Este año, la Conferencia de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático (COP27), pidió a los países que suscriban un compromiso para reducir la emisión de metano. Esto, porque según estudios, este gas de efecto invernadero tiene una capacidad de calentamiento 80 veces superior al dióxido de carbono.
Desde el principio, el «no» fue rotundo por parte de Paraguay, y a pesar de que representantes de varias instituciones fueron hasta Egipto para la conferencia, no se comprometieron formalmente a nada. El ministro de Agricultura y Ganadería, Santiago Bertoni, habló en contacto con RadioCast25 y dejó en claro de que Paraguay no se sumará a iniciativas en contra de la producción.
Cabe recordar que el año pasado, las autoridades nacionales fueron muy criticadas por sus expresiones que minimizaban los efectos del deterioro del medioambiente. Debido a la presión, Paraguay terminó firmando el acuerdo internacional.
Pero este acuerdo en cuestión no fue la primera demostración de negación de la realidad ambiental. Paraguay ya se viene apartando hace un tiempo de la adopción de medidas políticas efectivas para cuidar el planeta.
Otro ejemplo, es el Acuerdo de Escazú. En ese punto, se puede ver la resistencia de los gobiernos colorados para suscribir acuerdos internacionales –que establezcan un marco normativo para ubicar a la conservación ambiental como eje del diseño de políticas públicas.
Este tratado, desde hace años sigue aguardando la ratificación de Paraguay. Solo de esa manera, se podrán definir normativas de acceso a información pública en relación a la toma de decisiones y el manejo de los recursos naturales de un país.
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No, no, no y más no
El ministro Santiago Bertoni hizo énfasis en que Paraguay no va a asumir ningún compromiso que ponga en riesgo el sistema productivo. Resaltó que este genera riquezas y en él se sostiene gran parte de la economía paraguaya.
¿El motivo? El aporte de Paraguay a la emisión total de gases contaminantes es muy baja. A criterio de los productores, es una excusa válida para sostener su negativa a sumarse a iniciativas internacionales.
«Estamos con otro posicionamiento. Vamos a seguir analizando. Paraguay tiene una emisión de gases de efecto invernadero, de Paraguay que es de 0,09%. Porque como yo siempre digo, nos quieren hacer responsables de este problema que no hemos creado», puntualizó.
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Resaltó que el proceso ahora no está avanzando en cuanto al compromiso de los países para con esta conferencia. Afirmó que los grandes responsables no están dispuestos a avanzar y que incluso están cambiando su compromiso con relación a disminuir el impacto de la contaminación ambiental.
Al ser cuestionado acerca de que Paraguay forma parte del planeta y debe hacer aportes para cuidar el medioambiente, respondió que los grandes emisores de gases de efecto invernadero, están al otro lado del globo.
«La participación de Paraguay es muy baja. El sector es el único capaz de captar esos gases, podemos mejorar, volvernos más eficientes, pero cuando nos exigen estos compromisos, tampoco ese camino está bien claro», enfatizó.
Apuntó a que «los grandes responsables» son quienes deben hacer el esfuerzo y no países como el nuestro, que todavía deben desarrollarse.
¿Pero qué hay del medioambiente?
Ante las críticas y la propuesta de lo contradictorio que puede resultar la posición de Paraguay respecto a la crisis climática, Bertoni dijo que nuestro país, mucho antes de que se hable del tema, ya estaba trabajando en ser más sostenible.
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«Paraguay tiene en este momento, el 99% de su área de siembra, bajo régimen de agricultura de conservación y de rotación de cultivo que ha permitido mejorar y aumentar nuestros niveles de efectividad», manifestó.
Asimismo resaltó que el 100% de la energía eléctrica que se utiliza en Paraguay es de fuentes renovables. «Paraguay está haciendo su parte. La ganadería se desarrolla principalmente sobre pastura», añadió.
Recordó que el Infona (Instituto Forestal Nacional) publicó cifras acerca de que en el Chaco tenemos 13.900 mil hectáreas de bosque. Así como más de 2 millones y medio de hectáreas en la región Oriental.
