En febrero de 2022, el gobierno de los Estados Unidos advertía a Ucrania y al mundo, que la Federación Rusa aglomeraba tropas en su frontera con Ucrania para una inminente invasión a ese país. No todos tomaron la advertencia en serio, la cual fue calificada por algunos como mera propaganda estadounidense para desprestigiar al gobierno ruso.
En las primeras horas del jueves 24 de febrero de 2022, los rumores y advertencias se convirtieron en realidad. Las principales ciudades ucranianas despertaron con el ruido aterrador de bombardeos y las tropas de Vladimir Putin cruzaron la frontera en masa.
La mayoría de los pronósticos coincidían en vaticinar una pronta derrota ucraniana. Según las estimaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses, el gobierno de Volodimir Zelenski no resistiría más que unos días. En ese contexto, ofrecieron al Presidente Zelenski ser evacuado del país.
Ante este escenario tan pesimista, Zelenski respondió con una frase que es candidata a figurar en los libros de historia: «I don’t need a ride, I need ammo» («no necesito un aventón, necesito munición»).
La actitud del líder ucraniano, que no solo se mostró desafiante ante el invasor con su retórica, sino además se quedó en la capital, Kyiv, y se filmaba con frecuencia con un celular para confirmar su presencia en las calles de la ciudad, elevó el espíritu de su pueblo y reforzó su confianza para resistir al agresor.
El fracaso de la ofensiva a Kyiv
Las fuerzas de la Federación Rusa planearon una guerra breve. Tomar por asalto la capital, deponer al gobierno y cerrar el conflicto con una victoria rápida.
Para el efecto, organizaron una potente fuerza que se dirigió a Kyiv desde la cercana frontera con Bielorrusia (este país sirvió y aún sirve como base de operaciones para los rusos).
Para sorpresa del mundo entero y de los propios rusos, esta fuerza de ataque demostró severos problemas de desorganización y falta de equipamiento adecuado. Se formó un embotellamiento de alrededor de mil tanques, camiones cisterna con combustible, transportes con suministros y distintos tipos de vehículos militares, que formó una fila de 64 kms, casi la misma distancia entre Asunción y Paraguari.
Los ucranianos detuvieron el avance ruso en la localidad de Bucha, un suburbio de la capital donde se produjeron intensos combates, tras los cuales fueron denunciados crímenes de guerra perpetrados por los rusos, quienes según estas acusaciones, habrían ejecutado a civiles.
Las tropas ucranianas aprovecharon este importante inconveniente de su adversario, para lanzar una serie de ataques al convoy estancado en la ruta a Kyiv, generándole pérdidas suficientes como para frustrar su avance y obligarlo a retirarse.
La guerra en el Donbass
Donbass es un nombre que se lee y escucha con mucha frecuencia, cuando se presta atención a las noticias que provienen del conflicto.
¿Qué es el Donbass? El río Don atraviesa Ucrania de norte a sur. Las tierras al este del río Don, contienen a dos provincias (los ucranianos llaman a sus provincias «oblasts») que tienen una identidad cultural más próxima a Rusia, y donde el idioma de uso predominante es el ruso.
Desde 2014, separatistas de esta región, alentados y apoyados por el régimen de Putin, iniciaron una insurrección militar con el objetivo declarado de proclamar su independencia con respecto a Ucrania, y crear dos nuevas repúblicas. La República de Luhansk, al norte, y la República de Donetsk, al sur.
Desde entonces, una parte del Donbass ha quedado en manos de los separatistas y otra bajo el control del gobierno nacional ucraniano. Una de las excusas del gobierno ruso para invadir Ucrania -y decimos una porque dio distintos motivos en diferentes momentos- fue la supuesta intención de liberar a estas provincias de la opresión ucraniana, y defender su independencia.
Por lo expuesto, era de capital importancia para Putin y su gobierno, lograr capturar la totalidad de esta región. Para ello, se lanzó un ataque contra las posiciones ucranianas en Donbass, pero los ucranianos se mantuvieron firmes.
La ciudad más grande de esa parte del país, que cayó en manos rusas, es Mariupol. Una ciudad que se convirtió en un símbolo de la resistencia, ya que sus defensores resistieron allí un enemigo muy superior en números y material bélico, desde el primer día de la guerra hasta el 20 de mayo. El costo: la destrucción absoluta de la ciudad y la evacuación de sus habitantes.
El 30 de septiembre de 2022, contradiciendo el objetivo declarado inicialmente de independizar esta región, los oblasts de Luhansk y Donetsk, que habían sido reconocidos como repúblicas independientes por Rusia a inicios del año, fueron formalmente anexadas al territorio ruso. La ONU emitió una resolución que declara la anexión como ilegal y alienta a la comunidad internacional a no reconocer el cambio de fronteras.
