La industrialización del cannabis puede representar un gran negocio para el país, tanto como la soja o la carne. Sin embargo, hasta el momento, Paraguay avanza a paso muy lento y con varias trabas hacia esta oportunidad. Solo una empresa tiene la posibilidad de cultivar y exportar el cáñamo, mientras que nada más que una docena de laboratorios cuenta con la licencia para comercializar el cannabis medicinal.
Este mercado, que según exponentes de la Cámara de Cannabis Industrial mueve alrededor de USD 430 mi millones todos los años a nivel global, podría ser una muy rentable oportunidad para que Paraguay no solo transite la senda de la legalización de un producto que genera muerte y marginalización, sino además para que diversifique su modelo productivo.
Al respecto, RadioCast25 conversó con Juan Carlos Cabezudo, presidente de la empresa Cáñamos del Sur, que se encuentra en prisión domiciliaria, luego de que la Secretaría Nacional Anti Drogas (SENAD) allanara su granja e incautara los elementos necesarios para producir aceite de cannabis, que es lo que básicamente elaboraban en la Granja Madre.
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Cabezudo señaló que independientemente a su caso particular, considera un despropósito que a estas alturas estemos desperdiciando la gran oportunidad que tenemos de posicionarnos.
«Ya son varios países en América Latina que están abriendo paso al cannabis industrial como: Chile, Argentina, Uruguay, Perú, Ecuador y Colombia, que están abriendo a grandes pasos esta industria. Y asumo que en algún momento Paraguay, que es el tercer o cuarto productor mundial ilegal de cannabis, debería empezar no solo a abrir el rubro, que ya está abierto y totalmente monopolizado«, puntualizó.
Una alternativa para miles de familias
Cabezudo aseguró que esta es una manera de encontrar una solución a la situación de miles de familias, que hoy se dedican de manera clandestina a estos cultivos. No obstante, dijo que de ninguna manera pueden ser llamados narcotraficantes.
«Encontraron en este rubro una manera de avanzar fuera de todo tipo de ayuda estatal, es una forma de supervivencia también sobre todo en el norte de nuestro país», enfatizó.
A su vez, la diputada nacional Celeste Amarilla dijo que uno de sus objetivos es que los campesinos –que están plantando en la clandestinidad o semiclandestinidad, que planten el cannabis medicinal y sean ellos quienes vendan a los exportadores y laboratorios. «Que ingrese al fisco y va a ser un gran rubro», afirmó.
Refirió que, por ejemplo, Canadá y Alemania plantan marihuana hidropónica, en tinglados de 30×20, porque no tienen lugar, mientras que en Paraguay sí hay mucho espacio.
«En vez de que todo aquellos campesinos puedan plantar legalmente y va a querer plantar legalmente: no va a venir la Senad a quemar todos sus cultivos, no les va a matar un narco porque les faltan cuatro panes, claro que van a querer entrar a la legalidad y va a ser un rubro tan importante como la soja», subrayó.
Juan Carlos Cabezudo agregó además que hoy el cannabis en Estados Unidos es un artículo esencial. En cuanto a los números, son 30 de los 50 estados de ese país, aprueban el uso del cannabis en alguna de sus formas, mientras que 15 son los que aceptan el uso recreativo.
Una doble moral
Para el empresario, hay una doble moral por parte del Estado Paraguayo. Cuestionó, por ejemplo, que hasta la fecha la Senad no haya desarrollado un solo estudio o análisis sociológico o que no haya abierto audiencias públicas y que haya concedido 12 licencias a laboratorios privados que hasta el día de hoy no han hecho absolutamente nada para desarrollar el rubro, remarcó.
«Que hayan abierto el cáñamo industrial, supuestamente para los pequeños productores, sin embargo, se lo dan a un monopolio. El Estado había hablado de 25.000 pequeños productores, que hoy no serán ni 50 ni 100… Todo para sacarse una fotito mientras una empresa está haciendo grandes exportaciones», manifestó.
Dijo además que en Paraguay creo que hay miles familias en estado de pobreza y extrema pobreza en el campo, con un promedio de 3 o 4 hectáreas cada uno. «Seguimos siendo un país con inmenso potencial agroindustrial y el cannabis en todas sus formas tiene esa gran virtud frente a cualquier otro rubro, es muy industrializable», puntualizó.
Asimismo indicó que el cannabis, actualmente según la legislación paraguaya, está en el mismo nivel de la heroína.
Sin embargo, el 7 de diciembre de 2020, la ONU retiró la marihuana de sus listas de control de estupefacientes, donde figuraba junto a opioides adictivos y letales como la heroína. Esto se dio luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconociera las propiedades medicinales de la marihuana.