Para cualquier núcleo familiar, tener un adulto mayor, una persona con discapacidad o en situación de dependencia requiere de una atención especial constantemente. Lo cierto es que, hasta la fecha, en Paraguay no existe una política de Estado que asista a las familias en esta situación, ni que atienda la demanda de profesionalización de las personas que se dedican a este oficio que emplea a miles de personas en el país.
En las comunidades más vulnerables, son generalmente las mujeres, ya sean adultas o menores de edad, las que asumen la responsabilidad del cuidado de las personas en situación de dependencia en el seno familiar, muchas veces por amor o por necesidad, incluso sin estar en condiciones económicas ni físicas de hacerlo.
Esta situación hace que un gran número de mujeres no solo inviertan tiempo, esfuerzo y dedicación a esta tarea, sino además, que no reciban una remuneración digna y acorde al tiempo invertido en esta tarea.
De igual manera, las familias de la clase media alta, tampoco tienen la facilidad de conseguir cuidadores que estén capacitados específicamente para el efecto. En Paraguay la formación técnica en deberes de cuidado para personas en esta situación no está formalizada, por lo que no existen institutos públicos ni privados de formación; sino más bien una serie de agencias de empleo especializadas en labores domésticas, que incluyen entre los servicios que brindan acompañamiento y atención de adultos mayores, pero sin la formación adecuada.
Esa instrucción en el manejo de personas de la tercera edad comprende no solo conocimientos básicos de salud, primeros auxilios, contención emocional y acompañamiento físico, sino además asistencia en aspectos de la persona como la alimentación y la dispersión.
Si bien existen iniciativas privadas, no existe un marco de regulación que pueda certificar la capacidad de las personas que se dedican a esto y, por otra parte, constatar que el pago sea el adecuado, así como las condiciones de trabajo.
Profesionalizar el deber del cuidado
En varios países de la región ya hay leyes, políticas o normas para atender este aspecto tan importante del bienestar de las personas en una etapa de sus vidas en la que ya no pueden valerse por sí mismos.
En el caso de Ecuador, por ejemplo, hicieron un «Manual para cuidadores de la persona adulta mayor dependiente», que busca desarrollar a los cuidadores la capacidad de asistir a las personas de la tercera edad en la realización de las actividades básicas de la vida diaria. Además, en el escrito se aborda cómo debe prestar atención a su salud mental, el propio cuidador.
Por ejemplo, Uruguay tiene un programa social amplio con distintos tipos de servicios que comprenden diferentes aristas del cuidado de estas personas:
Capacitación: “Formación en atención de dependencia”, para poder cuidar a personas mayores y personas con discapacidad en situación de dependencia.
El curso básico es de 90 horas específicas, y pueden acceder a él personas mayores de 18 años con primaria completa, que está a cargo del Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay.
Entre los módulos formativos se citan el rol de las personas que cuidan: tareas y cometidos, el abordaje del cuidado con enfoque de DDHH y perspectiva de género; la ocupación del tiempo libre y el ocio en las personas en situación de dependencia; además de derechos, deberes y obligaciones de las personas que cuidan y de los empleadores.
Centros de Día: Estos lugares están dedicados a personas mayores de 65 años que están en situación de dependencia leve o moderada, quienes, si bien viven en sus casas, tienen limitaciones para realizar actividades físicas o mentales.
En estos lugares se llevan a cabo actividades culturales, recreativas y de estimulación física y cognitiva junto a un equipo de profesionales.
Asistentes personales: Se trata de una asistencia personalizada para ayudar a las personas con dependencia severa a sus actividades básicas, como alimentarse, movilizarse, vestirse, estudiar, entre otras. Esta atención se realiza en días y horarios acordados por la persona usuaria y la familia.
En total son 80 horas las que se dedican a cada persona, en relación al costo, brindan subsidios dependiendo de la cantidad de personas que viven en la casa y de los ingresos.
¿Qué plantean en Paraguay?
Actualmente, un proyecto de ley ya se encuentra en el circuito parlamentario esperando su tratamiento, el cual, fue presentado en diciembre del año pasado. La institución del Estado que impulsa esta iniciativa es el Ministerio de la Mujer, que además de presentar esta propuesta legislativa, está articulando con varios sectores una política que busca la creación de un Consejo Nacional del Cuidado.
En ese contexto, la viceministra de Igualdad y No Discriminación, Lilian Fouz, explicó en una entrevista con RadioCast25, que vienen trabajando en esta temática de cuidado hace más de 10 años, con el objetivo de promover la igualdad entre hombres y mujeres, instalando con fuerza el concepto de responsabilidad compartida en la asignación de estas tareas de cuidado en la familia.
Afirmó que esta temática de alcance global y regional, también es del interés del Estado Paraguayo, por lo que esperan que el Parlamento le dé el visto bueno lo antes posible.
«Lo que busca es la mejor distribución de los cuidados, que esa tarea no caiga netamente en las mujeres. La verdad que a través de esta política se pretende sumar la capacidad de las mujeres para sumar el trabajo remunerado, no solamente estamos hablando de responder a los grupos de dependencia, sino también formalizar un trabajo», aseguró la viceministra.
Esta política no solo abarcará a adultos mayores, sino a personas con discapacidad y niños menores de edad. Lo cierto es que la autoridad rectora de ese proyecto, pretende lograr el compromiso, no solo de las autoridades nacionales, sino también de las organizaciones sin fines de lucro y de toda la sociedad privada, para ofrecer diferentes tipos de servicios, que mejoren la calidad de vida de las personas con tienen alguna dependencia física o mental.
Una vez que se vaya consiguiendo mayor cantidad de fondos para colaborar con las familias en el cuidado y se vaya capacitando a mayor cantidad de profesionales, esta política podrá universalizarse, entretanto, la secretaría de Estado pretende limitar las edades y apuntar principalmente a las comunidades más vulnerables.
¿Qué piensa la gente al respecto? Un breve sondeo
En Latitud25 realizamos una encuesta en Instagram sobre esta situación. El 40% de las personas que participaron dijo que sí tiene parientes de la tercera edad en sus núcleos familiares que requieren de cuidados especiales.
De un público de más de 600 usuarios participantes, el 96% afirmó desconocer que exista alguna institución educativa donde se forme específicamente a personas para esta tarea. Entretanto, el 4% que aseguró conocer alguna institución de este tipo, no pudo citarla.
Finalmente, el 96% coincidió en que es necesaria una ley que formalice este sistema de formación.
