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Quizás ya escuchaste hablar del apego ansioso; esto te va a servir para entender

En los reels de Instagram o videos de Tik Tok hay varios materiales que hacen vagas referencias al apego ansioso en diferentes situaciones amorosas. El apego ansioso, que se desprende de la ansiedad social, es una de las razones por las que las personas insisten en relaciones que ya no funcionan. Para abordar este tema, que podría afectar tus relaciones, en esta nota te contamos cómo percibirlo, por qué se da y qué se puede hacer en esos casos.

Las relaciones amorosas han sido siempre un tema a analizar con detenimiento. Es una discusión complicada de abordar, por tratarse de diferentes personas, con distintas personalidades y con intereses no siempre tan parecidos entre sí, que desarrollan algún tipo de apego diferente.

Pero esta generación está abierta a plantear la discusión, a tratar de entender por qué muchas veces las relaciones amorosas son tan complejas, al contar con la oportunidad para discutir varios aspectos y tratar de entenderlas un poco mejor.

En los feeds de Tik Tok abundan los videos virales en los que se desarrollan historias breves basadas en porqué algunas personas tienen mayor dependencia que otras, o por qué se vinculan fuertemente con personas, a pesar de que no son felices en estas relaciones. Entre estos conceptos surge lo que se conoce como el apego ansioso.

¿A qué llamamos apego ansioso?

Una investigación hecha en Chile llamada “Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud” explica de qué se trata el apego. Hace referencia a John Bowlby (1986, 1998), psiquiatra y psicoanalista, quien trabajó durante años en clínica infantil y planteó la teoría del apego. Esta conducta concibió como una tendencia de los seres humanos a establecer vínculos afectivos sólidos con personas determinadas a través de la vida.

Los especialistas han clasificado el apego en varios tipos. Mikulincer (2003), resalta entre las categorías al apego ansioso ambivalente donde se aprecia alta ansiedad y baja evitación, inseguridad en el apego, fuerte necesidad de cercanía, preocupaciones en cuanto a las relaciones y miedo a ser rechazado.

La revista PSYCIENCIA, una publicación especializada en psicología basada en la evidencia y neurociencias también realizó la cobertura del tema.

Resalta que el apego inseguro (también conocido como ansioso) es una combinación desafortunada entre la preocupación por el rechazo y un deseo de conexión. En ese punto, señala que existe evidencia de que las personas con ansiedad social demuestran niveles más altos de apego ansioso o preocupado.

Su relación con la ansiedad social

El equipo de Rupert Conrad,  jefe del Departamento de Medicina Psicosomática y Psicoterapia de la Universidad de Münster, llevó a cabo una investigación. Esta se basó en la idea de que “los niños aprenden a manejar sus emociones, y el estrés en particular, a través de sus relaciones con los cuidadores principales. Los investigadores entonces propusieron que los problemas de manejo de la ira podrían ser el resultado de un vínculo de apego inseguro temprano”, señala PSYCIENCIA.

Entre los resultados de este trabajo se destaca que los adultos con trastorno de ansiedad social tenían más probabilidades de presentar un apego preocupado o ansioso, en línea con estudios anteriores.

Para el especialista, el apego ansioso es solo una arista de lo que puede generar la ansiedad social, un tipo de trastorno bastante complejo que afecta el relacionamiento de las personas. Además mostraron un estilo de expresión de ira que implicaba contener y ocultar su ira. 

Leé también: El trastorno de ansiedad no tratado puede generar discapacidad

El apego empieza en la infancia

Como señalan las distintas investigaciones sobre este tema, el apego consiste, básicamente, en cómo una persona desarrolla afecto hacia las otras personas. Eso se aprende en la primera infancia, cuando los niños y niñas comienzan a relacionarse con quienes los cuidan.

El psicólogo clínico en Terapia Cognitiva conductual y especialista en jóvenes en situación de riesgo, Christian Méndez, habla sobre el tema y va más allá. Sostiene que el apego ansioso se da cuando una persona se vincula demasiado con la otra y ese vínculo pasa a ser dependiente. Además, refiere que si quienes se encargaban, por ejemplo, quienes se encargaban de tu cuidado, eran muy punitivos, podés desarrollar ansiedad social.

“Probablemente tenías que hacer todo bien y no podías equivocarte. También pasa cuando vos veías que tu mamá juzgaba, entonces vos no querías que te juzgue y te cohibías, evitabas realizar ciertas acciones, para no sentirte mal”, ejemplifica.

La ansiedad social, justamente es una respuesta para evitar interactuar socialmente con otras personas. Con el tiempo, el juicio, la observación o la crítica le afecta demasiado a una persona.

“Las personas con ansiedad social se sienten censuradas para expresar su malestar, porque piensan que les van a juzgar por ello o creen que lo que les molesta, es una macanada, es decir, minimizan todo lo que sienten. Entonces dejan pasar muchísimas cosas en pequeña escala y después se ve como un problema más gigantesco”, agrega.

¿Cómo puede afectar a una relación?

El apego ansioso, que se desprende de la ansiedad social, es una de las razones por las que las personas insisten en relaciones que ya no funcionan. Incluso soportan tratos que no deberían y no son capaces de poner límites.

Con el apego ansioso, la persona que está en una relación tiende a sentir que todo el bienestar, seguridad y la gratificación viene de una sola persona. Eso hace, a quien tiene este apego, una persona muy disfuncional.

