La oposición está emprendiendo otro intento para reorganizarse y confrontar con lo que ellos llaman la aplanadora del cartismo, que busca consolidar un modelo de gobierno autoritario, luego de unas elecciones en las que la falta de acuerdo les costó caro.
Luego de la expulsión irregular de la senadora Kattya González de la Cámara Alta, se logró conformar un bloque entre partidos, del que también sería parte la disidencia colorada. La definición de una agenda común no sería la prioridad de esta multibancada, sino más bien, tratar de frenar la mayoría arrolladora que tiene el cartismo en ambas cámaras.
La cohesión real de la oposición es más compleja de lo que parece, ya que en un mismo bloque «opositor» confluyen intereses antagónicos. La agenda que defiende la bancada del disminuido Frente Guasu, de la mano de Esperanza Martínez, es distinta en gran medida a los intereses que defiende la representación de Patria Querida, en la bancada unipersonal de Orlando Penner.
Ante este escenario de divergencia programática, a la oposición le une un solo cometido: evitar que la supremacía cartista siga torciendo reglamentos y disposiciones a beneficio propio, como lo demostró en la destitución de Kattya González, al quebrantar su propio reglamento, que establecía la mayoría de dos tercios (30 votos), para la expulsión de un senador.
Para entender en qué consiste este acuerdo entre bloques de oposición y analizar las proyecciones a futuro, preguntamos a los impulsores de esta articulación, si realmente aprendieron la lección de que la unificación real es fundamental.
Equiparación de fuerzas
«Este abuso, evidentemente, nos va a obligar a nosotros, a tener una respuesta en el mismo sentido», dijo la senadora Esperanza Martínez, una de las bisagras de esta coalición que busca anteponerse a las pretensiones del oficialismo.
La senadora mencionó que es momento de hacer un gran acuerdo en la sociedad paraguaya para evitar que el autoritarismo se convierta nuevamente en el sistema que gobierne este país.
«Vamos a consolidar a la oposición ante la respuesta clara del autoritarismo que se viene (…) Sabemos que hay una lista de gente (futuras expulsiones), lo plantearon desde el principio y esas personas van a ir apareciendo progresivamente», dijo Esperanza en relación a los próximos pasos del cartismo para seguir descabezando a la oposición.
Reconoció que esta postura conjunta es una respuesta a esas versiones que sugerían que la oposición es demasiado débil ante el oficialismo y destacó que es momento de dejar las diferencias personales de lado.
«Es momento que las pequeñas miserias personales que tenemos, las dejemos de lado. Está en este momento, el riesgo de la institucionalidad democrática del Paraguay», aseguró Esperanza Martínez.
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Los números
Esta trinchera de resistencia, se podría dar únicamente en Cámara de Senadores, ya que en Diputados los números son abrumadoramente a favor del oficialismo, sin probabilidades de que cambie el escenario a lo largo de este período.
Al frente opositor se logró convocar a 13 senadores entre liberales y de bancadas unipersonales. A estos 13 votos, dos están en duda, aunque ya han dado su OK a la adhesión, son votos más impredecibles. Orlando Penner (PPQ) y Patrick Kemper (Hagamos) son los dos votos pendulares dentro de esta coalición.
Además, este bloque contaría con los votos de los colorados disidentes, ya que lentamente se va profundizando la grieta que existe entre el oficialismo y la disidencia. Blanca Ovelar, Lilian Samaniego, Arnaldo Samaniego, Juan Afara, Luis Pettengill, Óscar -Cachito- Salomón y Mario Varela, estarían prestando su voto a este frente multibancada.
Sin embargo, en caso de que todos estos votos estén alineados, aun no se llega a la cantidad de 23 votos para hacer frente a la aplanadora cartista, ya que el cómputo total de la oposición disidencia, con los votos en duda incluidos, suman 22 votos.
Por el lado del cartismo, además de la bancada cartista con 14 votos duros, se suman las 3 fugas de Cruzada Nacional, más los 4 senadores parcialmente expulsados del Partido Liberal (PLRA), sumando así 22 votos asegurados.
No hay agenda, pero sí causas comunes
Según el senador independiente Eduardo Nakayama, en ningún momento se habló de que Kemper o Penner conformarían la bancada democrática porque ellos se mantienen en sus «perfiles independientes».
