La contaminación por plástico, de generar 2 millones de toneladas en 1950, alcanzó un total de 348 millones en 2017 y se considera que esa cantidad puede duplicarse de hoy al 2040, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Este tipo de contaminación representa una catástrofe de triple crisis planetaria. En ese contexto, en marzo de este año, presidentes, ministros del ambiente y otros representantes de 175 países respaldaron una resolución histórica para acabar con la contaminación de plásticos y forjar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para finales de 2024.
Asimismo, varios países de la región y de la Unión Europea adoptaron medidas regulatorias para incentivar el reciclaje, en atención a las botellas y los envases en general que son fabricados a partir del plástico reciclable, llamado “Polietileno Tereftalato Post Consumo (conocido por sus siglas PET – PCR).
Este tipo de plástico se puede reutilizar para producir lo que se denomina «resina reciclada». Esta es una materia prima que sirve para ser transformada en otros recipientes, como botellas o envases para el mismo uso.
Esfuerzos comunitarios, aún sin leyes
Entre algunas de las iniciativas destacadas para reducir la contaminación, se encuentra el Programa Economía Circular, que busca incentivar el desarrollo de mipymes paraguayas a través de aportes para que avancen en sus respectivos proyectos.
Esta propuesta lanzada en abril de este año, seleccionó a 13 empresas de 85 que se postularon, que trabajan en la producción de materia prima o en la conversión de productos, para que sean más amigables con el medioambiente, como emprendimientos que trabajan cuero vegano y otras empresas que, por ejemplo, elaboran la resina reciclada.
El proyecto, que ya está en marcha, se llevó a cabo gracias a una alianza de la Unión Europea (UE) y del Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab), a través del programa Mipyme Compite de la UE y el proyecto Asunción Circular (AC+) del BID Lab. También es impulsado a nivel estatal por el Ministerio de Industria y Comercio.
Así como este, existen varios esfuerzos que buscan caminar hacia una industria más sustentable, aunque todavía faltan normativas que regulen e incentiven a nivel país, la producción de materiales más amigables con el mediombiente, pero sobre todo, el reciclaje de aquellos que producen una gran contaminación.
En ese contexto, la Fundación Conciencia Ambiental presentó un proyecto al Congreso, explicando la importancia que tiene regular e incentivar el reciclaje en el marco de los convenios suscritos por Paraguay.
La solicitud fue hecha en setiembre de 2021 e ingresó al Parlamento el 14 de setiembre de ese año, con la firma del senador Fernando Silva Facetti y se enlistó para el orden del día de hoy.
La propuesta de reciclaje a nivel nacional desde el Senado
Según la iniciativa que se encuentra en el Senado, las personas o empresas que se dedican al reciclaje deben suministrar a los fabricantes de envases y botellas nacionales, la resina reciclada PET –PCR.
Además, apunta a que esta resina se realice preferentemente con los residuos recolectados en el territorio nacional y en caso de que exista un remanente, el producto pueda ser exportado.
La autoridad de aplicación es el Ministerio de Industria y Comercio, que luego de tres meses de que la ley entre en vigencia, debe empezar a controlar la aplicación de la ley.
Asimismo, en cuanto a la cantidad, el documento afirma que, durante el primer año, las industrias deben utilizar un mínimo de 15% de PET-PCR reciclado; en el segundo año, 20% y en el tercer año, 30%.
A partir del cuarto año, el MIC ya va a poder vía resolución ministerial, definir el incremento gradual del porcentaje, en base a la disponibilidad en el mercado por parte de los productores nacionales.
La versión de Diputados con media sanción
Esta tarde, la ley fue tratada en la Cámara Baja y fue aprobada con modificaciones sugeridas por al Comisión de Ecología, Recursos Naturales y Medio Ambiente de Diputados. Entre los cambios ingresados se encuentran incorporar la cantidad de PET- PCR reciclado conforme al siguiente cronograma y escala: Para el segundo año, un mínimo de 15% de PEt-PCR reciclado, para el tercer año, un mínimo de 20%; para el cuarto año, un 30% y para el 2030 un mínimo de 40%.
Al año siguiente, la Autoridad de Aplicación dispondrá por Resolución Ministerial el incremento gradual del porcentaje del PET – PCR reciclado, en base a la efectiva disponibilidad en el mercado de parte de los productores nacionales.
También agrega incentivos a ser implementados mediante el Fondo para el Cambio Climático, previsto en la Ley N° 5875/2017 “NACIONAL DE CAMBIO CLIMATICO”.
«El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), tendrá competencia exclusiva para aplicar los recursos financieros en apoyo a los sujetos obligados por esta Ley para que puedan cumplir con lo establecido en el artículo 6° de la presente Ley y en asistencia a los segregadores y gancheros organizados», añade la versión de la Cámara de Diputados.
¿Y si las empresas no cumplen la ley…?
Entre las sanciones que podrán aplicarse, se encuentra el apercibimiento, la suspensión o cancelación del registro de fabricantes, importadores y comercializadores de envases y botellas PET – PCR, de comiso o multa de hasta doscientos jornales mínimos para actividades diversas no especificadas en el país.
Medidas legislativas son necesarias
Pese al notorio desinterés de las autoridades de atender asuntos relacionados a sostenibilidad y conservación ambiental y al desconocimiento de parlamentarios y ejecutivos en esta materia, la la definición de un marco normativo para formalizar la actividad del reciclaje de residuos reutilizables está en proceso, para adaptarnos a los nuevos requisitos de mercados externos.
En este sentido, el Ing. Ambiental, Luis Gill integrante del Programa de Economía Circular, resaltó que es indispensable que el Estado pueda generar incentivos para las iniciativas abocadas a disminuir la contaminación, ya que en países como los que forman parte de la Unión Europea, hay un gran incentivo a pequeñas y medianas empresas que se dedican a elaborar este tipo de productos más sostenibles.
Incluso, en los acuerdos de libre comercio entre bloques, como el que actualmente se discute entre el Mercosur y la UE, están prevaleciendo criterios innegociables de sostenibilidad y trazabilidad de lo que se consume.
«Esto está alineado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y al desarrollo que necesitamos tener, pero actualmente no existen los incentivos necesarios», afirmó.
El especialista reconoció que actualmente no hay una alineación de los legisladores para tener más preparación y un plan de trabajo abocado al medioambiente.
«Normalmente lo que escuchamos son discursos más populistas», agregó.
Asimismo, resaltó que existe una apertura actual del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) para llevar a cabo iniciativas en pro del medio ambiente.
«Europa está pretendiendo ser carbono neutro para el 2050 y a partir de ahora todo tipo de productos que tengan estos criterios de triple impacto (económico, social y medioambiental) van a ser mejor vistos en el mercado europeo», concluyó.