Cuando hablamos de la lactancia materna nos referimos a amamantar al bebé con la leche producida naturalmente por la madre. A pesar de que es lo más natural de la especie, recibir alimentos de la madre, hasta el momento, esto sigue siendo un tema que incomoda en la sociedad y que sigue generando prejuicios en torno a las madres que lo hacen en público o quienes prolongan la lactancia hasta los primeros años de vida del bebé.
En ese sentido, es importante que la responsabilidad de amamantar no esté focalizada en la madre, sino que se realice con el apoyo de la pareja y de toda la comunidad, expresó la doctora Miriam Ortigoza, encargada del Departamento de Lactancia Materna del Ministerio de Salud.
La funcionaria de salud resaltó que la madre, cuando está en etapa de amamantar se encuentra en un momento especial, muy sensible y entonces está atenta a todo lo que dicen los demás, por eso, es una etapa en la que requiere de mayor apoyo.
En cuanto a la lactancia, Miriam Ortigoza explicó que además de darle pecho al bebé, la mamá puede extraerse la leche, para darle el alimento en biberón. También a partir de los seis meses el bebé, además de tomar la leche, puede consumir otros alimentos.
La lactancia prolongada reduce la posibilidad de alcoholismo en la adultez
La médica resaltó que la lactancia es una crianza con apego. «Cuando yo le estoy dando el alimento a mi bebé es un alimento que le sirve para crecer y es un alimento que le sirve para desarrollarse y comportarse como un ser social. Es un vínculo que se va dando con el bebé», indicó.
En ese punto, agregó que esta etapa es muy importante en el desarrollo de la persona y la mayoría de los efectos que se registran son positivos.
«En el sentido de los chicos que tienen una lactancia prolongada se ha visto que tienen mejor actitud escolar, mejor coeficiente intelectual, son niños que se insertan mejor en la sociedad y tienen mayor resiliencia. Los niños que mamaron por más tiempo de adultos tienen menos posibilidades de ser alcohólicos», resaltó.
Comentó además que quienes tuvieron una lactancia prolongada, cuando son adolescentes tienen mayor posibilidad de resolver conflictos, también demuestran que tienen mayor atención hacia su familia, es decir, son los que más cuidan de su familia cuando llegaron a la tercera edad.
Ante la pregunta de por qué este impacto llega a ser tan positivo en el desarrollo de la persona, la especialista explicó que el bebé al mantener ese vínculo estrecho con su madre, va madurando y desarrollando sus capacidades para relacionarse con su microentorno.
También tiene relación con el crecimiento, porque el cerebro del ser humano es el más grande, depende del tiempo de gestación, cuando nace un bebé, el crecimiento depende exclusivamente de la lactancia materna.
¿Cuándo hacer el destete?
La leche materna es esencial para el bebé en los primeros seis meses de vida, después de esto, el bebé empieza a consumir otros alimentos complementarios y en algunos casos se da el «destete», como se conoce al fin de la lactancia.
Sin embargo, para muchos niños y niñas el proceso es diferente. Entonces la principal duda consiste en ¿Cuándo es apropiado proceder al destete? La doctora Mirta Ortigoza afirma que la mamá se tiene que dar cuenta de que el bebé va pidiendo menos, es que el bebé en algún momento va a dejar.
Recordó que este proceso no es eterno: «En algún momento la lactancia va a terminar, porque es una etapa del curso de vida de la mujer y el bebé. Es un momento en que va a terminar cuando ese bebé sienta más independencia», enfatizó.
No obstante, habló de que lo ideal es que ese proceso de desapegarse de su mamá debe ser un proceso paulatino, no como un choque.
Respetar el proceso y dejar la culpa
La especialista del Ministerio de Salud, remarcó que las madres no deben sentir culpa porque sus bebés no dejan el pecho después de los un año.
«A esas madres les digo que cada niño es diferente, van a haber niños que van a ser más independientes y otros que va a necesitar más apoyo, más vínculo, más tiempo para desapegarse de la madre, así como en el jardín: algunos lloran cuando se van sus padres y otros no. No se tiene que sentir culpable, porque está respondiendo a la necesidad de su hijo o hija», apuntó.
Acotó que hay que dejar «esa lactancia de closet o del ropero», solo para que otros no nos vean o para que no nos pongan la carita fea, porque el niño o niña que está más grande, siga mamando.
Finalmente dijo que lo importante tener paciencia, y cuando ya va siendo más grande, no ofrecerle ni negarle que siga mamando.
«Acá viene una cosa muy importante, no culpabilizar ni al niño ni sentirse culpable, entonces es respetuoso ni le estoy agrediendo al niño ni yo me siento mal, por eso es importante que todo este proceso de ser padres se haga con un acompañamiento y una preparación», concluyó.
Derechos de las madres y obligaciones de las empresas
Según la ley Nº 5508 de «Promoción, Protección de la Maternidad y Apoyo a la Lactancia Materna» se concederá a las madres trabajadoras, un permiso al día de 90 minutos para amamantar a sus hijos durante los primeros seis meses, lo cual se computa desde el primer día de reintegro al trabajo después del permiso de Maternidad.
Además, el empleador debe dar el tiempo necesario a la madre trabajadora en su empleo, para realizar la extracción de la leche materna, para lo cual brindará las condiciones necesarias y contará con una sala de lactancia.
En caso de que la madre dé a luz a más de un bebé, el permiso se incrementará 60 minutos más por día a partir del segundo hijo.
Asimismo, las instituciones públicas y empresas del sector público y privado, en las cuales trabajen más de 30 mujeres, implementarán salas de lactancia materna habilitadas por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, de acuerdo con la normativa vigente.
Las salas de lactancia deberán estar debidamente acondicionadas para que las madres trabajadoras en período de lactancia puedan amamantar o extraerse la leche, asegurando su a
La institución encargada de fiscalizar que se dé cumplimiento a la ley es el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
