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Una persona sonriente o que va de fiesta también puede ser depresiva

La depresión afecta a unas 280 millones de personas en el mundo, pero lamentablemente si no se trata a tiempo termina generando incapacidad y muertes que pudieron ser prevenidas. Cuando alguien se suicida, el entorno queda impactado por la noticia, ya que la persona en cuestión “era muy sonriente” o había salido de fiesta hace poco, pero lo cierto es que un requisito de la depresión no es justamente estar triste. Hoy, en el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, hablemos de lo realmente importante.

“¿Por qué estás en depresión si tenés todo?” o, “¿Cómo una persona tan sonriente y activa pudo suicidarse?”. Estas son algunas de las expresiones que demuestran los tabúes y el desconocimiento que existen entorno a la depresión, que es un trastorno mental, y el suicidio, que puede ser una consecuencia si no se actúa a tiempo.

Justamente por el miedo a hablar de los trastornos y del suicidio es que abunda la desinformación sobre un aspecto tan importante de la vida, como lo es la salud mental.

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Las características de la depresión se basan en la desesperanza por la vida o el desinterés por enfrentar algunas situaciones, la extrema negatividad, entre otros. El punto es que estos aspectos hacen que siempre pensemos que alguien que está en depresión es una persona que se pasa llorando todo el día, que nunca sale de su casa y vive aislada, sí, en algunos casos es así, pero en otros, lo que se ve es totalmente diferente.

En el artículo de The Conversation“, el medio de comunicación especializado en publicar investigaciones en este campo, publicado en 2019,  la experta en ansiedad y depresión de la Universidad de Cambridge, Olivia Remes, habló de lo que se conoce como la depresión sonriente.

Esto hace referencia a alguien que sonríe, que aparenta estar alegre frente a quienes le rodean, como un mecanismo de defensa, cuando en realidad está ocultando el sufrimiento que lleva por dentro y los síntomas depresivos.

Al respecto, la Dra. en Sicología María Teresa Galeano, señaló en comunicación con Latitud25, que incluso supo de casos de personas, que no solo se mostraban felices, sino que habían salido de fiesta y luego terminaron sacándose la vida. No obstante, afirmó que siempre hay señales de alerta.

Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión “puede causar gran sufrimiento a la persona afectada y alterar sus actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio”.

Los datos publicados a finales del año pasado por la máxima instancia de salud en el mundo, señalan que cada año se suicidan más de 700 000 personas y que además el suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.

No sabemos lo que hay detrás

Si bien podemos observar a alguien que está aparentemente feliz o consideramos que no tiene razones para sentirse mal, porque tiene una “vida ideal” con buen pasar económico, una casa, familia y un buen trabajo, esta persona puede estar pasando por un cuadro depresivo. “Puede tener pensamientos negativos, ya no es la misma persona”, agrega la especialista.

En ese aspecto hay que considerar dos cuestiones, que la depresión puede ser endógena, es decir, hereditaria, si es que en el árbol genealógico familiar que tuvo depresión, bipolaridad u otro trastorno o también puede guardar relación con traumas de la infancia que no fueron sanados y que fueron generando problemas con el autoestima o la seguridad.

“Pero independientemente a eso, en las depresiones endógenas, hay algo que gatilla, tienen que pasar situaciones externas que activen esa depresión, más que hacerse pruebas genéticas, es importante saber el árbol genealógico de las personas, más todavía porque vivimos en una sub cultura en Paraguay, en que los padres nunca le contaron al hijo de que ese abuelito que murió realmente, se suicidó”, señaló.

Explicó que por eso siempre pregunta a sus pacientes sobre su árbol genealógico, ya que la herencia influye mucho en la salud mental, así como se heredan las características físicas de las personas u otras enfermedades.

Nadie elige tener depresión, pero sí tratarse

La sicóloga María Teresa Galeano hizo un paralelismo con la diabetes, no es que uno elige tener esa enfermedad, porque eso no es una elección, pero apuntó que la diferencia está en que asuma que es diabética y mantenga un comportamiento para mantener a raya la diabetes.

Por otro lado, detalló que el tema de la depresión es un conjunto de factores, situaciones emocionales o existenciales que pueden tener que ver con la pareja –que nadie sabe– o de una historia familiar difícil.

