La pandemia del COVID-19 generó una gran crisis económica para empresas, negocios y nuevos emprendedores. Muchos compatriotas se habían endeudado para invertir en sus comercios y con las restricciones, todo el escenario cambió.
Rocío Palacios, de La Mashú –emprendimiento gastronómico–, es una de esas personas que antes de la pandemia se incurrió en una millonaria deuda para ampliar su negocio.
La inversión fue grande, de unos 120 millones que debía recuperar en cinco años, que le iba a permitir recibir más gente en su nuevo local.
Con la llegada del COVID-19 al país, el 7 de marzo de 2020 y las restricciones drásticas que empezaron el 21 de marzo, sus ventas decayeron en gran medida y debió cerrar su local.
Posteriormente, tuvieron que trasladar el negocio de La Mashú a su casa, adaptar una cocina y proceder a las ventas vía redes sociales, para poder seguir teniendo ingresos. Además, se vieron obligados a reducir más de la mitad del personal que trabajaba en ese negocio.
Comentó que un gran porcentaje de su facturación disminuyó. “Lo que estamos haciendo ahora nos ayuda a cubrir el día a día, pero las deudas quedaron ahí”, indicó.
No obstante, consideró que a pesar de las pérdidas es consciente de que el modelo actual de negocio es el que seguirá, al menos un por un par de años más.
Migración a la modalidad online
En ese contexto, Latitud 25 conversó con Cristian Sosa, director ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Paraguay (ASEPY), para hablar sobre los impactos y cambios que vieron en este tiempo.
Según explicó Sosa, las cifras apuntan a que el 42% de los emprendedores pasó a la modalidad online debido a las medidas dispuestas por el Ministerio de Salud para evitar el contagio del COVID-19.
Señaló que las restricciones obligó y a la vez ayudó a muchos emprendedores a consolidar el uso de la tecnología a través de WhatsApp y las redes sociales. “Muchos fueron a la modalidad online y hasta hoy se mantiene en esta modalidad para mantener bajos costos”, acotó.
Consideró que después de la pandemia, ese método de trabajo virtual, al menos en el área de varios servicios, persistirá.
“Hay algunos que están señalando que en cierto día de la semana van a implementar el home office. Esas prácticas se van a quedar, en el área de servicios, la buena experiencia que eso tenga a nivel de tiempo, a nivel de costos. En ciertos casos, la productividad aumentó, claro que tuvo sus dificultades. Conlleva sus desafíos pero si digamos que es una tendencia que va a quedar”, insistió.
No todo puede ser virtual
En ese contexto, el director de Acepy, advirtió que la gastronomía, por ejemplo, es uno de los ámbitos que más se vio golpeado por esta esta modalidad online.
“Hasta ahora hay restaurantes que están con 70% menos de facturación al no poder hacerlo presencial”, subrayó.
Asimismo recordó que a muchos emprendimientos gastronómicos, como los bares, la mayor parte de la facturación se da a partir de las 20:00, entonces cuando las restricciones son desde ese horario de la noche, ya no les convierte siquiera abrir el local.
“El presencial va a volver con mucha fuerza. En el área de la gastronomía y de las industrias, que requieren de la presencia”, acotó.
Algunas experiencias también son buenas
Lourdes Vázquez, de Alfa Ana –marca de alfajores, de San Ignacio Misiones– en un primer momento también se vio golpeada por las restricciones, puesto que en enero abrió una peluquería y no pudo seguir adelante, a causa de las medidas sanitarias.
Afirmó que incluso había sacado préstamos para el efecto y en ese momento se quedó sin un ingreso, mientras ya debía pagar algunas cuotas.
“Empecé como todos en esa época, cocinando con recetas de Tik Tok y de Youtube. Hasta que un día hice unos alfajores para llevarle a una persona y me dijeron que salió muy rico y que podía vender”, comentó.
De cocinar 10 alfajores pasó a preparar casi 6.000 unidades en un año. La marca, actualmente ya está ubicada en 117 puntos de ventas en todo el país.
Básicamente esta marca nació y creció rápidamente en pandemia, así también muchos otros rubros registraron más ganancias en este lapso de tiempo, pero aquellas empresas que venían con un sistema de trabajo ya instalado hace años, fueron golpeadas con fuerza y tuvieron muchas dificultades para seguir sosteniéndose.
¿Cuáles fueron las mayores dificultades?
Según Acepy, la principal dificultad fue la financiación para sobrellevar este proceso de adaptación de las medidas impuestas por el gobierno. “Hoy, el 44% afirma que necesita una refinanciación, porque al segundo año de pandemia, muchos todavía no recuperaron su capacidad de facturación anterior”, explicó.
Otro problema, señaló Sosa, fue la burocracia para acceder a la financiación. Sostuvo que el 50% de los emprendedores no pudo beneficiarse con ninguna medida de ayuda del gobierno y la mayoría que accedió, fue más bien a aquellas referentes a la financiación de los servicios públicos, o los subsidios, como Pytyvõ.
“Para nosotros está clarísimo, se necesita un gesto claro, humanitario, empático con la realidad de la situación: recorte de los gastos superfluos, una reforma del Estado; algún fondo de subsidio en caso de que se tenga que cerrar algún negocio, para evitar los contagios. Un acompañamiento más técnico también; que nos puedan ayudar a potenciar nuestro negocio”, declaró Sosa.
¿Qué pretende hacer el gobierno?
El viceministro de Mipymes, Isaac Godoy, habló de las medidas que el gobierno pretende implementar para lograr la tan esperada reactivación económica, a pesar de que sigue la incertidumbre de cuánto tiempo más se extenderá la pandemia y qué restricciones se implementarán para frenarla.
“Hoy la Agencia Financiera de Desarrollo está planteando una nueva capitalización del Fogapy (Fondo de Garantía del Paraguay), el año pasado se ha llegado a 8.600 mipymes. En realidad es una ley de reactivación económica en donde se van a incluir las garantías. También se está planteando un nuevo fondeo al fideicomiso”, expresó.
Godoy añadió que son conscientes de que serán necesarios más recursos para poder asistir, sobre todo, a aquellas empresas que no han podido acceder a créditos hasta el momento. Recordó que aquellas que sí pudieron hacerlo el año pasado, ya han reestructurado sus deudas.
“Entendemos que vamos a necesitar desarrollar herramientas similares a las del año pasado, es decir, con un periodo de gracia, de seis meses a un año, y un periodo de financiamiento que va desde 24 a 60 meses de plazo, que es lo que el año pasado se desarrolló con el apoyo del fondo de garantía”, expresó.
Finalmente dijo, que el gobierno también está trabajando para beneficiar específicamente a las empresas de los rubros de gastronomía, turismo, eventos y entretenimiento.
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