Una niña desapareció en Emboscada, el 15 de abril de 2020. La noticia recorrió los medios, se hicieron varios allanamientos, su foto se publicó en todos los medios. Sin embargo, tras un par de diligencias, la Fiscalía cambió la carátula de la investigación y se debieron omitir sus datos, por ser una presunta víctima de violación de sus derechos.
Ella se convirtió en un ícono de la incertidumbre para toda la sociedad, de desesperación e impotencia de no saber si está viva en alguna parte del país o qué aconteció con ella. Sin embargo, hay otros cientos de niños y niñas a quienes nadie buscó.
Muchas veces, en marchas y reproches se ha utilizado la frase «Con los Niños No». Pero lo que debemos cuestionarnos es: ¿Qué realmente estamos haciendo como sociedad para exigir al Estado la protección de niños, niñas y adolescentes? ¿Realmente estamos pensando en los más vulnerables? ¿Alguien se está movilizando para buscarlos y ayudarlos?
Según la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA) en 2021 hubo 1.306 denuncias de desapariciones de niños, niñas y adolescentes. De ese total, un 78,6% son niñas y adolescentes mujeres. Este informe de CDIA, tomó como fuente al Departamento Especializado de Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas de la Policía Nacional de Paraguay, 2021.
En este análisis de lo que está sucediendo con los niños, niñas y adolescentes que desaparecen en Paraguay, a simple vista se puede notar la cantidad de negativas y falencias en cuanto a la protección. Entretanto, una gran mayoría sigue indiferente a los problemas de fondo que atraviesa la niñez en nuestro país.
¿Cuántas personas siguen desaparecidas? ¿Quién las busca?
La respuesta a ambas preguntas es no. Para entender porqué la respuesta es negativa, Aníbal Cabrera, Director ejecutivo de CDIA, habló en contacto con RadioCast25, acerca de esta problemática. Señaló, en un primer momento, que el departamento especializado en búsqueda y localización de personas de la Policía Nacional de Paraguay, está integrado por solo dos personas.
Este departamento, además del escaso personal, no tiene equipo médico, equipos informáticos, tecnología ni un equipo psicológico, que pueda hacer una evaluación de riesgos. Agregó que ni siquiera tiene una patrullera.
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Cabrera hizo una comparación respecto a cómo funciona el Departamento Antisecuestros de la Policía, que tiene tecnología de punta y personal especializado en distintos lugares del país. Sin embargo, Paraguay tiene entre 10 a 20 secuestros por año, aunque algunos no se llegan a hacer públicos, aclaró.
En contrapartida, el departamento policial que debe buscar a unas 2.500 personas, que desaparecen por año, no tiene presupuesto ni condiciones para hacerlo. Cifra que incluye a niños, niñas, adolescentes y personas mayores de 18 años. «Hay ahí una contradicción tremenda entre las prioridades que tiene la Policía Nacional», aseveró.
Sin ser buscados, van al archivo
Una de las informaciones que considera más preocupantes es que la Policía Nacional, solo tiene los nombres durante un mes en su radar de búsqueda y localización.
“Al mes pasa a la oficina de casos no resueltos, ni siquiera le buscó a nadie porque no tienen recursos y al mes ponen entre en casos no resueltos”, subrayó Cabrera.
También comentó que el 1 de enero de cada año el contador de la Policía Nacional vuelve a cero, por eso no se sabe qué pasó con los datos del año anterior.
«Si calculamos que hay de 500 o 600 niños y niñas que desaparecieron en los últimos cinco años, tenemos casi 3000. No sabemos si son víctimas de trata de personas, tráfico de años, si se suicidaron o si están siendo explotados sexualmente internamente o externamente», cuestionó.
A los que vuelven, no se les hace seguimiento
Desde CDIA critican que no se haga la evaluación de por qué desaparecieron y que exista una falta de acompañamiento a esos niños, niñas y adolescentes.
«Existen personas que quizás regresaron a sus casas, pero la Policía no fue a revisar si volvieron y en qué condiciones volvieron, muchas familias no reportan que su familiar no regresó por alguna vergüenza que tienen. No se van a la comisaría a retirar la denuncia», detalló.
También hizo énfasis en la necesidad de rever esta reacción innata que tiene la Policía de regresar a los desaparecidos a sus familias de manera inmediata.
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«No se le hace una inspección médica y forense. Entonces hay un montón de articulaciones que tienen que hacer el Ministerio de la Niñez, la Defensoría Pública, la Policía, el Ministerio del Interior y la Dirección de Migraciones. Esto con el objetivo de determinar en cada caso, cuál es el nivel de riesgo que tiene esa desaparición», apuntó.
Finalmente, manifestó que la propuesta desde la sociedad civil es que se conforme un equipo multidisciplinario que trabaje en una misma dependencia. La idea es que, de esa manera, diariamente en conjunto estén estudiando estas cuestiones, para brindar un apoyo jurisdiccional a los niños, niñas y adolescentes, como también a sus familias.
El primer paso hacia el trabajo coordinado
La Comisión de la Niñez, Adolescencia y Juventud, presidida por el senador Lucas Aquino, convocó a una reunión interinstitucional para debatir sobre esta problemática. El encuentro se realizó en el Congreso, el martes 25 de octubre último. Participaron representantes de varias instituciones y ministerios, entre ellos, del de la Niñez y la Adolescencia.
En ese contexto, el viceministro de la Niñez, Eduardo Escobar, conversó con Latitud25 acerca de lo que resultó ese encuentro.
Afirmó que las primeras conclusiones apuntan a la inexistencia de datos, por varios factores, en coincidencia con lo resaltado desde CDIA. Expresó que muchas veces las personas desaparecidas regresan a sus familias, pero no se actualiza la situación de las denuncias.
Asimismo reconoció que la búsqueda no es efectiva ni tampoco hay un acompañamiento debido, entonces la idea es activar la instancia de protección jurisdiccional.
Manifestó que en la reunión las instituciones acordaron designar representantes para trabajar de manera integrada.
Recordó que son varias etapas, de un mismo proceso, que se deben llevar a cabo. La idea es que a partir de este trabajo se pueda: facilitar la denuncia, activar de manera rápida las alertas a nivel país para localizar a los desaparecidos, sistematizar una base de datos.
Finalmente, cuando sean localizados, se tiene que establecer un protocolo único de actuación para hacer el acompañamiento y actualizar la información.
«Ahí se debe analizar la situación del niño de por qué salió de la casa, ahí la Defensoría de la Niñez debe intervenir para precautelar la seguridad y la protección de ese niño dentro de su entorno familiar», finalizó.