Debido al desperdicio inconsciente de alimentos tanto en las cadenas de producción, como los hogares, desde el año pasado, cada 29 de setiembre, se celebra el “Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos”.
Este día fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas a través de un decreto para hacer hincapié en la importancia que tiene para la humanidad y el medioambiente ser conscientes de lo que consumimos y de lo que desperdiciamos, a su vez, los efectos que este desperdicio causa.
Según el informe, publicado este año, por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las estimaciones sugieren que entre 8% y 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen.
Entre otras cifras, este informe estima que alrededor de 931 millones toneladas de desperdicio de alimentos generado en 2019, 61% de los cuales provino de hogares, 26% del servicio de alimentos y 13% del comercio minorista.
Esto sugiere que el 17% de la producción total mundial de alimentos puede desperdiciarse (11% en los hogares, el 5% en servicio de comida y 2% en el comercio minorista).
En términos económicos, cada año, se calcula que un tercio de todos los alimentos producidos, equivalentes a 1300 millones de toneladas por valor de alrededor de 1000 millones de dólares, termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas, o se estropea debido a las malas prácticas del transporte y la cosecha, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
“La pérdida y el desperdicio de alimentos son el origen del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto significa, fundamentalmente, que se utilizan valiosos recursos de tierras y aguas para nada”, dijo el Director Ejecutivo del PNUMA, Sr. Inger Andersen, señala la FAO.
¿Qué se está haciendo al respecto?
La Producción y consumo responsables es el punto número 12 de los Objetivos de Desarrollos Sustentables 2030 se encuentra la Producción y consumo responsables de varios recursos, entre ellos la comida.
Para el efecto la FAO es la encargada de enlazar las iniciativas, actividades y proyectos mundiales sobre la pérdida de alimentos y la reducción de desechos.
En Paraguay, el año pasado se aprobó la ley Nº 6601, que “Establece el régimen especial para la donación de alimentos”, con el objetivo de evitar el desperdicio de alimentos, de esta manera se creó el Consejo Nacional para la Donación de Alimentos, cuya titular es Miryam Zarnikowsky, con quien conversó Latitud25.
Este Consejo, que depende del Ministerio de Desarrollo Social, tiene a su cargo la elaboración de la reglamentación de la ley, la cual ya fue remitida al Ejecutivo en julio pasado.
Desperdicio para unos, comida para otros
Zarnikowsky resaltó que el consejo se constituyó recién a inicios de este año, coordinando acciones con varias instituciones públicas y privadas como: el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), Servicio Nacional de Calidad Y Sanidad Vegetal y de Semilla (Senave), así como el Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN).
Explicó que se establecieron criterios de inocuidad de los alimentos que se deben considerar en los procesos de incautación y de los alimentos hechos para el consumo. “Ahí lo que promueve la ley es la donación para respuesta a la reducción de pérdidas en desperdicios de alimentos”, enfatizó.
En relación a las estadísticas a nivel nacional sobre el desperdicio de comida, respondió que en Paraguay “somos pobres” en materia de estadísticas, pero resaltó que se sabe sobre los desperdicios que se generan diariamente en el Mercado de Abasto, por ejemplo.
Comentó que una de las organizaciones que trabaja con este objetivo, es la Fundación Banco de Alimentos, que lleva a cabo un proyecto en el cual hacen una clasificación un día a la semana de las hortalizas y los productos que no se vendieron en el Abasto.
“Recolectan lo que todavía se pueden consumir y donan a hogares y guarderías. Se clasifica y se entrega inmediatamente a lugares donde hay comedores y lo que ya no se pude consumir van a una empresa para hacer compost”, detalló.
En ese punto, resaltó que el área en la que está trabajando es la responsable de generar procesos que faciliten estos mecanismos de recolección y donación en alianzas públicos-privadas.
Existen otras iniciativas de reutilización de comidas como Mboja´o, que es una empresa social que promueve la reducción del hambre en el Paraguay en base a la mitigación del desperdicio de comida elaboradas en locales gastronómicos.
Esta empresa, brinda su servicio a restaurantes, hoteles y cafeterías, para recoger los alimentos que son descartados diariamente para la venta pero que se encuentran en perfecto estado para el consumo.
Una vez que son recogidos los alimentos, son entregados a lugares donde dan de comer a personas en situación de vulnerabilidad que dependen de comedores populares. De esta manera, contribuyen en la lucha contra el desperdicio de alimentos y satisfacen una necesidad básica de personas que se encuentran en estado de indefensión.
Todos podemos ayudar
Zarnikowsky aseguró que el consejo está trabajando en los protocolos de manera a poder hacer campañas de concienciación y también para que las empresas y las personas en general.
En ese punto, resaltó que todos somos responsables y podemos aportar desde la planificación de lo que vamos a cocinar en nuestras casas.