El cannabis está logrando un reconocimiento formal en diferentes países del mundo, priorizando el aprovechamiento, a efectos económicos, de esta materia prima en la elaboración de cientos de productos desde cosmética hasta textiles, logrando la legalización de su uso medicinal, industrial o recreativo.
Sin embargo, en Paraguay, a pesar de haberse aprobado leyes que dieron cierta flexibilización para su uso y comercialización, hoy en el Día Mundial de la Marihuana, los consumidores del cannabis denuncian que siguen siendo rezagados por un Estado que pierde una oportunidad clave para formalizar el sector, ampliar considerablemente su recaudación tributaria y combatir al crimen organizado de una manera infalible, controlando el negocio que hasta hoy es ilícito.
“Somos criminalizados por tomar esta alternativa como medicina para nuestras dolencias, no solamente los usuarios medicinales, toda la industria cannábica también acá que no puede surgir por las diferentes trabas que se nos pone en el camino”, indicó en contacto con RadioCast25, Cynthia Fariña, de la organización Mamá Cultiva.
Según El País, Paraguay es el mayor productor de cannabis de América del Sur y un total de 20.000 personas trabajan al año en este negocio, de manera clandestina. Este comercio ilegal genera al menos 700 millones de dólares por año, que podrían ingresar al fisco para la inversión en proyectos de alto impacto y ampliando el margen de inversión en innovación, capacidad que hoy no tiene el Estado Paraguayo.
En 2017, el Congreso aprobó el uso medicinal del cannabis en Paraguay, pero a través de la importación del aceite de cannabis. En 2021, a través de la Ley Nº 6007, se creó el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación Médica y Científica del uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados.
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Asimismo, en julio de 2021 Paraguay inició la exportación del cáñamo industrial, sin embargo, los pequeños productores habían denunciado que el beneficio solo iba a grandes empresas, porque los requisitos para la producción, son muchos.
Paraguay en pie de lucha
Fariña resaltó que entre las trabas se encuentran no solo los mitos y prejuicios de la gente hacia el consumo del cannabis, sino además la falta de voluntad política. “Acá en Paraguay seguimos en pie de lucha para lograr el acceso a la medicina cannábica y todo lo que puede servir como repunte económico a esta industria”, aseveró.
Agregó que Paraguay es el segundo productor a nivel América de cannabis, después de México, pero de manera clandestina.
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Lamentó que los políticos del país no permitan que el beneficio de la producción y comercialización de los productos del cannabis no puedan extenderse a todo el país, incluso con beneficios económicos.
“Los diferentes usos que tiene el cannabis, se puede hacer cosmética, tela, podemos sacar de la deuda externa a nuestro país, si es que realmente se tiene una voluntad para impulsar el negocio del cannabis en Paraguay”, apuntó.
“Somos clandestinas”
Fariña reconoció que las integrantes de Mamá Cultiva, aún no tienen libertad para producir. “Las mamás de Mamá Cultiva somos todas clandestinas, tenemos acompañamiento con nuestros médicos, pedimos a nuestros médicos que se informen, que se capaciten y que acompañen la terapia cannabica”, indicó.
Recordó que son las familias las que toman la decisión de tomar esa terapia cannábica y que, a pesar de la falta de acceso, hacen lo posible de aprender de la terapia, se capacitan para posteriormente volver a capacitar a quienes se suman.
“Es una medicina que puede ser a bajo costo. La pelea es a nivel legislativo, porque no podemos preparar nuestra propia medicina legalmente. El reglamento de la ley 6007 dice que solamente podemos comprar, adquirir a través de la farmacia o esperar a que el estado distribuya gratuitamente, cosa que no está ocurriendo, o sea que las familias seguimos siendo rezagadas», recalcó.
Asimismo, recordó que llegó al cannabis medicinal, debido a su hija, que tuvo epilepsia refractaria desde los seis meses de vida.
«Estuvimos cinco años viviendo prácticamente en el hospital en internación hasta que conocimos el cannabis medicinal y ahí empezó la organización familiar y con diferentes familias que se fueron uniendo, hasta que nació mamá cultiva en 2017. Ella logró una recuperación al 90%», aseguró.
Hoy día, aproximadamente 400 familias forman parte de Mamá Cultiva. La industria cannábica del Paraguay podría impactar en al menos 700 mil familias indirectamente, ya que el uso medicinal de este aceite es muy amplio, según remarcó Fariña.