Una botella de plástico, puede llegar a ser un simple residuo para algunos, al mismo tiempo, es una materia prima de gran valor para otros. Estos residuos son un elemento de trabajo que dignifica la realidad de miles de familias paraguayas y, que constituye una salida laboral efectiva en pleno proceso de recuperación económica del país.
Esa botella de PET (Polietileno Tereftalato, 100% reciclable), con frecuencia se tira rápidamente a las calles luego de ingerir su contenido. Las mismas terminan en cauces hídricos, quemadas, o simplemente acumuladas en vertederos sin sistemas de gestión apropiados.
Esto se repetiría indiscriminadamente si no fuera por el trabajo de los recicladores y acopiadores, que colaboran para alargar la vida útil de estos materiales. La mala disposición de los mismos, es un problema ambiental de enormes proporciones para nuestro planeta, nuestro país y nuestras comunidades.
El problema de la mala disposición de residuos
Solo en Cateura, ingresan aproximadamente unos 800.000 Kg. de residuos por día. Esta información fue corroborada por la dirección de Aseo Urbano de la Municipalidad de Asunción.
Asimismo, en América Latina y el Caribe, un total de 40 millones de personas no tienen un sistema de recolección de residuos. Además, el 90% de los residuos no son aprovechados, refiere el documento denominado “Perspectiva de la Gestión de Residuos en América Latina y el Caribe”.
Es necesario “avanzar hacia la formalización y el reconocimiento del reciclaje informal”, agrega el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Este factor es una de las soluciones principales que la organización considera clave para la economía circular.
¿Por qué? Este sector es el que se encarga de recuperar los materiales reciclables de lo que calificamos comúnmente como “basura”. El término se emplea con frecuencia para hacer referencia a algo que ya no sirve, y justamente, muchas veces ya no se puede volver a usar, solo por la mala disposición y procesamiento de los residuos.
Los engranajes de la cadena de reciclaje
Los recicladores son esas personas que van por la calle, con bolsas, carritos o motocarro. Como pueden, recolectan los materiales que serán reciclados por las industrias. Posteriormente, son los acopiadores quienes, a través de un proceso de compra, clasificación y venta, intermedian entre los recolectores de base y las industrias.
El ingeniero especializado en gestión de residuos y gerente de Economía Circular de la Fundación Moisés Bertoni, Mauricio Solalinde habla sobre este trabajo.
“Esta recuperación permite que los materiales no terminen en los lugares inadecuados; ya sea por producto de un servicio ineficiente de recolección de residuos de la Municipalidad o, debido a la ausencia de prácticas de consumo responsable como la falta de separación en origen”, manifestó.
Agregó además que el acopiador puede llegar a abarcar a 30 o 50 familias por cada zona. Estas familias a través del reciclaje y el acceso a los materiales, generan un sustento económico diario.
Finalmente, las industrias, tras comprar la materia prima que le venden los acopiadores, proceden a elaborar sus productos, los cuales tras ser procesados, salen a la venta y empieza un nuevo ciclo.
El doble beneficio
La ventaja que tiene para las familias recicladoras trabajar con la red de acopiadores –que compran lo que van recolectando diariamente–, es el pago inmediato. Una vez entregada la mercadería, el pago se realiza en efectivo y al día, de modo a que estas familias –que en su gran mayoría se encuentran en la franja de pobreza–, puedan obtener un rédito directo de su esfuerzo.
Cabe resaltar que la industria del reciclaje emplea a más de 100.000 recicladores de base, según señaló Eladio Ortiz, presidente de la Asociación de Recicladores y acopiador de San Lorenzo. Estos recicladores trabajan con más de 2.500 acopiadores, que constituyen pequeñas y medianas empresas.
“Falta concienciar más a la gente. En vez de mezclar todo, sacar afuera en una bolsa: cartón, chatarra, latita, hule y en otra bolsa, todo lo que contamina, para que no contamine la mercadería reciclable. Ojalá que algún día la gente entienda eso, que clasifique y le dé a mis colegas más facilidades para reciclar, manifestó don Eladio Ortiz.
¿Por qué los recicladores y acopiadores son tan imprescindibles?
Todos los esfuerzos por disminuir la emisión de gases de efecto invernadero son esenciales para el medioambiente, debido a la crisis climática. En ese punto, es cuando cobran un papel importante los recicladores y acopiadores, para recuperar materiales reciclables como los plásticos.
Es importante resaltar que los plásticos están divididos de acuerdo a la composición de la resina con que fueron elaborados. Hay al menos siete tipos y para distinguirlos cada uno tiene un número. El PET es el número 1 y es el que se utiliza para las botellas de plástico. Este material es uno de los materiales más reciclables y valorizables en la industria.
Por eso, es que la recuperación y revalorización del PET es clave para la economía paraguaya, ya que esta materia prima, permite entregar alimentos y bebidas necesarias, para la seguridad alimentaria a nivel país. Esta materia prima no se produce localmente, por eso se importan en volúmenes industriales.
Entonces es cuando entra a jugar un papel preponderante la industria de reciclaje del PET, que permite la recuperación, revalorización y su reinserción a la economía a través de nuevos productos, reduciendo así los volúmenes de importación. Este ahorro de costos para el sector privado deriva en generación de empleos a más de 2.500 MiPymes, que se dedican a la compra y Venta del PET.
Asimismo, los costos de logística y disposición de residuos para el sector público no resulta un tema menor, porque estos oscilan entre G. 180.000 y G. 240.000 para disposición de una tonelada de residuo sólido. Considerando, que en Paraguay, cada habitante genera en promedio 1,21 Kg por día, los costos que deben absorber los municipios para mantener las ciudades limpias, es más de lo que pueden recaudar.
Por tanto, el rol de los recicladores y acopiadores resulta fundamental para aliviar este costo para el sector público, trayendo consigo beneficios económicos para los gobiernos municipales, como también socioambientales para toda la ciudadanía.
En nuestro país, el PET se recicla hasta un 50% posterior a su consumo, según el Diagnóstico de Metabolismo de la Economía Paraguaya, realizado por MF Inversiones, 2022. Además, según estimaciones de la industria, se recicla hasta un 65%. Si bien, este porcentaje es el más alto de la región, aún queda un largo trecho por recorrer para evitar la desvalorización y mala disposición de este material.
Todos estos beneficios para el medioambiente, se pueden alcanzar solo gracias a que miles de familias se encargan de recuperar toneladas de materiales reciclables al año. Esto genera un doble beneficio, tanto social como medioambiental. De esta manera, no solo generan ingresos para subsistir, sino además extienden el ciclo de vida de estos plásticos, evitando que contaminen a través de la mala disposición.