“Porque si le quitás a esa persona, de la cual depende o con quien formó un vínculo, no puede hacer nada, porque se siente muy expuesta, no puede tolerar las críticas de otro. A la persona le cuesta abrirse con extraños y se siente muy mal, hasta puede tener síntomas físicos como: temblor, sudoración y sensación de querer escapar”, añade Christian Méndez.

Hace énfasis en que las personas con trastorno social tienen a ser víctimas de un entorno violento. “Las personas con ansiedad social son las víctimas perfectas de la gente tóxica, intensa, maltratadora y demás. La persona violenta tarda menos tiempo en desmoralizar a la otra persona y hacerla dependiente, porque quien tiene ansiedad social no se expresa, no limita y cae fácilmente en ese ciclo de violencia”, refiere.

Las señales de alerta

El especialista explica que la primera gran alerta, es sentir miedo de expresarle a tu pareja cómo te sentís. Eso hace que dejes pasar muchas cosas.

Por ejemplo, si hizo comentarios o chistes fuera de lugar o hay una falta de compromiso. Si preferís no hablar para evitar conflictos, es una señal de que algo anda mal.

“Las cosas se intensifican cuando te sentís depresivo/a, cuando ya estás infeliz, esa es la consecuencia, cuando no podés limitar nada. En la relación uno domina y el otro obedece”, refiere.

También pueden ser síntomas hechos como: evitar comunicarse, tener relaciones malas y tener mucho temor a la respuesta de los demás.

Cuando alguien tiene ansiedad social, tiende a pensar constantemente que todo es culpa de uno, cuando la otra persona también hace cosas o genera situaciones, que no asume. Sentirse bajón todo el tiempo, también son otro de los indicadores importantes.

En cuanto a las amistades, se puede detectar el apego ansioso o ansiedad social cuando el amigo o amiga solo se preocupa por vos. Todo el tiempo te pregunta: ¿qué te pasa a vos?, ¿cómo estás vos? Siempre evitando hablar de lo que ocurre en su vida.

“Al ansioso social le cuesta mucho pedir ayuda, porque no quiere sentirse juzgado por lo que le pasa o cómo se siente. Entonces es más fácil preocuparse por los problemas de otros que de los suyos. Mientras más son así, más se cohíben y después llegan a un punto extremo en el que se sienten muy mal y se sienten solos, pero se sienten solos porque no hablaron con nadie”, remarca.

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¿Qué se puede hacer al respecto?

Según el terapeuta, existen diversas maneras en las que uno puede tratar de lidiar con los efectos que genera en las personas, el apego ansioso. En ese contexto, las más destacadas a tener en cuenta son:

  • Comunicación asertiva. En cuanto a la pareja, para tratar de alivianar algunos inconvenientes, se puede apelar a la comunicación asertiva. Comunicar de manera directa y honesta lo que no está pasando. Respecto a ese apartado, Méndez señala que la base de la comunicación asertiva tiene que ver no solo con expresar correctamente los sentimientos sino también en saber recibir los comentarios que hace la otra persona.

Por ejemplo, si tu pareja te dice: ‘siento que me invadís demasiado y necesito un poco de respiro’. Uno tiene que aprender a decir: ‘ok, podríamos darnos un poco de espacio'”, añade.

“Aquí debemos aceptar también lo que nos dicen, para que la otra persona también se sienta segura de expresar lo que siente o lo que le parece. También podemos dar ese feedback (retorno o respuesta de cómo nos sentimos), señala.

Podemos decir: ‘yo tuve tal experiencia, o yo soy absorbente porque pienso que eso es lo que vos querés, había sido no era así’. No solo decirlo, aprender a recibir, cuestionarse uno mismo hasta qué punto lo que dice la otra persona es así o tiene razón y no te estás dando cuenta.

Este es solo un ejemplo de cómo se puede dar la comunicación asertiva entre miles de situaciones que se pueden generar en una pareja. Lo importante a resaltar es saber decir de frente lo que uno siente, buscando las palabras adecuadas para no lastimar a la otra persona y también buscar la manera de recibir lo que la otra persona nos dice, sin estar a la defensiva o llevar el tema a una pelea.

  • Validar sentimientos. Cuando la persona con ansiedad social puede ser alguien de tu entorno, para ayudarla, podés apelar a validar sus sentimientos. Si notás que se enoja por cuestiones que parecen mínimas es necesario prestar atención y darle un espacio para que explique lo que siente.

“Si está triste o enojada, ofuscada, preguntarle por qué. Si te dice que es una macanada, decile que si la situación le produce algo o si le afecta de una manera, no es una macanada. Ahí se puede ir indagando, si hay algo más. ‘¿Por qué andás alterada?’ Es probable que te cuente el trasfondo”, ejemplifica.

  • Terapia. La persona que se sienta identificada con este tipo de situaciones, debe buscar una guía profesional para poder aliviar ese sufrimiento constante, que generan las relaciones o los distintos escenarios.

“Es muy importante buscar un terapeuta que tenga formación cognitiva conductual o conductual, porque la base de este trastorno siempre es el comportamiento. La terapia puede ayudar a hacer cambios de comportamiento para mejorar la calidad de vida con este tipo de trastornos”, concluye.

En este enlace puede descargar el directorio de Salud Mental del Ministerio de Salud.

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