Los dispositivos móviles permiten realizar un sinnúmero de actividades de manera remota, desde conectarse a redes sociales, hasta para conseguir parejas en apps de citas. El problema no está en usarlos, sino en hacerlo todo el tiempo, sin medir cómo esto puede afectar al funcionamiento del cuerpo.
Probablemente, la mayoría de las personas –lo reconozcan o no– llevan alguna pantalla al baño, ya sea para bañarse o responder al llamado de la naturaleza. También ese mismo celular es después utilizado en la mesa mientras se está comiendo, lo que un vehículo directo de contaminación del entorno de alimentación.
En este punto, existen varias aristas que abordar: la higiene, el tiempo de uso que trae consecuencias y la falta de concentración a la hora de realizar otras actividades.
El primer aspecto, referente a la higiene cuenta de que el teléfono es un enorme reservorio de bacterias. Según un estudio hecho por la Universidad de Arizona, Estados Unidos (2012), los celulares tienen hasta 30 más bacterias, que las que están presentes en los inodoros. Además de los cuestionamientos que hacen referencia a la higiene, también hablamos con especialistas, sobre cómo puede afectar.
¿Ya pensaste en qué te puede causar?
En ese contexto, el médico proctólogo Jorge Medina, habló en contacto con Latitud25. Explicó cuáles pueden ser las consecuencias capaces de acarrear, un hecho tan normalizado como llevar algo (como un celular) para entretenerse y tratar de “no aburrirse” en el baño, viendo un video o respondiendo mails.
Resaltó que, es necesario considerar, el tiempo que la persona va a estar sentada en el inodoro al hacer sus necesidades fisiológicas. Agregó que para el efecto, solo es necesario estar un par de minutos en el inodoro, de modo evitar afectaciones importantes al colon.
“Una persona no debe estar sentada mucho tiempo en el inodoro, es decir no más de 10 a 15 minutos. No se debe llevar el teléfono en el momento de hacer nuestras necesidades fisiológicas, ya que durante ese tiempo transcurrido inconscientemente hacemos la maniobra de pujo para evacuar. Esa maniobra aumenta la presión endoluminal de los vasos sanguíneos de la zona anal, por ende, de las venas hemorroidales”, explicó.
Señaló además que si este hecho, se repite de manera diaria y, por mucho tiempo, ejerce una acción directa sobre el volumen de las hemorroides. Esto sumado a que la mayoría de las personas es constipada (es decir, tiene estreñimiento intestinal),
De esa manera, las hemorroides aumentan de tamaño, lo que generan problemas de sangrado o prolapso de las mismas.
Problemas que se complican por falta de consulta
El problema de fondo es que algunas personas padecen de estreñimiento y en la mayoría de las veces no consultan. Creen que es un asunto natural y que puede ser revertido fácilmente con el paso de los días, cuando en realidad el estreñimiento puede darse por múltiples factores.
Entonces no solamente esas personas pasan mucho tiempo en el baño y llevan el teléfono pensando que eso les va a ayudar. Además hacen una fuerza excesiva que les puede generar otras molestias.
“Muchos pacientes consultan por estreñimiento o constipación y es tan fácil la solución en muchos casos. Con aumentar la ingesta diaria de fibra alimentaria (verduras crudas, frutas y cereales) y tomar agua (entre 2 a 3 litros diariamente) hay notable mejoría de ese estreñimiento. Esa situación de hacer mucha fuerza para evacuar hace aparecer los problemas de hemorroides o fisuras anales con el dolor o sangrado que lo acompañan”, resaltó.
La atención es importante
El doctor manifestó que, sin lugar a dudas, el hecho de usar estos dispositivos en el baño no es recomendable en absoluto.
“Además de retardar el reflejo defecatorio, porque nuestra atención está centrada en otra cosa y no en el acto fisiológico de la evacuación. El hecho de estar pujando y haciendo fuerza durante muchos minutos hará que los pacientes que tengan predisposición a desarrollar hemorroides lo hagan de una manera más temprana”, enfatizó.
En ese contexto, es necesario respetar el horario de ir al baño y centrar la atención, ingerir abundante fibra alimentaria y beber agua diariamente junto con la realización de una actividad física diaria. Esto ayudará a mantener una vida saludable y alejar problemas médicos.
En ese punto, también es importante señalar los efectos que puede tener estar comiendo o almorzando con el teléfono en la mano. La nutricionista Antonella Zotti resaltó que esto también puede incidir en la mala digestión, la falta de saciedad y el aumento de la ansiedad al momento de comer.
Desconectarnos para conectar
La desconexión del teléfono es importante en muchos aspectos. No solo a nivel mental sino también por su influencia en la parte física.
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La nutricionista reafirma que es muy importante que siempre nos tomemos el tiempo de dejar el teléfono, no solo a la hora de comer o ir al baño, sino para realizar actividades que nos hagan beneficien, como cocinar sano, dedicarle la atención a lo que estamos haciendo y realizar actividades físicas.
“Hacer cosas que nos hagan bien, para buscar esa calidad de vida que todos anhelamos”, concluyó Zotti.