En pleno siglo XXI se puede decir con certeza que las redes sociales forman una parte esencial de la vida de muchas personas, más aún en un contexto de pandemia en el que muchos de los vínculos –tanto personales como laborales– se mantuvieron o se fortalecieron por estos medios.
Sabemos que usar las redes en sí no configuran un problema, pero la pregunta que muchos especialistas se hicieron es, ¿cuándo puede empezar a serlo?
Ante una pregunta similar, Nicole Ellison (PhD), profesora de información en la Universidad de Michigan, respondió que es una consulta complicada al considerar que hay muchas y distintas variables que se deben tener en cuenta al momento de hacer este análisis.
Por ejemplo, se debe considerar las características individuales de cada persona expuesta a las redes sociales, si una persona tiene una autoestima alta o baja, cuál es su entorno social con el que interactúa fuera de la red y si es propensa a problemas mentales como la depresión. Esto según el artículo «El creciente impacto de las redes sociales en nuestras vidas (Parte 2)», de la Asociación Americana de Psicología.
Asimismo, la psicóloga Kaveri Subrahmanyam (PhD) docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de California, consideró –según esta publicación– que los efectos dependen realmente de quién es el usuario, cómo usa estas redes sociales y sus datos demográficos particulares.
En el plano local, Latitud 25 conversó con la psicóloga Sandra Silvano sobre esta tendencia. La profesional resaltó que a la fecha ya existen varios estudios sobre la relación entre las redes sociales y su posible afectación a la salud mental.
«Uno de ellos es el FOMO, que es el miedo de quedarse afuera de algo, de no estar participando, de no formar parte de lo que la mayoría está viviendo. Después está la sobrecarga de información, que es estar pendiente de las notificaciones todo el tiempo, ese es otro tipo de trastorno», agregó.
¿En qué consiste el FOMO?
Fomo es el acrónimo de «Fear Of Missing Out«, cuya traducción en castellano sería «Miedo a perderse de algo». Hace referencia a un síndrome que se puede dar en las personas por un miedo, angustia o gran estrés de no estar al tanto de todo.
Es una sensación de que se está perdiendo de algo importante, del cual todos saben o al menos las personas que le importan en su entorno social. Este síndrome no solo genera envidia, sino también afecta el autoestima de las personas.
«Este tipo de ansiedad social atañe más a los jóvenes que a los adultos. Seguramente, porque los primeros dan más valor a las redes sociales. Por otra parte, es más frecuente en los chicos que en las chicas, sobre todo, en aquellos que se sienten insatisfechos con su vida», sostiene un artículo de la revista española Investigación y Ciencia.
Según la revista VeryWellmind este sentimiento se puede aplicar a cualquier cosa, desde una fiesta hasta un ascenso en el trabajo, pero siempre se hace énfasis en la sensación de impotencia por el hecho de que te estás perdiendo algo importante.
¿Cuál es su vínculo con las redes?
Debido a esa necesidad de estar frecuentemente al tanto de lo que sucede, las personas con FOMO acceden a las redes sociales con mayor frecuencia.
Según la publicación de Investigación y Ciencia, este síndrome hace que el usuario se considere menos popular y activo que sus amigos virtuales, lo que puede provocar mayor frustración.
"Además, los adolescentes que presentan FOMO, es decir, que sienten que están ausentes de las experiencias gratificantes de sus compañeros, están especialmente en riesgo, porque podrían usar las redes sociales para compensar este déficit tratando excesivamente de conectarse con otras personas en línea" (Estudio llamado Consecuencias negativas de las redes sociales intensas en los adolescentes: el papel mediador del miedo a perderse algo, realizado por varias universidades).
Un estudio de Computers and Human Behavior afirma que este síndrome puede generar, por ejemplo, que una persona esté distraída mientras conduce algún vehículo, lo cual puede ser mortal. Así como esa, también puede generar otras conductas peligrosas.
¿Cuándo una persona debe alarmarse?
Sandra Silvano explicó que además del FOMO, la adicción a las redes sociales en general, deben ser preocupantes cuando afectan a las relaciones interpersonales, el trabajo o las actividades que uno realiza. Uno no puede concentrarse de la misma forma, porque está pendiente de las novedades o notificaciones.
Cuando llega un momento en que uno nota que todo lo citado anteriormente, le está consumiendo demasiado, tiene que buscar ayuda profesional.
¿Qué se puede hacer al respecto?
La especialista, Sandra Silvano, dijo que cuando uno nota que está usando mucho el teléfono o las redes sociales, debe reconocer que eso está afectando su funcionalidad y empezar a monitorear el uso.
«El celular mismo tiene las funciones para controlar que uno tenga una relación más saludable con las redes y a partir de eso generar una experiencia más sana», agregó.
También indicó que es muy importante buscar apoyo en el grupo social inmediato para no estar tan pendiente de lo que pasa en las redes sociales, de los likes o de los comentarios.
A su vez, Jeffrey Hall (PhD), director del Laboratorio de Relaciones y Tecnología de la Universidad de Kansas, apunta –a través de la APA– que puede ser mucho más saludable publicar contenido e interactuar que simplemente leer pasivamente las publicaciones de los otros.