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Acoso sexual en el transporte público

Analizamos el caso de la joven que reaccionó contra un acosador en el bus

El reciente caso de una joven que reaccionó contra un hombre que la habría acosado agresivamente dentro de un bus, hace necesario el abordaje de este tipo de comportamientos por parte -principal y casi exclusivamente- de los hombres. Hablamos con especialistas para comprender qué motiva a una persona a comportarse de esa manera, sin pudor, en espacios públicos y analizamos por qué la víctima termina siendo la cuestionada.

El presunto degenerado fue identificado como Antonio Giménez (65). El hombre, según la denuncia, además de exhibir sus genitales y masturbarse en público, manoseó a su víctima; apoyando su miembro y apretándole las nalgas.

Ante esto, la joven reaccionó y lo enfrentó en el colectivo, golpeándolo en la cabeza con su zapato, logrando que otros pocos pasajeros la ayuden a llevarlo hasta la Comisaría 32 en Capiatá y que no huya. Tras el hecho, el hombre se encuentra a disposición del Ministerio Público.

La joven pudo grabar el momento en el que increpó al supuesto depravado y lo posteó en su cuenta de Instagram (@ajenniifer_), donde recibió todo tipo de comentarios; desde mensajes de apoyo, hasta reclamos por haber exagerado la situación y maltratado a su victimario.

Incluso, hubo mujeres que agregaron sus testimonios y narraron que en el pasado también fueron víctimas de este hombre y de otros, que hacen de la masturbación un arma de acoso y abuso.

Dentro de la oleada de abusos sexuales que salen a la luz, la gran mayoría de ellos se da por un pleno convencimiento cultural por parte de los hombres, a poder cometer este tipo de hechos impunemente, a sabiendas que casos así no tuvieron sanciones ejemplares en el pasado.

Es por esto, que los especialistas instan a no normalizar este tipo de agresiones y denunciarlas ante las instancias correspondientes.

Sin embargo, existen también trastornos que pueden generar conductas inapropiadas y sanciones graves, según lo que estipulan las normas locales sobre los hechos punibles contra la autonomía sexual.

Es una parafilia y es un delito

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (MDE o DSM 5), las parafilias son impulsos sexuales, fantasías, o comportamientos recurrentes e intensos que implican actividades u objetos poco habituales. Sin embargo, para considerarse un trastorno mental deben además causar daño a otro o deteriorar la vida del sujeto.

Entre las parafilias más conocidas aparecen el «Frotismo»: ‘persona que se excita mediante el rozamiento del órgano genital con el cuerpo de otra persona’ y el «Exhibicionismo»: ‘necesidad de una persona de desnudarse, mostrar los órganos genitales o conductas sexuales o eróticas de forma impulsiva’.

En otras palabras, la persona puede llegar a masturbarse o mostrar sus genitales en público, como fue el caso que estamos abordando.

Al respecto, hablamos con el Dr. Ariel González Galeano, psicólogo clínico con máster en Sexología y Salud Sexual, quien manifestó que siempre y cuando sea la única forma en la que la persona consiga placer, de manera estereotipada y repetitiva; ahí estamos hablando de exhibicionismo, un trastorno mental.

«Eso se trata, se ve y hay demasiadas opciones de tratamiento para que un exhibicionista justamente no caiga en eso y para que, al contrario, tenga una vida sexual saludable y evite este tipo de comportamientos», agregó.

Leé también: Sexóloga retruca a Jessica Torres sobre masturbación y sumisión de la mujer

El Artículo 132, del Código Penal del Paraguay Ley Nº 1.160/97, sobre los ‘Actos exhibicionistas’ menciona que «el que realizara actos exhibicionistas que produjeran una perturbación considerable o inquietaren en modo relevante a otra persona, será castigado con pena de multa».

Además, refiere que «se podrá prescindir de la ejecución de la pena cuando el autor se sometiera a un tratamiento idóneo», ya sea psiquiátrico o psicológico. Esto, aplicando -en lo pertinente- el Artículo 49 que trata sobre la Revocación.

