A inicios de octubre, se publicó un estudio acerca del Burnout en médicos paraguayos en la revista científica Irish Journal of Psychological Medicine, investigación que fue editada por la Universidad de Cambridge. Este trabajo fue realizado por investigadores nacionales en salud mental, en colaboración con especialistas extranjeros.
La muestra incluyó como participantes a 747 trabajadores de la salud paraguayos, de 24 a 77 años de edad, de ambos sexos. Según estas cifras, casi 9 de cada 10 médicos presentaron síndrome de burnout. Es decir, se registraron puntuaciones clínicamente significativas de agotamiento emocional y desapego en el 88,1% de los participantes.
El objetivo de este estudio fue investigar las propiedades psicométricas de la versión en español de la Escala de Estigma de Estrés Ocupacional para Médicos (SOSS-D) y los factores asociados con el Desgaste Médico en Paraguay.
El burnout o síndrome de quemado, se comprende como un agotamiento laboral extremo. Si bien, cualquier trabajador puede tenerlo, se estudia principalmente en profesionales de la medicina, porque suelen experimentar un alto grado de estrés en el trabajo.
Se caracteriza por el agotamiento emocional, la despersonalización y una baja realización personal. En Paraguay, este síndrome se ha registrado tanto en profesionales, como en estudiantes de medicina.
“Los resultados del Inventario de Burnout de Oldenburg (OLBI) indican una desconexión clínicamente significativa en el 85,9% y un agotamiento clínicamente significativo en el 91,6% de los participantes. De los 747 participantes, 57,6% relataron consumo de bebidas alcohólicas y entre ellos, 19,3% tenían consumo problemático de alcohol según el cuestionario CAGE”, señala el Dr. Julio Torales, uno de los realizadores de la investigación.
Otros efectos del burnout en los trabajadores
Además de los problemas de salud mental o emocionales que puede generar este estrés laboral, existe una alta probabilidad de que las personas con estos problemas, los somaticen y presenten otros síntomas fisiológicos como: problemas cardiovasculares, gastrointestinales o inmunológicos, según señala a través de un artículo, Carmen Bueno, especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo, Oficina de la Organización Internacional del Trabajo para el Cono Sur de América Latina.
Asimismo la nota indica que existe un alto riesgo de que estas personas adopten conductas de afrontamiento no saludables, tales como el abuso de alcohol y drogas o trastornos alimenticios, sin olvidar que el estrés se asocia a una mayor probabilidad de sufrir accidentes.
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¿Cómo puede afectar en el sistema de salud?
El Dr. Torales, explicó en contacto con Latitud25, algunas de las consecuencias de no tratar este síndrome como corresponde, genera, por ejemplo, una baja realización profesional y un agotamiento extremo en el trabajo.
“Son personas que nunca logran nada, trabajan peor, atienden peor y cometen una mayor cantidad de errores médicos de diagnóstico y de tratamiento, en comparación a un profesional que no tiene burnout. Entonces lo que pasa es que tenemos a enfermos que están cuidando médicos, con esta situación”, expresó.
Cabe señalar que este síndrome es relativamente nuevo. Recién desde el 1 de enero este año, el Burnout figura en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
Estigmas y difícil acceso
La tasa de búsqueda de ayuda para afrontar el estrés laboral y emocional sigue siendo baja entre los profesionales de la Medicina. Algunos estudios informan que solo 1 de cada 4 médicos deprimidos busca ayuda profesional.
En ese contexto, el especialista en salud mental, consideró que la mayoría de los profesionales se dan cuenta de que se sienten mal, pero tienen miedo de los estigmas y por eso no buscan ayuda.
“El tema es mostrarse vulnerables; faltan políticas y planes de acción sistemáticos, que permitan que las personas accedan a consulta, porque la consulta no es amigable o ellos tienen miedo del juzgamiento que van a tener de sus propios pares y de la sociedad”, resaltó.
Acotó que normalmente, en el campo de la medicina, los profesionales temen que si alguien los ve “sobrepasados”, se les vaya a cuestionar su calidad como médicos.
“Acá hay esa idea casi mística de la vocación, de que el médico no se puede cansar, que no puede estar estresado, que tiene que estar 24/7 a la semana disponible y eso es mentira. Ese misticismo que se le da hace que la gente piense que no tiene derecho a sentirse mal y que no puede ir a consulta por eso. Hay gente que se quema”, enfatizó.
Residentes: Bajo salario y exceso de trabajos extras
La doctora Yolanda González, directora del Hospital Nacional de Itauguá, habló al respecto con Latitud25. Reconoció que el mayor problema de burnout está en los médicos de formación.
En el Hospital Nacional hay cerca de 360 residentes, en la actualidad. Acotó que están poniendo más énfasis en contenerlos, porque son quienes tienen mayor afectación. Consideró que esto se debe, principalmente a los bajos pagos que reciben, lo cual los lleva al multi-empleo.
“No trabajan solo en un lugar. No son bien pagados, entonces tienen que deambular de un trabajo a otro y eso les lleva a un extremo. Siempre el multiempleo es un problema, lo interesante sería concentrar el trabajo en un solo lugar y que puedan hacerlo cerca de sus casas”, refirió.
Dijo además que los profesionales de salud en formación no alcanzan a ganar G. 4 millones y la exigencia de horarios es muy alta. “La mayoría de los problemas de salud mental e intentos de suicidio se dan en los residentes”, reiteró.
El burnout en estudiantes
Alejandra Olmedo, representante estudiantil ante el Consejo de la Facultad de Medicina UNA, habló con Latitud25 desde su experiencia.
Comentó, en un primer momento, acerca de que la carrera de medicina se conoce como una carrera de resistencia más que de inteligencia. “Desde que hacemos inmersión en el mundo de la salud, nos encontramos con la creencia de que tenemos que soportar sin descanso y en el proceso generar resiliencia a fin de ser suficientemente capaces”, indicó.
Agregó que personalmente en dos momentos de la carrera llegó a padecer de burnout y en ambas ocasiones se dieron en circunstancias en las que no había margen de error tanto en la exigencia académica como en el porcentaje de asistencia requerido.
“Creo firmemente que deben establecerse las exigencias académicas y los correspondientes criterios de calidad, teniendo en cuenta los parámetros que aseguran el bienestar físico y personal”, subrayó.
Además, hizo referencia a que se debe fomentar comunidades educativas conscientes de esta realidad y que ayuden verdaderamente a mejorar la situación de los estudiantes.
Un grupo de psicólogos para contener
La doctora Yolanda González afirmó que en Itauguá tienen un grupo de psicólogos para atender a los profesionales que necesitan contención.
No obstante, reconoció que es complicado contar con un psiquiatra. En ese punto, cabe recordar que en Paraguay, hay solamente cerca de 100 psiquiatras. Esta cantidad es escasa, para un país que supera los 7 millones de habitantes.
Justamente, el psiquiatra Julio Torales reconoció la escasez de psiquiatras en el país y señaló que se puede trabajar con los psicólogos para mantener la misma línea de atención.
En cuanto a tratar el burnout, sostuvo que las grandes empresas tienen un seguimiento de la salud mental de sus funcionarios y remarcó que eso es lo que se debe instalar en los hospitales. “No tenemos instalado eso, necesitamos un departamento propio en cada hospital, como lo tenemos acá en el Hospital de Clínica”, puntualizó.
“Nuestros hallazgos sugieren la urgente necesidad de establecer programas permanentes para la prevención y atención de la salud mental entre los médicos y otros profesionales de la salud vulnerables al Burnout”, concluyó.