Si bien la caída más extensa de Instagram, Facebook y WhatsApp sucedió el martes 5 de octubre, este hecho generó una reacción en cadena y se expandió a una serie de teorías y debates de todo tipo, desde el hackeo, el error técnico en la transmisión del servicio, hasta la influencia de la condición astronómica de mercurio retrógrado.
Lo cierto, es que esta situación, generó también una reflexión más profunda que guarda relación con el monopolio en materia comunicativa y la posibilidad de que fallas como estas puedan afectar los datos personales de los usuarios.
Respecto a la situación de Paraguay, RadioCast25 conversó con varios especialistas nacionales, como la directora de ciberseguridad del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC), Gabriela Ratti; el consultor informático Marcelo Elizeche Landó y el director de Paraguay Ciberseguro y Ciberpadres Latinoamérica, Miguel Ángel Gaspar.
El riesgo de la dependencia de WhatsApp
Tras las seis horas que quedaron sin servicio Facebook y WhatsApp, es necesario analizar qué tanto dependemos de esas empresas y prever una alternativa en caso de que no podamos comunicarnos por estos medios, resaltó el consultor informático Marcelo Elizeche.
En cuanto al gobierno, reflexionó que sería mejor tener una infraestructura propia, ya que la soberanía digital, explicó, se basa en que la supervivencia como país en el entorno digital no dependa de factores externos. «Yo creo que si la comunicación del gobierno depende de WhatsApp, ahora estamos jodidos».
Por su parte, Gabriela Ratti, directora de ciberseguridad del MITIC, reconoció que en nuestro país la mayoría de los comercios utilizan WhatsApp como medio de comunicación principal. «El debate es un poco más complejo, porque culturalmente estamos muy acostumbrados», ratificó.
Reconoció que a nivel de gobierno también se utiliza como un canal de atención y calificó esta situación como un círculo vicioso. «El riesgo realmente está en ciberseguridad. Un punto único de falla es un riesgo, porque cae eso y nos quedamos incomunicados a nivel de personal o profesional», aseveró.
Justamente, el especialista en ciberseguridad, Miguel Ángel Gaspar había cuestionado a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) por el hecho de utilizar Whatsapp como medio para recibir denuncias anónimas, una medida muy poco seria, profesional y segura para manejar hechos vinculados a narcotráfico, lo que vulnerabiliza y expone al denunciante.
«Tienen que entender que no hay posibilidad de alinear la palabra anónimo a WhatsApp y que no es la herramienta adecuada para hacer ese tipo de denuncias. Si hubieran querido hacer algo serio, anónimo y privado deberían haber elegido otras herramientas que rayan la gratuidad para estas cosas, porque ya están diseñadas», indicó.
También cuestionó el uso de Gmail para los correos institucionales del Estado, ya que afirmó que no existe un acuerdo entre Google y el Gobierno paraguayo para un mejor manejo y seguridad de esta herramienta, que garantice que esa información de carácter oficial, no sea vulnerada.
«Entonces estamos dando vueltas hasta el día en que pase algo, como que nos secuestren los datos a nivel institucional, que nos quedemos al aire con los servidores. Si alguien apunta a Paraguay, fuimos», cuestionó.
Ley de protección de datos sigue pendiente
Además de la dependencia de WhatsApp, la manera en que se manejan los datos personales, en las redes sociales, aplicaciones y otras páginas de internet, es también un gran problema.
La información privada como la dirección de la casa, dirección laboral y el número de teléfono, es un dato que por ley está definido como público, eso tiene que cambiarse. Además hoy no se pide un consentimiento, subrayó Gabriela Ratti, directora de ciberseguridad del MITIC.
Asimismo, habló de la necesidad de una Agencia Nacional de Protección de Datos, la cual sería creada a través de un proyecto de ley que actualmente ya se encuentra en el Congreso Nacional.
En ese punto, según Miguel Ángel Gaspar, el objetivo de la propuesta legislativa para la protección de datos personales es que sea una ley marco para cualquier tipo de recolección y tratamiento de datos.
«Esa ley es independiente a la tecnología, porque si mañana Paraguay llega a tener un servidor cuántico con holograma, la ley va a seguir sirviendo», enfatizó.
No obstante, confesó que la elaboración, desarrollo, discusión y puesta en marcha de una ley de protección llevará dos o tres años. Añadió que hay puntos neurálgicos en el tratamiento de esta ley: uno se basa en la conformación de una Agencia Nacional de Protección de Datos, para que sea un ente independiente y autónomo, cuya barrera actual es la falta de presupuesto.
El otro punto clave se basa en que algunas personas temen que esta ley acabe con la transparencia en la función pública.
«Algunos se agarran de esa ley de protección de datos para que los datos que son públicos no sean. Lo que hay que entender es que cuando vos elegís la función pública, elegís ser transparente. Si no va a poder, tiene que apartarse», sostuvo.
Al respecto, la directora de ciberseguridad del MITIC, consideró que el mayor desafío de este drama no será lograr la aprobación de la ley sino el control para aplicarla.