El nombramiento de Luis Ramírez, para ministro de Educación y Ciencias (MEC) del próximo gobierno, generó aires de esperanzas y buenos augurios para el futuro de la administración del ente rector de la educación en el país. Así también produjo una suerte de sorpresa, al tratarse de la designación de una persona por fuera del ruido político partidario.
Cabe recordar que Luis Ramírez es psicólogo y orientador educacional egresado de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). También es fundador del Centro para el Desarrollo de la Inteligencia (CDI).
“La educación está en terapia intensiva. Esa es nuestra centralidad; vamos a ocuparnos de que nuestros alumnos comprendan lo que leen”, fue una de sus primeras declaraciones ante medios de prensa tras el anuncio presidencial. Justamente, la baja calidad de educación que reciben los niños, niñas y adolescentes en el país no es una mera sensación, sino que está comprobada por varios indicadores y mediciones internacionales.
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Un mayor presupuesto con correcta ejecución, lograr una mejor calidad de lo impartido en aulas , así como capacitación docente, son tres denominadores comunes en los que coinciden José Antonio Galeano – reconocido docente y promotor cultural– y José Carlos Rodríguez –psicólogo, doctor en sociolingüística e investigador en el área educación–.
También es lo que recomiendan desde la organización Juntos Por la Educación, en el libro “Propuestas para la gobernanza y agenda educativa 2023 – 2028”. Este es un análisis sobre la situación actual del sistema educativo, coordinado por Óscar Charotti.
Incrementar la inversión
“Yo quiero creer que la designación de Luis Ramírez apunta hacia llevar adelante otro tipo de gestión y otro tipo de filosofía educativa”, declaró Galeano en contacto con L25. Además, manifestó su alegría por la designación de una persona con el perfil técnico adecuado para el cargo.
Sostuvo que el MEC actualmente precisa de una mayor inversión estatal y por sobre todo una correcta ejecución de su presupuesto asignado.
En esa misma línea, la propuesta de la organización Juntos Por la Educación refiere que el sistema educativo necesita una “garantía de las condiciones y disponibilidad de infraestructura, equipamiento y tecnología”. Indican que la situación de las condiciones en las que se desarrolla el acto de aprendizaje constituye uno de los principales desafíos en términos de equidad en la educación.
“La inversión en infraestructura escolar, mobiliario y recursos como libros, materiales didácticos, tecnología y otros, es fundamental para garantizar las condiciones adecuadas para la enseñanza”, sugiere el material.
Y en otro punto, el trabajo investigativo también apunta a «La garantía del financiamiento educativo». Afirman que sin el financiamiento adecuado y suficiente, es imposible pensar en una educación de calidad con equidad.
«Es imperioso poder contar con una Ley de Financiamiento que identifique fuentes, reconfigure e incremente la participación de componentes vinculados a programas compensatorios y de mejoramiento de la calidad que establezca mecanismos de monitoreo del gasto educativo y blinde los recursos destinados a esos efectos», expresa el documento oficial de la organización.
José Carlos Rodríguez, por su parte, es más directo, “El MEC necesita plata”, dijo tajantemente en contacto telefónico con Latitud25. Es un ferviente creyente de que los gobiernos deben invertir lo más posible en educación para impactar directamente en las decisiones que le permitan llevar una óptima calidad de vida a los ciudadanos.
“Necesitan más plata, necesitan más formación de maestros, necesitan una reforma de la educación centrada en la calidad, en la excelencia del alumno. La educación es una inversión en la persona», expresó.
Calidad educativa
El segundo punto en el que coinciden Galeano, Rodríguez y el trabajo de JPE, es la necesidad de iniciar los caminos de la reforma educativa y apuntar a una alta calidad de contenidos impartidos.
Galeano no disimuló su satisfacción por el nombramiento de Luis Ramírez, y alega que su perfil puede propiciar un trabajo de articulación para forjar una reforma educativa.
«Él tiene un amplísimo conocimiento pedagógico, sabe lo que hay que hacer y sabe sobre todo que la educación y ese ministerio tiene que ocuparse de la educación, debe preocuparse ya menos de cosas concomitantes, que son importantes, sin duda, como la infraestructura, como la provisión de alimentos a los niños, pero Luis tiene claro que lo primero en el Ministerio de Educación debe ser la educación», dijo.
