Desde el año pasado, Paraguay ha experimentado una serie de episodios de violencia en centros educativos, que históricamente ocurrieron con frecuencia en países como Estados Unidos. Mientras que, en menor medida, en Nueva Zelanda o hasta en Brasil. Esto generó importantes debates sobre el acceso a armas y su necesidad de regulación. Por lo que también surgieron ideas, como el uso de mochilas transparentes.
Localmente, los medios de comunicación han difundido numerosas amenazas de tiroteos y ataques en las escuelas. Sin embargo, hasta ayer, estas amenazas se mantenían solo como una eventual posibilidad que no terminaba de concretarse.
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Lamentablemente, la historia dio un giro trágico cuando la directora por la mañana y docente por la tarde, Sofía Rodríguez, perdió la vida de manera violenta. Esto ocurrió mientras impartía clases en el colegio San Gervasio de Colonia Independencia. El presunto responsable es uno de sus propios alumnos, un adolescente de 16 años.
Ante esta situación, el ministro de Educación, Nicolás Zárate, se reunió con el gobernador de Guairá, Carlos Barreto, de modo a tomar medidas conjuntas de prevención, no solo de acompañamiento a la familia. El MEC organizó una mesa interinstitucional para buscar soluciones que ayuden a mitigar este tipo de tragedias.
El ministro Zárate además visitó la casa de la maestra fallecida para acompañar al marido y a su hijo. En declaraciones públicas, hizo hincapié en la necesidad de que la familia acompañe más de cerca al niño, niña o adolescente y exigió mayor responsabilidad a los padres de niños agresores.
Varios especialistas enfatizaron en priorizar un aspecto sensible del problema, que es la urgente atención en salud mental que precisa el sistema educativo. Zárate mencionó que hoy existen 520 psicólogos en el sistema, pero que precisan de al menos 1.500 para abastecer la demanda. Dijo que de USD 12 millones que se precisan, slo se invierte un tercio de ese importe en este rubro.
Las medidas que se analizan, buscan no solo abordar el caso particular de esta tragedia, sino también prevenir futuros incidentes similares y brindar un entorno seguro y propicio para el aprendizaje en todas las escuelas del país. Pero también habló de otras medidas de control…
Las mochilas transparentes
Algunas personas pueden ver las mochilas transparentes como una solución porque brindan una mayor seguridad en entornos donde es necesario tener visibilidad de los objetos que se llevan.
Por otro lado, hay quienes consideran que las mochilas transparentes representan un retroceso. Argumentan que esta medida invade la privacidad de las personas, ya que revela de manera pública los objetos personales que se llevan dentro de la mochila. Esta falta de privacidad puede generar incomodidad y afectar la libertad individual.
Incluso, hay argumentos que se basan en que la transparencia de las mochilas no garantiza una mayor seguridad, ya que los objetos prohibidos podrían ser ocultados de otras formas o en otros lugares. Además expone a la persona que porta la mochila a ser asaltada, ya que con facilidad se nota el tipo de elementos que ésta contiene.
El titular del Sindicato Nacional de Directores del Paraguay (Sinadi), Miguel Marecos, había alertado, en RadioCast25, sobre la falta de herramientas para evitar ataques en escuelas. Para el docente, el control de mochilas sería una medida ideal. En ese contexto, el ministro de Educación, Nicolás Zárate, mencionó que la cartera estatal impulsará la aplicación de mochilas transparentes, y que incluso cuentan con el aval de varios colectivos de padres.
Marecos insistió en que necesitan medidas de control para revisar las mochilas en las instituciones educativas. Aseguró que solo de esta manera podrán evitar el ingreso de sustancias ilícitas y de armas a escuelas y colegios.
Medida autoritaria y superficial
Al respecto, la especialista en Derechos Humanos, Diana Vargas, dijo a través de Twitter que esta decisión solo traerá retroceso al país.
Sostuvo que el problema no radica en el contenido de las mochilas, sino en las actitudes y valores arraigados en las personas, en este caso niños y adolescentes.
«El problema es que como sociedad violenta nos negamos a mirar las causas; el problema es que como familias nos negamos a revisar costumbres. «El problema no son ellos ni sus mochilas», subrayó.
Dijo además que una sociedad autoritaria –con instituciones y familias– autoritarias, que violentan a la niñez, se sorprende de respuestas violentas. Es la misma que aborda ese complejo escenario con una respuesta superficial: el control de mochilas, remarcó.
Ministro defiende las mochilas transparentes y habla de falta de presupuestos
Al ser cuestionado por la dudosa efectividad de esta medida, el ministro Zárate habló de la falta de presupuesto. Agregó que ellos habían alertado que después de la pandemia iba a haber problemas de salud mental masivo. Aseguró que el MEC se antepuso a la situación a su debido tiempo, solicitando ampliaciones presupuestarias para el efecto.
Aseguró que el MEC tiene una guía para trabajar con los padres y docentes, pero apuntó a que esto no va a ser suficiente si no se aplica a nivel país. También hizo referencia a la falta de presupuesto y recursos para instalar un comité psicosocial.
«Entonces cierto, lo de la mochila parece una respuesta de googlee, pero lo de las mochilas veníamos trabajando hace dos semanas atrás. Si son transparentes no van a poder meter armas ni drogas», afirmó.
Finalmente, reconoció que es necesaria la capacitación de los docentes, porque son quienes deben detectar conductas extrañas en los alumnos. También habló de la necesidad de la conversación con los padres para que los mismos hagan un seguimiento.