La elección de las mesas directivas en ambas cámaras del Congreso, el viernes último, generó un intenso debate sobre el equilibrio de poderes, ante el copamiento de las instancias de poder por parte del cartismo. Silvio “Beto” Ovelar, fue electo presidente del Senado y Raúl Latorre, presidente de los Diputados, ambos del bloque que responde a Horacio Cartes.
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Hoy, la facción que responde al expresidente, no solo tiene las riendas del Poder Ejecutivo, sino además, del Congreso y de gran parte de los estamentos de justicia, como el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, el Consejo de la Magistratura y parte de la Corte Suprema de Justicia.
Si bien, suena lógico brindar ciertas condiciones favorables al nuevo gobierno para que pueda impulsar las reformas de fondo que el Paraguay necesita, también es necesario atender las advertencias de quienes levantan las ‘red flags‘ hacia lo que implica esto a efectos democráticos.
Radiografía del copamiento del poder
La senadora del Partido Encuentro Nacional, Kattya González, en su primera intervención en la inauguración del ciclo parlamentario, hizo una enfática defensa a la figura del equilibrio de poderes, como garantía de preservación de la democracia ante el avasallamiento de proyectos totalitarios.
González también habló vehementemente sobre el valor de la proporcionalidad, como principio básico de convivencia política, e hizo una detallada explicación de cómo opera el cartismo para copar las instancias de poder.
“Los opositores somos 22 y los oficialistas son 23. Si nosotros hacemos un porcentaje, estamos hablando, que un 49% de esta cámara está conformada por opositores, todos electos por partidos de oposición. Un 51% está dado por la ANR”, dijo.
El concepto de proporcionalidad fue abordado por la senadora dentro de su alocución, como contrapunto a la postura de los colorados, que aseguraron que al ser mayoría simple (23 votos) les correspondía la titularidad del Congreso.
“Estamos hablando del respeto a la proporcionalidad, que es uno de los requisitos de la democracia y esta cámara es proporcional a sus integrantes. Ustedes (la ANR) han trabajado sobre una línea de copamiento institucional dando la presidencia a un colorado, la vicepresidencia primera a un colorado y la vicepresidencia segunda a un liberal vendido”, aseguró la senadora.
Kattya ironizó diciendo que si los colorados fueran demócratas, entenderían que la presidencia del Congreso debería recaer en algún liberal, por ser la segunda minoría de la cámara.
Pero partiendo de la base que la mayoría colorada se quedó con la presidencia del Senado, González profundizó aun más el cuestionamiento. Kattya aseguró que esta cooptación no solo garantizará que el Jurado de Enjuiciamiento y el Consejo de la Magistratura también estén condicionados por la ANR, sino además, 23 comisiones asesoras que estudiarán los proyectos de ley.
Si colorados tienen mayoría, ¿por qué no podrían ejercerla?
Según el senador del Partido Democrático Progresista, Rafael Filizzola, ser la bancada con más votos, le da al Partido Colorado el derecho a gobernar, pero que eso no implica que institucionalmente el Congreso no tenga la obligación de ejercer el control.
“Si no existe un régimen de equilibrio de poderes, la calidad de la democracia se reduce sustancialmente. El que gana las elecciones tiene el derecho de gobernar, pero respetando a las minorías y escuchando a las minorías. Y eso es muy difícil si no hay un equilibrio de poderes”, aseguró Filizzola.
El principio de la mayoría en una democracia, tiene un límite y el límite es el respeto a los demás grupos políticos minoritarios que conforman el mapa político y que por tener representación popular, también deben estar comprendidos en las instancias de poder.
Filizzola dice que espera, al inicio del nuevo ciclo parlamentario, que los congresistas colorados sepan esa vocación de respeto a la Constitución y sobre todo a las ‘otras minorías’.
¿Son Mayoría o la Primera Minoría?
Kattya González hizo hincapié en que la ciudadanía no debe dejarse engañar hacia lo que implican las mayorías circunstanciales. Dijo que no es lo mismo ser mayoría que ser la primera minoría y que hay que comenzar a desmontar una falacia que intenta instalar la ANR, con la supuesta “aplastante mayoría”.
“6 de cada 10 electores votó en contra del Partido Colorado. En realidad, la ANR no es mayoría, la ANR es la primera minoría”, aseguró la legisladora. Instó, de esta manera, a que se entienda esta distinción de cómo concebir la dinámica de fuerzas parlamentarias.