Y sobre este punto, Rodríguez indicó que desde el punto de vista de los parámetros de la medición mundial, de PISA por ejemplo, que es la prueba internacional de eficacia de la residencia de alta, nosotros estamos bajando. «Por eso, entre los evaluados, nuestra educación empeoró en los últimos años», dijo.
De los nueve puntos que aborda la investigación de JPE, el octavo hace referencia a lo que Galeano y Rodríguez también hablan: Ampliación del alcance e incremento de la calidad de educación y formación técnica profesional”.
Sostienen en este punto que el Estado debe preparar a los estudiantes para poder progresar en la vida y que, en ese sentido, la educación debe responder a los requerimientos actuales y futuros del sector productivo y del mundo del trabajo.
“Con ese propósito, nuestro sistema educativo debe otorgarle una nueva centralidad a la enseñanza y formación técnica y profesional en su función de puente entre la educación y el mercado laboral, revalorizando su rol estratégico en el desarrollo del Paraguay”, refiere el material.
Galeano también abordó el desafío de abordar el problema de vinculación entre los diferentes ciclos escolares y la educación secundaria con la terciaria. Afirma que Luis Ramírez tendrá que saber sortear este obstáculo que viene siendo un problema en la dinámica del aprendizaje de los alumnos y alumnas.
“Hay un problema serio de articulación entre la media y la educación superior. Lo que pasa es que con una educación de tan baja calidad como la que tenemos, que ese es quizás el reto mayor de todos los que va a enfrentar el nuevo ministro, mejorar los estándares educativos, es difícil aspirar a grandes logros. Hay verdaderamente mucho trabajo que hacer”, señaló.
Pésimos en educación
Actualmente, el Paraguay se encuentra en los más bajos puestos en mediciones sobre educación. Entre 6 y 7 de cada 10 estudiantes paraguayos del tercer y sexto grado no logran resolver problemas matemáticos básicos, según los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019).
El Sistema Nacional de Evaluación Educativa (Snepe 2018) indica que el 80% de los estudiantes locales no lograron aprendizajes básicos en lectoesccritura.
Según el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), Paraguay se encuentra en último lugar en Sudamérica y en el puesto 73 de 75 en el mundo en matemáticas.
Indudablemente, el desafío es grande, pero el recientemente anunciado ministro, salió con declaraciones optimistas y detalló sus primeros frentes de batallas que desea enfrentar:
- Mejorar niveles de comprensión lectora y matemáticas
- La alimentación como política compensatoria central
- Infraestructura tecnológica
- Escuelas como espacios seguros
- Reforma educativa definida por el MEC
- Reparación de escuelas por el MOPC
- Buscar más recursos para priorizar el sector.
«Entusiasmar a los maestros»
Galeano habló sobre un tercer punto, en el que coincide Rodríguez y que también se halla plasmado en el trabajo de JPE: la jerarquización del trabajo docente.
Afirman que para alcanzar niveles deseados de calidad educativa, primero es más que relevante revisar el nivel de educación de los docentes.
“Luis tiene claro que lo primero en el Ministerio de Educación debe ser la educación. Su gran reto es entusiasmar a los maestros, hay que resignificar la profesión docente, y yo creo que si él lo logra y tiene herramientas para ello y sobre todo si le dejan, entonces yo creo que se puede esperar mucho de Luis Fernando Ramírez”, expresó Galeano.
A su turno, Rodríguez mencionó que para elevar el nivel de calidad de docentes de nuestro sistema educativo, el nuevo ministro tendrá que salir victorioso de la gran batalla llamada despartidización de la educación.
“Necesitamos más formación de maestros. Mejor educación también significa mejor educación del profesor, o la profesora, o sea, del docente. El docente y claro, sus ingresos económicos”, aseguró.
Educación sin injerencia política
Rodríguez apuntó que es sabido que el MEC es utilizado como una legión de operadores políticos y que luchar contra eso será un gran desafío para el nuevo ministro.
José Antonio también se refirió a la cuestión de la partidización del MEC y asegura que Santiago Peña finalmente es el que demostrará su liderazgo en la ANR si es que logra que el nuevo ministro trabaje sin la presión del partido de gobierno.
