Al cierre del año pasado, primer año de la pandemia del COVID-19, se registró un total de 266.000 personas desempleadas, muchas de ellas perdieron sus trabajos a causa de las restricciones sanitarias que hicieron que las empresas reduzcan sus actividades y consecuentemente su plantel de trabajadores.
Esto motivó un intenso debate sobre la capacidad de algunas personas de poder reinvertirse en la crisis, una crisis que no pegó de igual manera a todas las personas y en la que buscar una alternativa a la situación crítica, no siempre es tan sencillo. Sin embargo, miles de personas desempleadas con cuentas que pagar, empezaron a buscar iniciativas para poder generar algún ingreso.
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Pero, la gran duda era, además de la creatividad de tener que emprender como única salida, cómo hacer para que el negocio que se inicie sea adaptable al mundo digital, ya que las restricciones sanitarias impusieron modalidades comerciales de venta a distancia.
Según los datos de la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) se registró un total de 496.000 nuevos contribuyentes durante el 2020 y de este total, 73.104 se tratan de nuevos emprendedores formales. “Muchos perdieron su trabajo y se empezaron a independizar”, resaltó el viceministro de Tributación, Óscar Orué.
Las dos caras de la moneda
Por un lado, muchos sectores como el turístico, locales gastronómicos y de eventos se vieron bastante afectados, debieron suspender sus actividades y despedir empleados, por otra parte, muchos de los que dejaron sus puestos seguros buscaron opciones a través de la creatividad.
En las redes sociales, se puede ver diariamente cómo amigos, conocidos y familiares emprendieron a través de productos incluso relacionados a la pandemia como venta de tapabocas, los porta tapabocas, kits de desinfección y lavamanos.
Además de estos productos, se puede ver que muchas personas decidieron abrir tiendas online de comidas saladas y dulces, que operan a través de las redes sociales y hacen las entregas vía delivery.
A muchos comercios les va muy mal, por todas las pérdidas que sufrieron durante el año pasado y a otros les va relativamente bien, pero ¿qué les espera a estos trabajadores? ¿serán sostenibles estos negocios dada la situación?
Por esa incertidumbre, es que actualmente se ha vuelto indispensable el apoyo a productores locales, pequeños comercios y a nuevos emprendedores, de modo a diversificar y dinamizar la economía, logrando que cada vez más personas vayan obteniendo la autonomía financiera con la creación de más emprendimientos en diversos rubros.
Al «comprar local», no solo se está colaborando con la aceleración de la recuperación de la microeconomía sino además se está ayudando a consolidar cadenas de distribución y producción a menor escala.