Muchos pequeños empresarios emprenden por instinto, talento o capacidad de innovar, pero más que suerte, ganas e inversión, se requiere de un buen análisis y planificación para conocer acabadamente qué terreno estamos pisando al momento de hacer realidad una idea de negocio.
Pero antes de emprender, hay que considerar varios aspectos, más aun debido a la actual crisis económica post-pandémica que azota a la región y que está generando una sensación de inflación generalizada en varios países.
Según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe (2021), realizado por la Cepal, “los mercados laborales se encuentran en una difícil situación como consecuencia de la informalidad, la baja productividad y las nuevas tendencias que pueden comprometer la generación de puestos de trabajo”.
Leé más: El desempleo y la precarización laboral crecieron y esto solo tiende a agudizarse
Justamente, en esos tres puntos que dificultan la situación económica en la región, Paraguay, empeoró en el último año. De hecho, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas, la tasa de desempleo en el primer trimestre del 2022, incrementó a 8,5% en nuestro país, mientras que la ocupación informal afecta a 1.805.000 personas.
Para hacer frente a esta crisis, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe apunta a ayudar a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) como “eje central de la estrategia para preservar el empleo, dinamizar el mercado laboral e incrementar la productividad media de las economías”. Es decir, remarca lo fundamental que es no solo para las personas a nivel independiente, sino para el país y el continente, emprender en estos tiempos.
Las ganas y la experiencia no bastan
Respecto a la realidad actual en el país sobre los emprendedores, el viceministro de Mipymes, Isaac Godoy, resaltó que existe poca profesionalización y mucho empirismo en este segmento de la economía que aglutina al 96% de toda la economía paraguaya.
Es decir, de cada 100 empresas paraguayas, 96 son mipymes, cerca de 245.000 unidades de negocio de diversos rubros que facturan por año hasta USD 1.100.000. Incluso, microempresas de un solo funcionario, que muchas veces es el propio emprendedor.
“El empresario, por más pequeño que sea, todos los días toma decisiones para la vida de su empresa y un mal paso en ese proceso puede determinar la defunción del emprendimiento. Muchas veces o la mayoría de las veces las decisiones se toman por falta de información acabada o falta de capacidades de compresión de una serie de herramientas”, expresó.
En ese contexto, Godoy resaltó los perjuicios que causa la falta de profesionalización y la importancia de la orientación y capacitación en base al conocimiento del mercado, gestión o habilidades empresariales o los niveles de formalización.
¿Qué necesitás antes de emprender?
El viceministro de Mipymes comentó que existe un kit de herramientas básicas a tener en cuenta al momento de empezar un negocio. En primer lugar, tiene que ver con la contabilidad básica del emprendimiento.
“Hay muchas personas que te dicen: ‘vendo mucho, pero no veo mis ganancias’, pero cuando se hace la contabilidad del producto final, uno se da cuenta de que uno está perdiendo o empatando, por el precio en que está saliendo al mercado”, referenció.
Recalcó que uno puede trabajar mucho, pero ver pocos resultados financieros tangibles, porque no conoce los costos de la empresa. Por otro lado, indicó que tiene que ver con el análisis del mercado: de saber quiénes son los compradores y quiénes son los competidores.
Y el tercer elemento, dijo, tiene que ver con la educación financiera, que apunta al proceso de formalización; bancarización, cooperativización, es decir, en el emprendedor el que debe trabajar desde el punto de vista financiero.
Recomendó al emprendedor que, al iniciar su negocio, al gestionar su RUC, lo primero que se asocie a una cooperativa, habilite una cuenta básica en un banco o por lo menos, inicie con una billetera electrónica, que hoy está disponible en el mercado.
Además, debe tener la posibilidad de operar con moneda física o pago digital, porque –resaltó que– hoy en día existe una necesidad transversal de innovación permanente.
Emprender a partir de datos reales, no desde el corazón
Godoy recordó que muchas personas emprenden haciendo lo que les gusta, pero señaló que eso no necesariamente es lo correcto.
En ese punto, dijo que cuando uno quiere desarrollar una empresa exitosa, básicamente lo primero que debe pensar es en qué problema va a solucionar o qué necesidades existen en el mercado que uno puede resolver a través de su emprendimiento.
“Ahora si en el barrio hay dos panaderías, pero a mí justo me gusta hacer también tortas. Probablemente yo no estoy pensando con quién compito y a qué precios, sino que solamente estoy pensando lo que me gusta hacer y lo hago. Obviamente, pasadas las fases del enamoramiento, uno empieza a pensar y decir, cuánto de mi tiempo estoy destinando a esto y no estoy generando las ganancias suficientes”, ejemplificó.
Resaltó que es necesario pensar esto antes de quedar frustrada o incluso con deudas por haber tomado una decisión no planificada. Agregó que en el Ministerio de Industria y Comercio realizan capacitaciones y acompañamiento a quienes quieren emprender.
¿En cuánto tiempo puedo saber si tengo o no un negocio rentable?
Godoy comentó que a esa etapa inicial de un negocio se la conoce como Valle de la Muerte, porque es un tiempo de incertidumbre sobre si el emprendimiento va a prosperar o no.
En ese contexto, recordó que el primer error de la gente que emprende es iniciar con un capital menor que el adecuado; usando vehículos prestados o elementos prestados. Ese periodo de tiempo puede ser más largo.
“Podés pasar por el valle de la muerte por dos o tres años, pero lo que no tenés que perder de vista es esa planificación inicial. Todo ese plan inicial se tiene que ir implementando por fases, pero volviendo a la pregunta, a nivel internacional se establece como dos o tres años ese periodo de incertidumbre”, concluyó.