“Hay un clientelismo enorme en el ministerio, lo ha habido a lo largo del tiempo, claro que va a tener que lidiar con eso. Pero finalmente esa lucha va a ser posible para Luis o para cualquiera en su lugar, si es que el poder que con este nombramiento le confiere Santiago Peña, le permite llevar adelante planes y proyectos donde el tema político partidario, va a tener que ser postergado”, mencionó.
La propuesta de Juntos Por la Educación, sugiere una optimización de la carrera y la mejora de condiciones para los educadores. Parten desde la base que los educadores son la pieza fundamental en cualquier proceso de mejora de la educación de un país. Por lo tanto, es clave atraer a los mejores candidatos a la docencia “brindándoles condiciones de trabajo adecuadas y garantizando su formación continua para que puedan enfrentar los desafíos del siglo XXI».
El trabajo de esta organización, entre otras cosas, recomienda ampliar la oferta de cursos de formación continua. Además de establecer incentivos para que exista una participación activa de los docentes, así como desarrollar competencias profesionales para la innovación (uso de tecnología en la escuela).
Respaldo del Presidente
El futuro ministro charló con L25 y afirmó que tiene el compromiso del Presidente Santiago Peña en acompañar las nuevas formas de trabajo en el Ministerio de Educación y Ciencias. Habló sobre su deseo principal, que es el de que los niños y niñas comprendan lo que leen y que buscarán los mecanismos para conseguir nuevas formas y fuentes de financiación.
“Anteriormente, trabajé como asesor para diferentes ministros y nunca tuve la cercanía ni la voluntad de la presidencia de respaldar la educación. Hoy tengo el liderazgo del presidente, si eso no hay es imposible alcanzar metas. Para que este modelo que queremos impulsar funcione, tiene que existir bloqueo político y bloqueo económico. Es decir, tiene que haber plata y blindar a la educación de los vientos políticos”, indicó.
Sobre la despartidización del MEC y su posible confrontación a las dinámicas partidarias con las que se maneja el ministerio, afirmó que es consciente de ese escenario.
“Es una realidad y es algo con lo que es bueno saber que hay que convivir, porque uno así sabe qué pasos dar. Creo que mi nominación como ministro es una muestra del empeño y de las ganas que tiene el presidente Peña para blindar la educación y tratar por lo menos de que la educación en los próximos cuatro años pueda desarrollar un modelo distinto.
Sostuvo además que invertir en el capital humano del país desde la correcta gestión de la educación, es vital para generar atractivos para las inversiones que puedan venir del exterior.
“Es crucial para el desarrollo, si no hacemos lo que se viene es algo que no podemos dimensionar, yo creo que también es el último tren del largo periodo democrático”.
Muchas expectativas
Varios referentes de la educación fueron consultados por los medios de comunicación sobre el anuncio de nuevo ministro. Aparentemente hay una luz de esperanza con Luis Ramírez por tratarse de una persona que no responde (hasta el momento) a un signo político sino que se destaca por su foja de trabajo en el ámbito educacional.
«Quizás no me corresponde, pero felicitar al presidente electo por la decisión de sumar a su gabinete a una persona preparada. Lo tomamos con muy buenos ojos», dijo Luis Cáceres Brun, de la Asociación de Colegios Privados.
En tanto que Eladio Benítez, presidente de la Unión Nacional de Educadores expresó: «Yo le pediría al futuro ministro de Educación, que primero tenga en cuenta la opinión de los docentes, que siempre fueron ninguneados, para lograr una visión integral de la realidad educativa. La apertura será fundamental».
La que no se mostró muy contenta fue Karen Allen, Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Instituciones Educativas del Paraguay (Fedapar) al mencionar que su federación está abierta a escucharlo y trabajar con él, pero «con la segura postura de que la conciencia de nuestros hijos no es negociable», manifestó en relación al futuro ministro.
“Vamos a dar un tiempo prudencial para evaluar el trabajo del señor Ramírez”, dijo a su turno Silvio Piris, de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP).
Sin dudas, los desafíos para el nuevo ministro, que asumirá junto a todo el gabinete de Santiago Peña el próximo 15 de agosto, son colosales. El Paraguay necesita con urgencia una mayor y mejor educación, pero por sobre todo, en igualdad de condiciones.