«Si le tocó ya en alguna parte íntima, pero no le amenazó de muerte o con hacerle daño, no pasa a ser coacción sexual. Si es menor de edad (hasta 14 años), es considerado abuso sexual en niños», explica el agente fiscal Julio César Ortiz González.

Agregó que tampoco se configuraría en acoso sexual porque ‘no hubo abuso de la autoridad o influencia’, como refiere el Artículo 133 de la Ley Nº 1.160/97.

¿Se puede alegar ‘parafilia’ para evitar ser imputado?

Según la Revista chilena de neuro-psiquiatría, vol.58 no.4 (2020), «los delincuentes sexuales sin diagnóstico psiquiátrico, una vez que se verifica la plena presencia de la comprensión y la determinación, son imputables».


Las parafilias son trastornos de preferencia sexual que no provocan la obnubilación de la conciencia, trastornos sensoperceptivos o juicio de la realidad. Por lo tanto, la gran mayoría de los parafílicos sin comorbilidades psiquiátricas son imputables.


Agrega que en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, los delitos sexuales pueden estar motivados por delirios y alucinaciones, siendo más comunes en estos casos la inimputabilidad, con la declaración de medidas de seguridad (sentencia judicial).


En ese mismo sentido, la agente fiscal Claudia Aguilera, de la Sede 1 del Ministerio Público, explica que ellos solicitan a los psiquiatras que puedan determinar si la persona puede o discernir sus actos, para determinar la reprochabilidad.


«Porque hay que descartar trastorno mental. Pero, si sufre de alguna condición, pero se puede controlar, es reprochable», argumenta.

‘Una modalidad de abuso’

Quandra Chaffers, terapeuta especializada en comportamientos sexuales problemáticos, quien trabaja en San Francisco (EE.UU.), abordó este tipo de conductas en el Huffington Post y describió: «los atacantes utilizan a veces esta modalidad de abuso en vez del asalto físico o violación, como una forma calculada de evitar responsabilidades y consecuencias».

No obstante, Chaffers afirma que la necesidad de masturbarse frente a una persona sin su consentimiento debería entenderse como una expresión de violencia, y no como un acto de perversión.

Por su parte, en el artículo ‘Víctimas de masturbación pública comparten sus historias traumáticas’, de Vice, el profesor asociado del Departamento de Derecho Penal de la Facultad de Economía de Londres, Peter Ramsay, explica que:

«parte del problema con este tipo de masturbación pública es que, aunque no haya contacto [el requisito previo para levantar un cargo por agresión sexual], hay una participación no consensual en el placer sexual de otra persona, en la cual la víctima es tratada como el objeto del placer sexual del agresor».

En otras palabras, dado que la masturbación pública casi nunca implica algún tipo contacto físico, no se le trata como una ofensa grave.

No hay registros específicos

«El acoso sexual en el transporte público es una de las principales manifestaciones de violencia basada en género, y afecta principalmente a las mujeres y la población LGBTIQ+ a la hora de movilizarse por nuestras ciudades», refiere un estudio del Ministerio de Transporte de Perú (2020).


En Lima y Callao, el 65% de las mujeres encuestadas dijo haber sufrido acoso sexual en el transporte público.

En Paraguay, no hay registros sobre este punto en específico. Sin embargo, recientemente, el Instituto Nacional de Estadística presentó la primera encuesta oficial sobre violencia basada en género contra las mujeres que se realizó a nivel nacional.


De acuerdo a la Encuesta, a nivel país, 78,5% de mujeres de 18 años y más ha sufrido algún tipo de violencia basado en género, al menos una vez a lo largo de su vida.


En el ámbito de lo público (educativo, laboral y comunitario) se registra principalmente violencia sexual, incluyendo desde las formas más leves como piropos hasta las más graves como el asalto sexual. Alrededor del 63,1% sufrió algún tipo de violencia en el ámbito público, a lo largo de toda su vida.

