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¿Se merece Asunción ser conocida como la Capital Verde de toda la región?

Asunción es conocida por sus naranjos y sus flores, gracias a canciones que han inmortalizado esa idea, pero también como una ciudad con gran cantidad de árboles, lo que nos valió la distinción de capital verde de Iberoamérica. Sin embargo, la abundancia de árboles, no implica que sean áreas protegidas. De hecho, la ciudad registra menos del mínimo recomendado de metros cuadrados como área verde por habitante. ¿Se merece Asunción el título de capital verde?

Asunción fue declarada «Capital Verde de Iberoamérica para 2015», en la XVI Asamblea Plenaria de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), que se llevó a cabo en Argentina, en 2014. Esto generó una interesante movida de marketing para posicionar a nuestra ciudad en base a un atractivo que pocas capitales pueden presumir.

La elección se hizo en base a que Asunción tenía 45,38 m2 de áreas verdes, públicas y privadas por habitante, a lo que se agregaban «importantes mejoras en el sistema de recogida de basuras y de desagüe pluvial», según la Cuenta oficial de ONU Cambio Climático.

Desde entonces, todas las distintas autoridades del municipio y del país, durante sus discursos se han jactado en calificar a Asunción, como amigable con el medioambiente y sus habitantes.

La capital paraguaya, de 117 km², tiene actualmente aproximadamente unos 521.000 residentes que tributan, con más de 1.500.000 personas que ingresan todos los días desde la periferia para trabajar y que utilizan los servicios e instalaciones de la ciudad, según cálculos del Instituto Nacional de Estadísticas.

Una duda razonable

El Ingeniero Ambiental, Luis Recalde, dijo en comunicación con Latitud25, que cuando se hizo ese llamado, la Municipalidad de Asunción realizó un estudio de cuántas áreas verdes había en la ciudad.

«Entonces ellos sumaron todas las copas de los árboles de las casas como área verde, eso es una cosa que no tiene sentido, porque no son áreas verdes públicas. Es como un conteo no muy honesto sinceramente: si vamos a la superficie verde, como parques accesibles y por la población de Asunción, tiene mucho menos del mínimo recomendado de metros cuadrados como área verde por habitante», expresó.

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En ese punto dijo que no se puede perder más ni un metro cuadrado de área accesible, porque actualmente, ya tiene mucho menos de lo que debería tener y debería estar aumentando la cantidad de área verde accesible pública. 

Varios medios internacionales replicaron durante los últimos años, que la Organización Mundial de la Salud recomendó a los gobiernos de ciudades, un índice de 10 a 15 metros cuadrados de espacios públicos verdes por habitante. No obstante, según Chequeado, la OMS nunca dio esta recomendación.

Además, en una entrevista realizada por Chequeado a Candelaria Mas Pohmajevic, arquitecta mendocina y diseñadora urbana, miembro de Gehl, la red mundial de arquitectos y urbanistas que desarrollan proyectos de alto impacto, afirma que no se trata tanto de la cantidad de lugares o kilómetros que tengan estos espacios verdes, sino de la calidad de vida que ofrece el espacio público. 

«Hay que comprender cuáles son las necesidades de la comunidad y qué es lo que genera que las personas lo vayan a usar, afirmó.

Asunción debe mejorar la calidad de sus espacios verdes

En noviembre de 2020, varias instituciones, entre ellas el Ministerio del Ambiente y la Municipalidad de Asunción presentaron resultados de la Caracterización del Uso de Parques y Espacios Verdes en Asunción y el Área Metropolitana.

Según las encuestas realizadas a 663 personas de 3356 contactos realizados, señala que el 70% considera que tiene acceso cercano a un espacio verde. Entretanto, el 91.4% piensa que sí existe una necesidad de desarrollar más espacios verdes.

Entre los espacios verdes favoritos de Asunción y el área metropolitana destaca en primer lugar  el Parque Ñu Guasu, con 31,5%. En segundo lugar, y con porcentajes más bajos, se encuentran el Parque de la salud con 12,7% y el Jardín Botánico con 12,5%.

Asimismo, en relación a los obstáculos o barreras para el uso de los espacios verdes, el 76% de los encuestados habló de la falta de seguridad, mientras que el 46% señaló la falta de infraestructura adecuada.

También algunos comentaron aspectos como «Olor a cloaca insoportable en el Parque en el Guasú», «Poca sombra, no hay baños, agua potable» y «Falta de limpieza», por citar algunas expresiones.

Que sea área verde protegida no es garantía

El Parque Guasu Metropolitano fue declarado como área silvestre protegida, el pasado 18 de julio, luego de que el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, promulgara la ley sancionada en el Congreso.

Esto generó el festejo de las organizaciones que estaban realizando movilizaciones de distintos tipos para defenderlo, debido a que ya existieron dos intentos de realizar obras en el predio del parque. El último, consistía en un pedido de construir en él la Universidad de Taiwán.

Leé también: La Universidad de Taiwán insiste con el Parque Guasú, pero abundan alternativas

Sin embargo, el Ing. Luis Recalde, apuntó a que si bien es un paso en la dirección correcta esta declaración, no consiste en una fórmula mágica para protegerlo, atendiendo los antecedentes que existe en el territorio nacional.

«Es un paso, el otro paso sería hacer el plan de manejo y lo siguiente es que se implemente el plan de manejo», subrayó.

Para dar un claro ejemplo, de lo lento que se avanza en la protección de los espacios verdes, cabe recordar que en octubre de 2005, se promulgó la ley que declaraba como «Área Silvestre Protegida», con la Categoría de Manejo Reserva Ecológica, al Banco San Miguel y la Bahía de Asunción.

Recién en marzo de este año, 17 años después, la Municipalidad de Asunción, entregó el plan de manejo del Banco San Miguel y Bahía de Asunción al Mades. 

El especialista en medioambiente, explicó que cuando se designa algo como área protegida tiene un proceso y después ingresa a la lista oficial del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Paraguay (Sinasip).

Afirmó además que en esa definición hay varias categorías, se puede decir que no todas son iguales. «Acá en Paraguay se declararon muchas áreas protegidas, vía ley, dijeron allá está el lugar, pero eso es un terreno privado, a veces público o en otras ocasiones se cedió», comentó.

Lamentó que muchas veces las áreas protegidas se terminen perdiendo porque el proceso no fue sostenido.

Acotó que el Banco San Miguel de la Bahía es un conjunto de terrenos, todos municipales, pero de igual manera hay muchas personas que ocuparon un espacio.

«Entonces el Banco San Miguel es un ejemplo de todo lo que no tiene que pasar con un área protegida: El terreno es municipal, solamente el Mbiguá no es, pero igual ahí la Municipalidad no tiene dominio. Es muy difícil, dos veces se trató de hacer su plan de manejo, pero eso nos demuestra que al ser declarada área protegida no implica que se van a hacer bien las cosas», cuestionó.

El ingeniero Luis Recalde dijo finalmente que hacer efectiva la protección de un espacio va a depender, no solamente de las autoridades que están a cargo, sino también del control ciudadano.

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