En este sentido, insistió en que esta proporcionalidad de que la oposición es “la otra mitad” del electorado, hace que el que no obtenga la mayoría necesaria, también deba tener asegurado el acceso a los estamentos de poder.
“El que gana en una elección, no gana todo. Y el que pierde, no debería perder todo, salvo que haya gente vendida. El que pierde debería estar en igualdad de condiciones, para poder negociar los espacios de poder, para poder ejercer ese contrapeso, ese control recíproco”, dijo Kattya.
Una estructura de impunidad
El senador liberal, Eduardo Nakayama, apunta a que la intención real de esta movida cartista de copar instancias estratégicas en los tres poderes del Estado, es para consolidar una estructura de impunidad que proteja a personas del entorno del expresidente Horacio Cartes.
“Pienso que existe una intención de retener el poder a los efectos de manejar absolutamente todos los tentáculos y de esa manera, también controlar el crimen organizado y el lavado de dinero. Y con esto, se va a empezar a perseguir a quienes persiguieron”, dice Nakayama, en abierta alusión al Fiscal General del Estado, el Contralor General, entre otros.
El parlamentario también levantó otra bandera roja, de la que no todos hablan, que es la intromisión del Poder Ejecutivo en decisiones del Legislativo, al inmiscuirse en la elección de la Mesa Directiva. Santiago Peña y Pedro Alliana, abiertamente han reconocido haber estado en negociaciones para lograr mayorías que pongan a sus incondicionales en ambas cámaras.
“Esta no es una cuestión menor, porque para que un poder se considere autónomo e independiente, ese poder debe poder elegir a sus autoridades sin injerencias de otros poderes”, cuestiona Nakayama.
Juicio Político, más que una amenaza
Uno de los principales riesgos que señalan los diferentes referentes de la oposición y especialistas de la academia, es que ante esta coyuntura, se genera un escenario de presión muy intensa a aquellos que busquen mantener una línea independiente.
La supremacía de poder en ambas cámaras del Congreso, hace que los intentos de juicio político y la concreción de varios de ellos, sean un condicionamiento tácito a cargos como el Fiscal General del Estado, Contralor General de la República o ministro de la Corte Suprema.
Estas mayorías políticas con apoyo de opositores oficialistas, pone en vilo el desarrollo de procesos judiciales en los que estén vinculados cercanos al Ejecutivo o bien incondicionales al ex presidente de la República.
El procedimiento podría iniciar en la Cámara de Diputados con mayoría de dos tercios de los presentes, es decir, del total de los 80 diputados, son necesarios 53. Ambas bancadas coloradas suman 48 entre sí y sumados los votos liberales que responden al cartismo, la mayoría es clara a favor de concretar cualquier juicio político que se impulse desde Diputados.
En Senado las bancadas coloradas suman 23, y serán 7 los votos de los “opositores oficialistas” que deberán conquistar para dar curso al proceso.
El último gran bastión de resistencia
Varios señalan que el cartismo tenía una suerte de obsesión conquistar el Senado, ya que fue durante los dos últimos períodos, la instancia de resistencia que truncó las pretensiones del ex presidente Horacio Cartes.
Desde la frustrada enmienda hasta las comisiones de investigación por casos de lavado de dinero, la Cámara Alta fue ingobernable por el cartismo, hasta abril de 2023.
Según el analista político y director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, Camilo Filártiga, recuerda que la propia Constitución Nacional de 1992, prevé el equilibrio de poderes, como cerrojo a pretensiones totalitarias.
“La concentración de poder es una de las principales amenazas en los regímenes democráticos y uno de los principales objetivos que suelen tener gobernantes electos. Quien tiene poder va tender a acumularlo y aumentarlo. Por eso nuestra propia Constitución establece un diseño institucional de equilibrio y reciproco control entre poderes, limitando el poder, pero además, fraccionado el mismo en porciones distintas”, dice el especialista.
Filártiga también reconoce la responsabilidad que tiene la oposición en este debilitamiento de la dinámica democrática, ya que el Partido Colorado aprovecha una oportunidad que le brinda la oposición de seguir copando las instancias de poder.
“El mal desempeño electoral de la oposición le impide hoy ser un actor de contrapeso relevante en el Congreso. Si a eso le sumás que quienes ingresaron como oposición tienen muy pocas convicciones opositoras, el panorama es muy complejo”, concluye.