Incluso, Bertoni comparó la situación de los bosques de la mitad del país con la situación en que estaban incluso antes de la llegada de los «españoles a América». Aseguró que se basa «en datos oficiales.
Insistió que hay una ley que protege los bosques en la región oriental, la Ley de Deforestación Cero. Sin embargo, hay que recordar que en realidad esa normativa se gestó justamente para evitar los preocupantes índices de deforestación en la región Oriental del Paraguay.
Cantidad de bosques no es ideal y restaurarlos es muy costoso
Justamente, en base a ese informe que menciona el ministro de Agricultura y Ganadería, la titular del Infona, Cristina Goralewski dijo lo contrario. La misma había reconocido, en contacto con RadioCast25, que la cantidad de bosques en la región Oriental no es la ideal.
Comentó que, si bien en la región Oriental tenemos poco más de 2.711.000 hectáreas de bosques nativos, los mismos están muy fragmentados y que no hay una interconectividad de las reservas.
Agregó que es urgente empezar un proceso de restauración, pero en ese punto reflexionó que es mejor preservarlos antes que restaurarlos, ya que esto tiene un alto costo. !El bosque está tan fragmentado y dañado que tiene que ser un proceso intervenido por el hombre. Estamos hablando de USD 4.500, para empezar la regeneración del bosque nativo de la región Oriental», expresó en dicha ocasión.
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Paraguay no cumple con leyes de control de pesticidas
Si bien, las autoridades sostienen que «todo está bien por casa», hay publicaciones recientes de las Naciones Unidas, que datan del 14 de octubre de este año, que denuncian a Paraguay por incumplimiento de normativas.
El experto en investigación Marcos Orellana resaltó que en nuestro país existe un uso descontrolado de agrotóxicos, que pone en riesgo el medioambiente y la vida de las comunidades.
El mismo tras una misión en nuestro país emitió un comunicado, señalando la situación alarmente en la que está sumida.
“Me gustaría recalcar, que es un mito que los agrotóxicos sean necesarios para alimentar al mundo. Es preocupante ver la influencia indebida de las empresas en la política pública sobre agrotóxicos en Paraguay”, dijo Orellana en su publicación.
En ese punto, también apuntó en contra de la Fiscalía, al resaltar que quienes buscan defender a sus comunidades de la contaminación, son criminalizados por el Ministerio Público.
El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) tampoco se salvó de su observación. Orellana consideró que la institución estatal no tiene las condiciones para medir la calidad del aire, lo cual es clave para diseñar políticas ambientales adecuadas.
Falsos proyectos verdes
Por otra parte, en un reciente material de Base Investigaciones Sociales habla del financiamiento que recibe Paraguay para falsas soluciones. Resalta que los «proyectos verdes» que impulsa el gobierno nacional en realidad no abordan de fondo los problemas climáticos.
En ese punto, menciona la publicación del Ingeniero Ambiental e investigador, Guillermo Achucarro, en su libro Política Climática en Paraguay, Una lectura anti-extractivista. “De esta manera, una problemática extremadamente compleja se reduce a soluciones de mercado, invisibilizando las causas reales de las altas emisiones de CO2 en nuestro país”, apunta.
Asimismo, según Global Forest Watch, una aplicación de monitoreo de los bosques en tiempo real Paraguay sigue perdiendo hectáreas de bosques naturales. Solo entre 2021, perdió 277 kha (kilohectáreas) de bosque natural, lo que equivale a 82.9Mt de emisiones de CO₂, refiere la plataforma de control.
Calentamiento global aumentó al doble en solo 31 años
«Entre 1990 y 2021, el calentamiento global del planeta producido por los gases de efecto invernadero ha aumentado casi en 50 %, principalmente por el incremento del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera», señala una publicación del medio alternativo venezolano EfectoCucuyo.
Rescata además otros alarmantes datos emitidos por la Organización Meteorológica Mundial, que habla de que el aumento de la concentración de metano fue el más alto jamás registrado; la disminución del tamaño de los glaciares, el nivel del mar que aumentó y se duplicó entre 2013 y 2022, en comparación con mediciones de 1993-2002. Además, el 55 % de la superficie oceánica experimentó al menos una ola de calor marina en 2022.
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