La Cámara de Diputados aprobó, el miércoles 28 de junio, un proyecto de ley que busca fusionar la Dirección de Aduanas y la SET. Tras la media sanción, el documento pasó al Senado. Este rápido estudio y posterior aprobación, llamó la atención de la opinión pública, ya que muchos manifestaron en redes que poco o nada sabían acerca de esta intención.
Esta medida busca instituir la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios, que consistiría en una fusión de la Dirección Nacional de Aduanas con la Subsecretaría de Estado de Tributación. Esta unión de instituciones, tendría a su cargo, no solo velar por la política recaudatoria del Estado a través de los diferentes puestos de aduanas, sino además todo el manejo de la política tributaria de la nación.
El proyecto fue presentado por los diputados Basilio Núñez, senador electo y Pedro Alliana, vicepresidente electo. La celeridad con la que aprobaron esta intención, impulsada por dos personas que forman parte del círculo nuclear del presidente electo, Santiago Peña, levantó suspicacias y generó dudas hacia la intención real.
Por eso, el viceministro de Tributación, Óscar Orué, habló en RadioCast25 sobre el proyecto de normativa y las posibles implicancias de su puesta en marcha.
En primera instancia, Orué reconoció que, debido a que la SET y Aduanas trabajan por separado, hay limitaciones en la trazabilidad de la información e hizo un análisis de ventajas y desafíos que podría tener esta unificación.
El proceso podría fluir más rápidamente
Orué consideró que hay cuestiones positivas que se pueden generar en el sistema de control, si esta nueva institución fusionada cuenta con una buena estructura. «Si ambas instituciones se unen, el proceso podría fluir más rápidamente», resaltó.
En cuanto a la jerarquía, esta dependencia tendrá un relacionamiento con el Ejecutivo a través del Ministerio de Hacienda. Por ende, Hacienda seguirá teniendo a su cargo la política fiscal y señaló, que la recaudación, es una de las bases de esas políticas.
Según Orué, esta nueva institución tendría mayor fuerza de acción, de darse esta modificación en su composición. En ese contexto, dio como ejemplo, que si bien actualmente la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), depende de Hacienda, es él, como viceministro, quien firma resoluciones, sumarios y fiscalizaciones.
«Hoy la ley me otorga a mí unas amplias facultades de control, entonces el ministro de Hacienda no tiene esa responsabilidad, si yo le sanciono a un funcionario o alguna empresa, yo soy el responsable. Hay una descentralización funcional y operativa, a través de una ley tributaria», refirió.
Entonces, en base a lo mencionado, consideró que si eso sale de la esfera de Hacienda como una política autártica, aunque la política fiscal la siga teniendo el Ministerio de Hacienda, puede tornar el sistema más eficiente y puede ahorrar costos.
En cuanto al ingreso de mercaderías, Orué dijo que actualmente el sistema funciona de la siguiente manera: la mercadería ingresa, se controla y ahí finaliza el proceso. Hoy no existiría un sistema común que garantice la trazabilidad directa entre el ingreso de la mercadería y el pago del tributo.
«Sin embargo, si hay una sola Dirección, ese control del ingreso de las mercaderías, después puede ser controlado por el pago de impuestos. La trazabilidad de esa mercadería puede ser controlada a través de un sistema unificado. Entonces vamos a ver, le doy el visto bueno mirando así, haciendo esa salvedad», puntualizó.
Modelos de instituciones fusionadas
En otros países de la región, la naturaleza del aparato recaudador y tributario depende de la funcionalidad de cada sistema, haciendo que la administración de aduanas y tributación varíe según el país.
Por ejemplo, en Argentina, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) une a aduanas, tributación y aporte obrero patronal. En Brasil, la aduana y el sistema tributario tienen la Receita Federal. En Colombia, la Dirección de Ingresos Nacionales se encarga de la aduana y tributación.
Orué hizo énfasis en la eficiencia del control, y dijo que es importante que las instituciones encargadas de la recaudación fiscal y el control estén especializadas en su tarea.
El desafío de que la institución sea operativa
El desafío, según Orué, será la aplicación y cómo se estructure la nueva institución, en caso de que se apruebe esto. Al respecto, recordó que en la ley no está la estructura completa de cómo sería fusionada esta institución.
«Solamente está el esqueleto. Básicamente está la dirección y tres gerencias después, por debajo no existe una organización ya formada. Eso sería uno de los grandes desafíos que va a tener esa dirección», resaltó.
Hizo énfasis en que es imprescindible mirar la estructura internamente y también quiénes van a ser las autoridades que van a asumir esa nueva dirección, quienes deben tener conocimientos técnicos.
Finalmente, consideró que esta propuesta, puede ser parte de una directiva del gobierno de Santiago Peña, que asumirá como presidente de la República, el próximo 15 de agosto.
«Estoy seguro de que este este proyecto fue elaborado con la gente del equipo económico desde el nuevo gobierno y lo que hacen es viabilizar a través de sus diputados. Eso es lo que yo entiendo, a ver qué se analiza en la Cámara de Senadores, ya que tiene media sanción», concluyó.