Este jueves amaneció lluvioso, con un cielo encapotado, gris, pero no tan gris como el escenario que tuvieron que vivir los integrantes de la comunidad Hugua Po’i, del distrito de Raúl Arsenio Oviedo, Departamento de Caaguazú, que desde tempranas horas vivieron la presión de todo un contingente de cascos azules, carros hidrantes y hasta helicópteros que ejercían presión para desalojarlos de tierras que ellos consideran son parte de su territorio ancestral.
El mismo debate de siempre, con los mismos elementos, con un final anticipado y sin una solución que brinde un respiro a cientos de indígenas que viven en un estado que no se encargó históricamente de reivindicar a sus pueblos originarios.
Este nivel de despliegue de seguridad es visto en situaciones excepcionales en operativos contra grupos criminales, pero fue así como hicieron que 70 familias abandonen forzadamente sus tierras, quedando sin amparo alguno, sin techo y con sus pocas pertenencias a la deriva.
«Amanecimos con un atropello»
Mario Rivarola, de la Articulación Nacional Indígena por una Vida Digna, habló en comunicación con RadioCast25 respecto al desalojo y calificó este acto como un nuevo atropello.
Aseveró que no recibieron ninguna notificación sobre el desalojo, que solo se enteraron a través de terceros y trataron de prepararse para defenderse pero fue imposible por el dispositivo de seguridad que se apostó en el lugar.
Mencionó que un ciudadano alemán de nombre Marcos Brown reclama como propias esas tierras, pero aseguró que no tiene los títulos de la tierra, sólo un contrato privado de compra, lo que utiliza como elemento para demostrar su supuesta propiedad.
El líder nativo aseguró que no recibieron tampoco ninguna información oficial por parte del INDI, que es la institución que debería velar por las políticas en favor de los indígenas.
La política del despojo
Rivarola aseguró que esas tierras desde siempre han sido sus tierras ancestrales, pero lamentó que en el país se favorezca a los extranjeros con respecto a la propiedad de la tierra.
«70 familias estamos del pueblo Mya guaraní, ahí vivíamos luego antes, después empezó la política de despojo», aseveró.
Varias imágenes y videos circularon en las redes sociales sobre este suceso puntual y en uno de ellos un nativo muestra los destrozos en los cultivos, tras lamentar que hayan destruido todo lo que habían plantado.
Rivarola manifestó que en ese lugar estaban todas sus plantaciones, que iban a servirles para la alimentación. Tras este desalojo, se quedaron a la vera de la ruta sin saber a dónde ir ni qué hacer para comer.
Este tipo de desalojos de las tierras ancestrales es una recurrente en los últimos tiempos, situaciones que muchas veces no llegan a tener estado público.
«En las últimas semanas tres comunidades indígenas sufrieron ataques o amedrentamientos por parte de agroempresarios», según Base Investigaciones Sociales.
«Apenas el Sol», un grito de protesta
Coincidentemente hoy fue reconocida en el Parlamento la película «Apenas el Sol» de la cineasta paraguaya Aramí Ullón, un documental que habla justamente sobre el despojo que sufrió el pueblo Ayoreo en nuestro país. Ullón, al recibir el reconocimiento, pidió que no haya más desalojos de los pueblos indígenas.
“Está en manos de ustedes brindar un mejor presente y futuro a todos los paraguayos”, remarcó.
Esta película documental representará a Paraguay en la gala de los Premios Oscar 2022 compitiendo por primera vez una cinta paraguaya en dos categorías, de Mejor Largometraje Internacional y Mejor Largometraje Documental.
En ese contexto, en la fecha, el senador Miguel Rodríguez, aprovechó un momento de la sesión de la Cámara Alta para reiterar su apoyo a los pueblos indígenas.
«Defendemos a los más desprotegidos, a los indígenas, a los de Hugua Po’i que con helicópteros, carros hidrantes, carros de asaltos, patrulleras, después de 11 años de ocupar tierras ancestrales, porque ahí están sus camposantos, hoy están siendo desalojados», resaltó.
Agregó que estarán firmes en la defensa del artículo 62 de la Constitución Nacional que dice que los pueblos originarios son anteriores a la formación del Estado Paraguayo y el artículo 64 que habla de la propiedad comunitaria a las que tienen acceso los pueblos originarios.