar, mejor callarse», dijo escurridizamente un reprimido Silvio Ovelar, presidente del Congreso Nacional, cuando se le preguntó a qué debía su cambio de postura, sabiendo que él se mantuvo firme con la tesis de los dos tercios para destituir a un parlamentario.

Su respuesta disparó todo tipo de especulaciones en torno a la presión que tenía encima el titular del Poder Legislativo. Ovelar se negó a dar explicaciones del por qué a su cambio de postura que permitía que esa irregularidad se cometa y a su adhesión como senador vigésimo tercero, que marcaba la diferencia entre el rechazo y la aprobación.

La cronología de una condena anunciada

El martes 13 de febrero el presidente de la Comisión Permanente del Congreso Nacional, el senador colorado Colym Soroka, remitió a mesa de entrada el pedido de pérdida de investidura contra la senadora González, presentado por el senador cartista, Dionisio Amarilla. La convocatoria fue para el miércoles a las 10 horas.

Para la hora indicada solo había 21 senadores presentes, por lo que no hubo quórum suficiente. De esta manera, el presidente del Senado, Silvio Ovelar, convocó a otra sesión extraordinaria para las 11:30 AM, a la que asistieron los 44 senadores, excepto Kattya González.

Las negociaciones en sala se daban en diversos puntos del recinto, pero en todos estos puntos de negociación, se encontraban los cartistas Basilio Núñez y Dionisio Amarilla, tratando de persuadir a sus colegas a asegurar su voto a favor de la expulsión.

Tras horas de debate, el senador denunciante que fungió de fiscal acusador, Dionisio Amarilla, mocionó que el pleno se constituya en Comisión para analizar las acusaciones, lo que fue aprobado por mayoría. El problema era que pretendían hacerlo por encima del reglamento vigente hoy, con una mayoría de 23 y no de 30 como estipula la normativa aprobada en diciembre.

“Es innecesario este abuso. Porque si tienen votos para destituir a la colega, hagan bien las cosas, usemos el reglamento. Si tienen los votos, solamente pedimos que hagan las cosas bien. No abusen del poder, colorados, porque les va a llevar a perderlo”, dijo la senadora Celeste Amarilla (PLRA), tratando de llamar a la sensatez a sus colegas determinados a pisotear su propia normativa.

La senadora colorada Lilian Samaniego, que se autodenominó mediadora del conflicto, buscó proponer un término medio para sancionar a su colega, pero sin que pierda la investidura. Propuso una sanción de 60 días sin goce de sueldo ante las supuestas irregularidades cometidas.

La propuesta de Samaniego ni fue considerada por sus colegas cartistas.

El senador Rafael Filizzola (PDP), denunció que el proceso no contemplaba los plazos del juicio y no daba las garantías procesales a la acusada. Dijo además que la arbitrariedad del proceso no solo se daba por el exiguo plazo de tiempo, sino que además, no se estaba dando la oportunidad a Kattya González de ejercer su defensa.

Dieron quórum pero se abstuvieron de votar

El juicio prosiguió con la exposición del libelo acusatorio a cargo de Dionisio Amarilla. En un momento dado, tras culminar la lectura de los supuestos motivos que justificaban la expulsión, ingresó la senadora González a dar su descargo para luego retirarse del recinto.

Kattya interpeló a sus colegas, diciendo que lejos de ser juzgada por sus pares, serán sus pares los juzgados por el pueblo. Agradeció a sus compañeros de bancada y a los “colorados democráticos” que le brindaron su apoyo.

«Vengo a decirles que son ustedes, los que en este momento están siendo sometidos al juicio del pueblo. Junto con un puñado de colegas, soy aquí apenas una voz, una presencia más, de ese pueblo que ustedes olvidan, desprecian y pisotean todos los días, con sus privilegios», dijo contundente Kattya González.

En otro momento, la ahora destituida también hizo mención a la presión que tenía el bloque cartista, que varios de ellos no estarían de acuerdo con la destitución, pero que debían cumplir la orden del quincho de la Avda. España.

“Aquí se huele miedo. Sobrevuela el hedor del miedo, se percibe la pestilencia de los que se arrastran por codicia. Se percibe el miedo de los que obedecen sin chistar”, arremetió Kattya contra la bancada de cartistas y especialmente contra Beto Ovelar a quien miraba fijamente por su falta de coraje para plantarse a esta imposición.

Tras la lectura de las supuestas causales, se procedió a la votación.

En ese momento, los 16 senadores opositores abandonaron la sala. Los disidentes permanecieron en el recinto dando quórum a la sesión con 29 senadores en sala. 23 de ellos votaron a favor y con esto, se logró el cometido cartista.

Para este 15 de febrero se prevé la sesión extraordinaria en donde se debe tratar entre otras cosas, la pérdida de investidura del cartista Hernán David Rivas, por su caso de supuesto título falso y el juramente del sucesor de Kattya, Ignacio Iramain.

Recurrirán a instancias internacionales

El senador Rafael Filizzola, tras la sesión extraordinaria, expresó ante los medios de prensa que recurrirán a la Corte Suprema para que González pueda ser restituida en su banca y si fuese necesario, llegarían hasta instancias internacionales.

“Esta resolución es de nulidad absoluta y vamos a tomar las medias en el ámbito interno e
internacional para que la senadora Kattya retome su banca”, dijo el senador Filizzola.

En tanto que la senadora liberal, Celeste Amarilla, aseguró que, tras esta destitución, el cartismo ahora irá por los demás senadores que molestan al cartismo, ya que no se trata solo de Kattya.

“No temo ser la segunda en la lista, probablemente lo sea. Pero esto es un cháke para cualquiera que saque la cabeza y sea molestoso para Cartes, van a ir por todos. Acá van a ir por Beto Ovelar, acá van a ir por Chase que está pegado con chicle porque tiene casos en la justicia», dijo Celeste.

Por su parte la senadora Yolanda Paredes (Cruzada Nacional), señaló que ahora hay miedo no solo en la oposición sino en las filas disidentes coloradas. Dijo que no hay garantías para el ejercicio parlamentario y que todo fue orquestado por el presidente de la ANR, Horacio Cartes.

“Para mí no es sorpresa, el golpe se dio el 30 de abril con el gran fraude electoral. Reafirmamos que Horacio Cartes es el que ejerce la presidencia. Nos comentaron que Santiago Peña no estaba de acuerdo con esto, pero esto se decidió en el quincho. Fue una cuestión de lealtad a HC, no fue ni una cuestión de plata”, aseguró.

Asimismo, la senadora Esperanza Martínez, refirió que “esto es ridículo, en diciembre el Partido Colorado presentó el alegato y los cartistas abalaron esto (el reglamento interno para expulsar senadores por dos tercios de votos) y ellos mismo desconocen su reglamento”.

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