Las Becas Carlos Antonio López es un programa impulsado desde el 2013, durante el gobierno de Horacio Cartes. La primera generación de estudiantes que regresó al país con conocimientos técnicos adquiridos, volvió en el año 2015.
Desde su implementación, en total fueron 2.970 los seleccionados para el programa, pero solo 2.556 fueron las becas otorgadas. Según el sitio web del programa, hasta junio de este año, retornaron al país 1.518 becarios. Es decir, 1.518 mujeres y hombres instruidos en las universidades más prestigiosas del mundo, en una gran diversidad de campos de estudio.
El programa BECAL, tiene como objetivo “poder contribuir a aumentar los niveles de generación y aplicación de conocimiento en las áreas de Ciencia y Tecnología y los niveles de aprendizaje en la educación a través del mejoramiento de la oferta de Capital Humano Avanzado en dichas áreas”.
En la mayoría de los casos, los beneficiados de estas becas, al volver, tienen la obligación de permanecer en el país por cinco años para retribuir a la nación, la inversión realizada en sus estudios.
No existe una obligación de aportar estos conocimientos precisamente en la función pública, ya que la persona formada, puede aportar al desarrollo del Paraguay dinamizando su área de expertise también desde el sector privado.
Pero, ¿qué sucede con los profesionales que se han formado en especializaciones que implican lo público pero que no encuentran una salida laboral acorde a su formación, en el sector público?
Una profesional de la salud, becada por el estado a una universidad europea, que culmina un máster en salud pública, con énfasis en administración de recursos hospitalarios. O un ingeniero agrónomo que investiga métodos para incrementar el rendimiento de la producción sostenible. O una abogada que se especializó en gestión pública y gobernabilidad.
¿El Estado los incorpora a su estructura o es talento que no se capitaliza? Esto no se trata de buscar un empleo, se trata de que la formación técnica financiada por el Estado, pueda ser aprovechada por éste, para incrementar la calidad del servicio público.
Volvió y no tiene dónde aplicar sus conocimientos
La Dra. Alejandra Giménez, odontóloga de profesión y exbecaria de este programa, contó a L25 que tras realizar una maestría en Salud Pública Bucodental en la University College London, una de las tres universidades referencia de Inglaterra, no encuentra lugar donde aplicar estos conocimientos.
“Este programa me ha proporcionado conocimientos específicos y habilidades transferibles en epidemiología, estadística, métodos de investigación, planificación y evaluación de intervenciones de promoción de la salud y sistemas de atención de la salud”, dijo la odontóloga que hoy se desempeña en el sector privado.
Giménez, comentó que el sector bucodental en el ámbito público se encuentra deteriorado y desatendido, y que desde este departamento del Ministerio de Salud Pública se podrían implementar acciones de gobierno de alto impacto que mejoren la calidad de vida de las personas que no pueden acceder a un servicio privado de salud.
«La dificultad que yo encuentro desde mi retorno al país es que en algunas instituciones públicas no existen convocatorias abiertas para determinados cargos donde yo podría aplicar y ser considerada”, expresó.
La profesional explicó que actualmente se encuentra trabajando en su consultorio privado, pero que su intención es poder aportar al país con los conocimientos que ella adquirió en el exterior.
No es una bolsa de trabajo
Andrea Picasso, actual responsable de BECAL, y ex beneficiaria del mismo, explicó a L25 que el programa busca ser más bien un puente entre los profesionales y la excelencia.
Consultada sobre si BECAL podría ser un vehículo que facilite a los becarios a poder insertarse en el mercado laboral, tanto público como privado, la misma respondió que la meta institucional del programa es formar mujeres y hombres.
“BECAL es un programa con una unidad ejecutora cuyo objetivo principal tiene que ver con la formación. Los recursos asignados al programa tienen que ver directamente con la formación, porque el objetivo apunta a traer a Paraguay capital humano avanzado”, remarcó Picasso.
Además, detalló que no existe una obligación a que las becarias y becarios retornados al país, trabajen exclusivamente en el ámbito público. Dijo además, que en el sector privado, gradualmente se avanza hacia la valoración y contratación de trabajadores con alto grado de profesionalización.
“Hoy, en esta evolución del mercado paraguayo, también ya se entiende la importancia de tener una persona que tenga un nivel avanzado en su formación”, apuntó la responsable de Becal.
Título de Máster ≠ Trabajo Seguro
Picasso también explicó que dependiendo de las especializaciones cuesta más o menos insertarse al mundo laboral. Detalló que usualmente los que realizaron algún masterado, encuentran trabajos más rápido que los que fueron a cursar algún doctorado.
Explicó además, que las retribuciones por los conocimientos adquiridos en estos posgrados cursados, no se manifiestan de forma inmediata (al menos en la mayoría de los casos).
“El retorno a la educación no se da en un año o dos, sino que el potencial se empieza a ver a partir del tercer o cuarto año de retorno. Entonces va a depender de otras variables, como si tenía o no experiencia laboral previa”, dijo Picasso.
Compromiso interinstitucional
Para Alcides Ramírez, quien fuera presidente por dos periodos de la Asociación de ex becarios y becarias del programa mencionado, una posible solución para la fácil reinserción laboral de los becarios, sería encontrar un mecanismo en donde las instituciones públicas capten a las personas que fueron beneficiarias de los programas de becas universitarias en el exterior.
Esto, especialmente para los rubros que directamente están relacionados con los servicios públicos, como los es la Salud, en su más amplio espectro.
“Yo creo que pasa por lo institucional. Se debería trabajar con las oficinas de recursos humanos de las instituciones públicas, más si algunos de sus funcionarios salen a capacitarse en el exterior. Estos deberían salir con un respaldo de sus instituciones de ver el mecanismo de que puedan ser reinsertados en sus cargos o en mejores puestos”
Alcides Ramírez, exbecario
En otro momento agregó que la responsabilidad tiene que ser de todos, no solo del programa, ya que es una corresponsabilidad de todos los sectores.
«Las instituciones tienen que ser conscientes de aprovechar a estos profesionales y promocionarlos. Existen muchos casos de éxito y otros de compañeros que tardaron en encontrar trabajos”, dijo el ex becario.
Dijo que BECAL no debería convertirse en una bolsa de trabajo, puesto que no es su misión, pero que sí debería de encontrarse un mecanismo que en comunión de los sectores públicos, privados y la academia, puedan generar los lazos que permitan a los profesionales recién llegados, a que puedan aplicar sus conocimientos en favor del país, concluyó.