Actualmente, la mayor concentración de tropas de ambos bandos tiene lugar en el Donbass, y es en este frente donde se producen los principales enfrentamientos.
La disputa por Jersón
Jersón es el nombre de una importante ciudad en el sur de Ucrania, capital de un oblast del mismo nombre.
Los invasores lograron capturar la ciudad y la mayor parte del territorio del oblast en las primeras etapas del conflicto. Una de las escenas más famosas de esta guerra, se produjo cuando la ciudadanía se manifestó en las calles de Jersón contra las fuerzas de ocupación. Cuando desde Moscú se declaró la anexión de Luhansk y Donetsk, también se anunció que Jersón pasaba a formar parte de Rusia.
El oblast de Zaporiyia, un territorio que se encuentra entre el Donbass y Jersón, también fue agregado al mapa del gigante ruso. Estas anexiones suscitaron cuestionamientos hacia Rusia, acusándola de emprender una guerra de conquista territorial, algo que en el pasado se aceptaba como común, pero que en el último siglo ha sido rechazada por el Derecho Internacional.
El 9 de noviembre pasado, el ejército ruso se retiró de Jersón, cediendo a la presión de una contraofensiva ucraniana. Actualmente, la ciudad y cerca de la mitad del oblast del mismo nombre, se encuentran nuevamente en posesión de los ucranianos.
Nombres que tenés que conocer
Grupo Wagner: Este es un grupo mercenario, fundado y dirigido por Yevgeny Prigozhin, un oligarca cercano a Putin, que ha dirigido operaciones de este grupo en muchos otros países, especialmente en África. El grupo Wagner ha sido motivo de varias controversias, entre ellas, el reclutamiento de prisioneros de cárceles rusas, crímenes contra la población civil de los territorios ocupados, y maltratos a sus propios soldados.
El propio Prigozhin amenazó a un grupo de reclusos, en un video que recorrió el mundo, que cualquiera de ellos que se negara a combatir, sería ejecutado. Al ser esta una unidad de combate que no responde a la jerarquía de las Fuerzas Armadas de Rusia, mantiene una tensión y rivalidad casi constante con el ejército.
Vitali Klitschko: Este hombre ganó fama internacional como campeón mundial de boxeo en la categoría de peso pesado. Luego de retirarse de los duelos en el ring, Klitschko se convirtió en alcalde de Kyiv. Cuando estalló la guerra, también se quedó en Kyiv y prometió contribuir personalmente a la defensa de la ciudad, si llegara a convertirse en campo de batalla.
Aprovechó su fama internacional para convertirse en un vocero de la causa ucraniana en medios internacionales.
HIMARS: Uno de los factores que explican la larga y exitosa resistencia ucraniana, es la provisión de material de guerra de parte de países europeos, y principalmente de EE.UU. Una de las donaciones más destacadas en este sentido, son los HIMARS (acrónimo en inglés para «Sistema de cohetes de artillería de alta movilidad«).
Los HIMARS, vehículos que transportan y lanzan misiles de alta precisión, se han convertido en una bendición para los militares ucranianos, y en una pesadilla para los combatientes rusos.
Gracias a este armamento, los ucranianos han logrado golpear desde larga distancia los depósitos de suministros, los centros de comando, las defensas y bases de su enemigo. Los rusos cuentan con una cantidad muy superior de artillería convencional, pero los HIMARS brindan a los ucranianos con mayor rango y precisión para bombardear objetivos.
Batallón Azov: Nació como una milicia independiente, cuando se desató el conflicto por el Donbass en 2014. Tuvo una destacada actuación, la cual en parte hizo posible que Mariupol se mantenga bajo control ucraniano en ese momento.
Sin embargo, la presencia mediática de Azov, se debe más a una circunstancia ajena a su destreza militar. Los fundadores de la unidad y gran parte de sus combatientes, eran radicales de ultraderecha y fueron acusados de ser nazis.
Eventualmente, la unidad fue incorporada oficialmente al ejército ucraniano, pasó a ser controlada por el gobierno y sus fundadores salieron del batallón.
Esto sirvió como pretexto al gobierno de Putin y a los medios de comunicación estatales rusos, para instalar la noción de que toda Ucrania está bajo el yugo de un régimen nazi, y que la «operación militar especial» (eufemismo utilizado por Moscú para referirse a la guerra), se justificaba por ser en realidad una cruzada para «desnazificar» Ucrania.
La guerra de tres días acaba de cumplir un año, y si bien es difícil pronosticar una fecha concreta para el cese de hostilidades, la mayoría de los analistas coincide en que lamentablemente aún queda mucha guerra por delante.
Mientras tanto, dos pueblos que hasta hace poco se consideraban cercanos y emparentados (a veces incluso en sentido literal, pues muchos ucranianos tienen familia en Rusia y viceversa), seguirán sufriendo el fenómeno de la guerra, tan elocuentemente definido por Paul Valéry:
«La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran».