Tras los peores meses de la pandemia de la COVID-19 en Paraguay, que se llevó más de 152 vidas por día en el momento más álgido, ahora, con mayor disponibilidad de vacunas, hay un gran porcentaje de la ciudadanía que no acude a los vacunatorios. Parecería una ironía, pero está sucediendo.
Algunos alegan falta de tiempo, otros están decididos a no inmunizarse argumentando excusas sin base científica demostrada, teorías conspiranoicas o inclusive miedo a supuestos efectos nocivos que supuestamente podrían generar las vacunas.
Al respecto, el científico paraguayo Carlos Galeano, integrante de la Asociación Paraguaya Racionalista, insiste en volver al origen de respetar el método científico y explicó desde su perspectiva por qué se dan estos movimientos desestabilizadores y desinformadores, además de cómo se puede derribar sus teorías.
En primer momento resaltó que los científicos sienten una gran preocupación por el problema que atraviesa la sociedad, por la falta de comprensión sobre cómo funciona la ciencia.
«Hoy tenemos universitarios que son antivacunas o son terraplanistas, eso no debería pasar con una persona que tiene educación ni siquiera media, sin embargo, tenemos gente que no entiende cómo funciona la ciencia y pone en peligro la vida de otras personas con los movimientos antivacunas», agregó.
Conspiranoia y respuestas piloteadas
Galeano afirmó que es importante estar abiertos a las preguntas en caso de que existan dudas, porque una de las cosas que dicen los antivacunas es que solo cuestionan «y le queremos demostrar que no hay problema en hacer preguntas, pero no hay que pilotear las respuestas», puntualizó.
Hizo énfasis en que la «conspiranoia» (combinación entre paranoia y conspiración) no se basa en la falta de información, sino en la necesidad de las personas de sentirse especiales, de decir, sienten o quieren sentir que tienen acceso a información privilegiada y de esa manera señalar que los otros son todas unas ovejitas dormidas.
«Entonces, hay una cuestión más de ego por ahí», subrayó.
De cada 10 internados, 7 no se vacunaron
El viceministro de Atención Integral a la Salud y Bienestar Social, Dr. Hernán Martínez, informó que de los hospitalizados, más del 70% son no vacunados, por lo que señaló que la evidencia sirve para resaltar el efecto positivo de las vacunas.
«La vacuna no mata, ¿quién podría ocultar hoy en día muerte masiva por vacunas? Hoy en día apostar por la vida, es apostar a las vacunas», remarcó.
En cuanto al 30% restante de los hospitalizados, respondió que algunos tienen solo una dosis, y otros son personas de la tercera edad, que están con varias enfermedades de base. También resaltó que comparados con la cifra de los no vacunados internados, eso habla en favor de las vacunas.
«Si no te vacunás, te morís»
El presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), Alberto Sborovsky, dijo en comunicación con RadioCast25, que el sector privado conversó con el Gobierno sobre cómo pueden incentivar de manera conjunta la vacunación.
«Creemos que más que castigar podemos premiar de alguna manera. Varios coincidimos en que la comunicación debe ser más agresiva, en el sentido de decir: ‘si no te vacunás, morís’. Varios de los que están muriendo hoy no están vacunados, la intención es desactivar las ideas de todos los supersticiosos e ignorantes», sostuvo.
Recalcó que hasta que no estemos todos vacunamos, no existe otra forma de detener el contagio. «Acá no es que viene una energía que baja de otro planeta y por eso disminuye el virus», acotó.
Finalmente sostuvo que por el momento no van a aplicar medidas restrictivas a los no vacunados, sino más bien promover el conocimiento de que las vacunas contra el covid-19 son seguras.
Una experiencia positiva contra los miedos
Galeano manifestó que el ejemplo más interesante se basa en una historia de éxito que ocurrió en Brasil en el siglo pasado cuando se originaron las primeras campañas de vacunación. Señaló que la creación de la Escuela de Salud Pública de Brasil representó un gran triunfo para convencer a la población de la seguridad de las vacunas.
Comentó que el miedo y el desconocimiento era un factor importante a combatir ya que antes la vacuna no se suministraba «solo con una jeringuita», sino que tenían que realizar un pequeño corte con un bisturí, poner el químico y volver a cerrar la incisión.
«En la época en que se da eso, hay miedo en la población, empezaron a correr informaciones, obviamente no tan rápido como en las redes sociales, que la información corre porque es sensacionalista. Entonces crearon lugares visibles, crearon un castillo, un lugar imponente. Fueron personas que consiguieron instalar la confianza, con respeto a la gente», contó.
Consideró que es necesario tomar esa experiencia de éxito del vecino país que luchó contra los movimientos antivacunas y mitigó el miedo y la desconfianza.
«Con esta crisis, el Paraguay debería salir con una gran escuela nacional de salud pública, bien fortalecida, que sea una referencia, un lugar donde los médicos puedan debatir con los economistas y lograr generar confianza en la gente», recalcó.
«Hay una responsabilidad con la sociedad científica para elevar el nivel del debate, que es el objetivo de esta actividad, lo que buscamos es exponer ideas, responder todos los cuestionamientos y la gente que se dispone a eso, que algo pueda llevar, pueden no estar 100% de acuerdo con nosotros, pero algo pueden llevar y decir, este pensamiento me convenció», concluyó.