Es momento de hablar de los problemas de comportamiento que pueden causar los videojuegos sin control o el mal uso del internet. Atendé bien, porque los videojuegos pueden parecer algo inofensivo si son usados correctamente y de acuerdo a la edad, pero todo en exceso termina siendo un problema.
Todos sabemos que la tecnología en los últimos tiempos fue avanzando a ritmos vertiginosos, tanto así, que rápidamente las últimas generaciones modificaron radicalmente sus hábitos para pasar el tiempo o hasta la manera de divertirse. Hoy día vemos a bebés y personas que desde muy temprana edad usan el teléfono celular o la tableta para conectarse internet, ya sea para usar videojuegos o ver videos de distintos tipos.
Una capacidad instintiva a usar el dedo en la manipulación de las pantallas que a veces sorprende, y hasta celebramos cuando los niños aprenden a manipular dispositivos antes si quiera de poder caminar.
De seguro ya te habrá tocado vivir un episodio de esos en que algún niño o niña, de tanto estar «metido en la pantalla», se abstrae de la realidad, evitando relacionarse con el entorno. La mayoría de los padres piensa que es algo menor, que va a pasar con el tiempo, que se va a solucionar solo o ni siquiera ven esto como un problema, pero lamentablemente, sí lo es.
Dilemas como la interacción social, lidiar con el aburrimiento para ejercitar la imaginación sin tener que recurrir a la tecnología o incluso cómo asimilar la capacidad de tolerar el fracaso, son temas que se están comenzando a analizar intensamente en las nuevas generaciones.
Es importante resaltar que el problema no es la tecnología o el acceso a internet, si no la manera de hacerlo, la cantidad de horas, el tipo de contenido y la falta de control de estos.
En ese contexto, cabe resaltar que este año, entró en vigencia la última edición del manual de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (CIE-11) –publicada en 2018–, que sustituye a la vigente desde 1990, en la que se cataloga a la adicción a los videojuegos como una enfermedad.
¿Qué tipo de comportamientos pueden generar?
Según la sicóloga Jazmín García, tras pasar muchas horas frente a videojuegos u otros tipos videos, las reacciones cambian de acuerdo a las edades. Por ejemplo, en los niños más pequeños, que van a la guardería, se puede ver una gran dificultad para interactuar, no saben cómo jugar con otros niños o qué hacer para compartir.
También presentan problemas del lenguaje, no se les entiende, no saben cómo expresar lo que quieren, es decir, no desarrollan habilidades comunicacionales.
La sobreestimulación a través de esta tecnología, además, les disminuye la creatividad. «Esa capacidad de crear algo para entretenerse, de crear historias… Muchos niños ya no tienen, lo único que hacen es imitar lo que ven en los juegos. Eso se ve en todo, los niños cuando tienen que hacer algún trabajo para la escuela o colegio y ya no saben qué hacer», explicó la especialista.
Asimismo, en los niños pequeños, se dan incluso retrasos del desarrollo.
«Hay niños que se comportan como niños si tuvieren el Trastorno del Espectro Autista (TEA), en consultorio parece que tienen este trastorno, porque presentan algunos síntomas: no saben hablar, no te miran a la cara, se autoagreden, pero con un poco de terapia tienen un desarrollo normal. La pérdida de habilidades sociales se ve mucho, además de la frustración, porque se ponen nerviosos con frecuencia», acotó.
Por otra parte, según la especialista, estos niños que dedican muchas horas al día a estar frente a una pantalla, disociándose de la realidad, en algunos casos desarrollan conductas violentas.
«A veces imitan lo que ven en sus videos, que son muy agresivos, esto se da principalmente en los niños más grandes. También está muy de moda todo lo que es de terror, les apasiona –es como una moda– y después de noche, tienen miedo, no pueden dormir, ya que el miedo es algo que ellos todavía no pueden controlar», agregó.
Los efectos no solo son conductuales
A su vez, la especialista Sonia Espínola comentó que en consultorio ya recibió niños y adolescentes que sufrieron consecuencias físicas, como obesidad infantil y diabetes, por el sendentarismo, causado debido al exceso de exposición frente a los videojuegos.