Nota relacionada: Preocupa el relajo hacia la gravedad que implica la violencia contra la mujer

Las secuelas en la víctima

El exhibicionismo es una conducta muy aterradora para la víctima, porque no sabe qué va a suceder después. Puede escalar violentamente a una coacción o abuso sexual. El verse como objeto de estimulación sexual de un agresor puede traer repercusiones en el bienestar emocional, psicológico y social de una persona.

Muchas víctimas relatan que, al ser afectadas de sorpresa por un masturbador sufren ataques de ansiedad y quedan en shock, sin poder reaccionar, moverse e incluso poder pedir auxilio.

Sobre este punto, el Dr. González Galeano sostiene que, definitivamente hay un impacto en las mujeres que son víctimas. Explica que hay personas víctimas de exhibicionismo que generan después una aversión al sexo: ya no quieren saber nada de penes, no pueden hablar de penes. Además, hay personas que tienen conflictos al intentar tener una vida sexual plena.

«El exhibicionismo como tal, y me refiero a mostrar los genitales y recibir placer a través de eso, se ve más en hombres», agregó.

Añade que, cuando hablamos de tocamientos indebidos se configura en abuso sexual, algo que tiene muchas más implicancias que pueden llevar incluso a cuadros depresivos, porque las víctimas se sienten culpables. En el peor de los casos, esa depresión puede llevar a suicidios, alertó, considerando la gravedad del asunto.

De la realidad a la ficción y viceversa

Sin duda alguna, la serie de Netflix ‘Sex Education’ hizo un gran trabajo representando cómo es el agravio por parte de un exhibicionista. En 2020, tanto la crítica como los fans de la serie se rindieron ante el poderoso mensaje de la historia de Aimee Gibbs, que trajo a la mesa una situación que viven las mujeres en todo el mundo.

(SPOILER ALERT) Y es en el capítulo 7 de la temporada 2, que se ve cómo Aimee, quien estaba castigada en el colegio con sus compañeras, les confiesa que días atrás fue acosada sexualmente por un hombre que se masturbaba en el bus; lo que la afectó tanto que desde entonces no pudo volver a subirse, por miedo a ser atacada otra vez.

«Él tenía un rostro amable, lo recuerdo porque me sonrió. No parecía un asesino psicópata masturbador. Entonces, si él pudo hacer algo así, cualquiera podría», expresó Aimee.

Al día siguiente, sus amigas se reúnen en la parada del bus cerca de la casa de Aimee y la esperan. Le dicen que todas juntas subirán al autobús, en un acto que es un símbolo de sororidad que emocionó a millones.

No estás sola | Sex Education

La masturbación, en sí, no es el problema

Definitivamente, el problema no es el acto de la masturbación en sí ya que es algo habitual en los seres humanos, no solo en la exploración y búsqueda de placer, sino además a efectos de liberación de tensión.

De hecho, desde Latitud 25 hemos abordado anteriormente discusiones al respecto como cuando se instaló el debate sobre la masturbación femenina y la búsqueda de placer o en reportajes audiovisuales visitando sex shops para erradicar tabúes en relación al erotismo y al placer.

Mirá nuestro reportaje: #L25 – Antítesis: La Dulce Manera de Conocer Tu Mapa Erótico

El problema radica en hacerlo en público y exponer a otras personas a esta incómoda situación. Además, como vimos, esto podría traer a la persona exhibicionista un problema legal ya que es un delito grave exponer los genitales y acosar a otra persona.

Es importante mencionar que este trastorno de la sexualidad debe ser diagnosticado por un psicólogo o psiquiatra. No podemos llegar a conclusiones por un acto ocurrido ya que otras cosas pueden influir, como el uso de drogas o alcohol, los cuales pueden llevar a una persona a actos de exhibicionismo y luego no recordar los hechos ocurridos.

Aunque, específicamente en este caso, tras la publicación de la joven afectada muchas otras mujeres aseguraron también haber sido víctimas del mismo exhibicionista.

Aimee, la culpa no era tuya | Sex Education

Mirá también: #L25 – Antítesis: La Demanda de Erotismo

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