«Es imposible que nosotros coincidamos en todo, ideológicamente, ni en el Partido Colorado ocurre eso. Son agendas más bien de momento que los distintos actores políticos presentan y llevan adelante», dijo Nakayama.
Reconoció sin embargo, que existen temas como la renegociación de Itaipú o proyectos de ley como la del funcionario legislativo, en la que se podrá consensuar entre todos los miembros de la multibancada opositora.
«Más allá de que uno sea de derecha, otro de izquierda, de arriba o abajo, estamos de acuerdo que no se puede robar o seguir cometiendo hechos de corrupción, nombrando familiares como se ha tenido ahora, esas son cuestiones que nos pueden unir en una agenda común», aseguró el parlamentario.
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Dos votos decisivos
El presidente del Congreso, Silvio -Beto- Ovelar, no sólo tiene un papel preponderante en todo este escenario como autoridad política de la cámara alta, sino que además, su relacionamiento con el líder del movimiento Honor Colorado, podría generar el éxito o el fracaso de los planes del cartismo.
Si analizamos los antecedentes parlamentarios de Silvio Ovelar, debemos recordar la férrea oposición que ejerció en 2017, junto a otros senadores, para impedir la enmienda pro reelección que intentaba establecer el ex presidente Horacio Cartes.
Hoy, su vínculo con el ex mandatario dan cuenta que las heridas se han cicatrizado. Es que los intereses de Ovelar de mantenerse alineado al cartismo, se cotizan en millones de guaraníes. Su esposa, Magnolia Mendoza, volvió a ser directora jurídica de Itaipú Binacional, luego de su dimisión en abril de 2022, por presiones políticas.
Mendoza encabeza una larga lista de más de 11 familiares del presidente del Congreso, que forman parte de la nómina de diferentes dependencias del Estado. Desde las binacionales hasta el TSJE, pasando por la Fiscalía y el Poder Judicial, alcanzando cifras de casi Gs. 300 millones todos los meses, destinados exclusivamente al clan Ovelar.
Es decir, la necesidad de Silvio Ovelar de mantenerse dentro del cartismo, significa una garantía para poder mantener esta entramada estructura de nepotismo.
El otro voto impredecible que podría definir esta contienda, es el itapuense Colym Soroka. Presidente de la Comisión Permanente del Congreso, Soroka se mostró más a favor de los intereses del cartismo votando a favor de la expulsión de Kattya o dando cuórum para la creación de la Superintendencia de Pensiones y Jubilaciones, medida que generó protestas en todo el país.
Beto sólo cumple mandatos
El 16 de febrero pasado, Silvio Ovelar hacía un reconocimiento público en Radio Ñanduti, que dio cuenta de su criterio para ejercer sus funciones parlamentarias, que según el artículo 201 de la Constitución Nacional, los parlamentarios no estarán atados a mandatos imperativos.
«Don Horacio nos permite la libertad de debatir a profundidad (…) Cuando uno forma parte de un equipo, uno debe volar en escuadra. Como integrante del equipo, tuve que acatar lo que se decidió en el Comando», reconocía el presidente del Poder Legislativo, al disipar las dudas sobre el por qué de su adhesión a la destitución de Kattya González.
Ovelar se excusó diciendo que esto no constituye mandato imperativo, sino más bien, disciplina partidaria, ya que pese a no estar de acuerdo, de todos modos tuvo que acatar los resuelto por el comando político del cual es parte. Incluso siendo una irregularidad, al pisotear un reglamento recientemente aprobado por ellos mismos.
No obstante, informaciones extra oficiales desde el Parlamento indican que el caso Kattya dividió las aguas dentro del cartismo y que más de uno estuvo incómodo con la decisión tomada por el comando político a cargo de Cartes, con la argumentación de Galaverna.
Existiría una disputa de poder dentro de la bancada del cartismo entre Ovelar y Basilio -Bachi- Núñez, líder de bancada. Esta confrontación disimulada entre ambos referentes se agudizó en medio de los escándalos de nepotismo que salpicó al hijo de Ovelar, que terminó renunciando al cargo en Diputados.