«Prácticamente los niños viven inmersos en los jueguitos desde muy chicos, por eso es recomendable que se le dé un teléfono a partir de los 12 años recién. Es verdad que hay algunos juegos que son didácticos y les ayudan a aprender, pero normalmente eso no es a lo que acuden los niños cuando tienen acceso a internet o aplicaciones», detalló.
También coincidió en que este mal uso de los videojuegos hace que muchos se aislen y prefieran no interactuar con los demás.
¿Por qué se dan estas situaciones?
La psicóloga Jazmín García reconoció que en la mayoría de los casos los padres y las madres, o encargados de los niños, utilizan los celulares o tabletas para evitar berrinches, pero apuntó a que esto no es la solución.
«Lo que me doy cuenta es que los padres no saben jugar con sus hijos, llegan con impaciencia ya no tienen su hora de juego. El sentarse y tener esos juegos de mesas que antes tanto usábamos, es muy importante. Ahora máximo si el papá se sienta a jugar a la playstation y los dos se quedan de igual manera sin hablar», detalló.
No poner límites en el tiempo de uso es otro de los problemas, además de las contradicciones entre las personas que cuidan al menor de edad.
Ejemplificó, que por ejemplo, a veces la mamá le dice que no puede seguir usando el teléfono o la compu, pero muchas veces se va a trabajar y quedan con los abuelos y ellos les dan otra vez la posibilidad de seguir en internet, por eso, resaltó la importancia de trabajar con toda la familia y que haya una consistencia con las reglas, porque todo esto ayuda a los padres para tener una herramienta para negociar con ellos.
«Creo que hay que hablar con los padres y concientizarles del peligro que el uso excesivo de los videojuegos o el acceso a internet crea en los niños, porque sí o sí se crea un problema, primero que es una adicción, aunque a ellos no les guste que les digas eso, ellos pierden la capacidad de controlar y segundo, que se vienen cambios conductuales, contacto con personas extrañas, de quienes no saben realmente su identidad», advierte la especialista.
¿Qué se puede hacer al respecto?
La principal recomendación de la especialista Jazmín García es ser consistentes con los límites, y ser claros con las las reglas, por lo que hizo hincapié en la necesidad de cumplir con las advertencias.
«Algunos les dicen, que si se portan mal, les van a sacar el teléfono y nunca les sacan. Entonces, es imposible negociar. Pero si hay límites claros y le decís al niño, niña o adolescente, ‘si vos no cumplís, yo te saco esto’, es más fácil lograr avances», puntualizó.
Reducir las horas de uso, también es importante. «Eso va a hacer que si tienen pocas horas de uso van a tratar de sacar provecho de eso», comentó.
Por su parte, la psicóloga Sonia Espínola también resaltó que hay que reducir las horas de juego y alertó que si los menores de edad pasan tres o cuatro horas enfrente a la pantalla, eso ya tiene que ser un llamado de atención.
García aconsejó a los padres a estar pendientes y adentrados en lo que sus hijos están viendo, porque advirtió que las herramientas tecnológicas de control parental, en ocasiones, no son muy efectivas.
«Tenemos que hacernos cómplices de ellos, le podemos decir: ‘vamos a ver tu video juntos’, ‘yo también me quiero reír’; tenemos que ser partícipes y poder hablar con ellos de lo que están viendo. Porque ellos a los 12 años te salen con planteamientos de los que no tenés idea», añadió.
Finalmente, insistió en que hay que trabajar con los niños desde chiquititos para que desarrollen habilidades que no sean solo en el ámbito virtual: que hagan manualidades, jugar con ellos, recrear historias, contarles cuentos –ya sea antes de dormir o durante el baño–, usar objetos de la vida diaria y hacer pinturas, ya que todo eso estimula muchísimo la imaginación.
Habló de la importancia de crear un vínculo con ellos, de tener una hora de juego, para que en ese espacio ya vayan aprendiendo las reglas, los límites y aprendan a perder. Si es que uno, como encargado o padre, no sabe qué hacer, para eso sí puede ser muy útil internet, hay muchísimos materiales/videos para hacer juguetes caseros o reciclar cosas.
En cuanto a los niños más grandes, también recomendó darles juguetes para armar, construir o si se puede, incursionar en la robótica o artefactos electrónicos acordes a su edad, que les va a ayudar a desarrollar y estimular su mente.