Los estándares de belleza que nos presentan las redes sociales, son fáciles de alcanzar a través de los filtros y ediciones, pero ¿qué hay de la realidad? Niños, niñas, adolescentes y ni qué decir de mucha gente adulta, se acostumbraron a ver una imagen suya a través de fotos, que realmente están desconectadas de la realidad.
Esta diferencia entre lo que se ve y lo que se es, pueden generar un descontento que con el tiempo es capaz de desarrollar trastornos como la anorexia, depresión, bulimia, dismorfia y una adicción a las cirugías plásticas.
¿Qué es la dismorfia corporal?
El Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) es una afección de salud mental en la que una persona pasa mucho tiempo preocupándose por las fallas en su apariencia, que muchas veces pasan desapercibidas para los demás, según señala el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS para sus siglas en inglés).
Tener TDC no se trata nada más de vanidad, puede ser muy perturbador y tener un gran impacto en la vida de uno.
¿Por qué los filtros pueden influir?
En ese contexto, Latitud 25 entrevistó a Andrea Ferreira, fotógrafa, educadora y activista, quien dio un panorama acerca de cómo las imágenes que vemos tanto en redes sociales, como en otros medios visuales, pueden afectar a nuestra autopercepción.
Andrea considera que este trastorno no se da de la noche a la mañana, es algo que lentamente se va grabando en nuestra memoria y va programando la manera en que nos vemos.
«Es algo lento y no nos damos cuenta, hace que cambiemos nuestras actitudes y las decisiones que tomamos. Los filtros nacieron como algo simpático, como para reírse, como algo para jugar, pero cuando las cosas no tienen un parámetro se desbordan», indicó.
Recordó que anteriormente, la gente solo tenía cámaras a rollo y que no podía ver cómo salía en cada foto en ese momento, sino solo después de ser revelada. Sin embargo, ahora con las cámaras de los teléfonos celulares, tenemos la capacidad de acceder a las fotos al instante.
«Hay chicas que pueden pasar horas sacando fotos, buscando un ángulo y la luz que les guste, para lograr una imagen que vos creés que es la tuya. Ahí es cuando se da paso a la dismorfia, cuando vos empezás a ver una sola imagen y esa es la imagen que vos adoptás como tuya y rechazás todas las demás», explicó.
En ese punto, enfatizó que los artistas tienen bastante responsabilidad en eso. «El arte en la historia de la humanidad, marcó tendencia, de a qué aspirar (…) Lo que nosotros vendemos es lo que la gente quiere y demasiado importa para las marcas a quienes eligen como sus modelos, qué muestran en sus productos y como fotógrafa, qué muestro yo. Hay un montón de parámetros y lo primero es la edición sin consentimiento de las fotos con photoshop», enfatizó.
No obstante, aclaró que photoshop no es algo negativo, pero sí su uso en exceso y en ocasiones, sin consentimiento.
Afirmó además que 1 de cada 3 niñas no se siente linda, no cree que su foto sea aceptable para mostrar, si no está editada y apuntó a que ese comportamiento de los niños, es porque los adultos les damos ese ejemplo.
¿Cuáles son las señales de que existe una dismorfia?
Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, este trastorno se da cuando una persona se preocupa mucho por un área específica de su cuerpo, ‘por ejemplo, su cara; si se compara constantemente con la apariencia de otras personas, cuando se mira mucho en espejos o los evita por completo o cuando hace un gran esfuerzo en ocultar los defectos que considera muy negativos, por ejemplo, pasa horas peinándose, eligiendo ropa o maquillándose.
¿Es tratable?
La persona que tiene este trastorno debe consultar con un profesional, preferentemente de la salud mental. Quizás sea difícil buscar ayuda cuando se padece de este trastorno, porque muchas personas temen ser acusadas de vanidosas, pero es importante no sentir vergüenza.
Resalta la necesidad de hacer terapia, ya que si no se trata puede que los síntomas no desaparezcan y empiecen a empeorar.
Un movimiento pensado para aprender a aceptarse
«Body positive» o cuerpo positivo, es un movimiento social que surgió como una respuesta a estos efectos negativos que generan los estándares de belleza perfeccionistas, que imponen las redes sociales y la mayoría de las publicidades.
El objetivo es incentivar la aceptación de la imagen propia, y del cuerpo, sin considerar precisamente los estereotipos de belleza, que imponen los influencers o la moda de redes sociales.
Con el hashtag #BodyPositive desde hace años varias personas de diferentes edades y contexturas físicas suben fotografías mostrando las realidades de sus cuerpos y alentando a otras personas a aceptarse y no tener vergüenza de mostrar cómo son, a amarse, respetarse y cuidarse.