“Muchas veces hay abusos que fueron tapados, enajenados, no es que una persona dice de la noche a la mañana: ‘Ahora quiero tener depresión y no me importa todo lo bueno que tengo en mi vida’. No, hay una historia detrás de cada persona que tiene depresión y esa historia es lo que muchas veces los familiares, el entorno no quieren aceptar”, remarcó.

¿Cómo saber quién tiene depresión?

El síntoma más importante es la desesperanza, las pocas ganas de vivir o de encarar la vida, también la recurrencia de los pensamientos negativos.

“Cuando yo no siento que soy una persona valiosa y todo el tiempo tengo en mi cabeza que todo lo que yo hago está mal o se siente una carga“, ejemplificó la sicóloga.

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Otra señal es el cambio en el hábito de sueño: no es solamente cuando no dormimos la cantidad de horas necesarias, sino cuando nos despertamos cansados al día siguiente y no tenemos ganas para nada. En ese punto hay dos tipos de trastornos de sueño; por exceso, que es cuando se duerme demasiado o por déficit, cuando casi no se duerme, se duerme poco o entrecortado.

Además, cuando la persona trabaja demasiado, es otro signo de alarma. Hay que preguntarle qué le pasa, preguntarse de qué está queriendo huir, de qué está queriendo escapar, porque si bien es bueno trabajar, hacerlo en exceso, también puede significar un problema.

Estos síntomas pueden significar una depresión cuando se vienen sosteniendo de tres a seis meses, remarcó.

Hacerse cargo de la situación

Si notamos estas alertas en personas de nuestro entorno, la especialista recomendó que nos tomemos el tiempo de hablar de frente, preguntar si hay algo que le está pasando y preguntar si puedo ayudar, mostrarle que hay cambios en su comportamiento y mensajes que envía de alguna manera, que no son al azar, que significan algo.

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También es importante instarle a ir a terapia. “Yo le suelo sugerir a mis pacientes a que encaren así: ‘¿por qué no hacés una consulta con el o la sicóloga para que te diga si está pasando algo?’, así ceden un poco más”, refirió.

En ese punto, hizo énfasis en que si alguien no tiene seguro o cómo pagar su consulta, tanto en el Instituto de Previsión Social –para los asegurados–, como en los centros de salud del Ministerio hay consultas gratuitas.

En este enlace puede descargar el directorio de Salud Mental del Ministerio de Salud.

Justamente, la buena noticia de todo este complejo tema es que si se diagnostica, hay tratamientos efectivos para la depresión, que van desde tratamientos psicológicos, como la activación conductual, la terapia cognitiva conductual y la psicoterapia interpersonal hasta los medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los antidepresivos tricíclicos, señala la OMS.

Una Guía para tu Salud Mental

En este punto, la sicóloga María Teresa Galeano habló de los actores neuroprotectores de nuestra salud mental, que pueden ayudarnos a mejorarla.

Actividad Física. Es súper importante mantenerse en movimiento, si uno no puede entrenar o hacer un deporte, aunque sea debe realizar media hora de caminata, porque al no movernos, no se producen las suficientes endorfinas y serotoninas.

Ritual del Sueño. Hay que monitorear el sueño, si me doy cuenta de que no estoy durmiendo bien hay suplementos naturales que se pueden tomar antes de la medicación química. También se puede hacer el ritual del sueño, que consiste desconectarse de las pantallas una hora antes de dormir, tomar una ducha tibia antes, tomar un té de tilo o pasiflora bien concentrado y usar ciertos ejercicios de relajación y respiración, que podemos encontrar en YouTube.

Círculo amigable. Es importante rodearse de gente que te genere afectos positivos, ir a lugares donde te sientas cómodo o cómoda, compartir con gente que aporte buenas vibras a tu vida, que te de afecto y contención. Ayuda mucho dejar de aislarse tanto, que es lo que estimula los pensamientos negativos.

Buena alimentación. También es importante tener una alimentación equilibrada y buena suplementación, ya que hoy en día hay suplementos que se pueden tomar para mejorar la salud mental.

Tener un hobbie. Hacer algo que realmente nos guste y que no sea una exigencia, es fundamental para relajarnos, porque estamos tan cargados de actividades que no nos permitimos conectar con nuestros propios gustos.

Poner límites. Hay que establecer límites fijos y decir no a todo lo que nos hace daño. Es necesario saber decir no, parar a las personas que pueden burlarse de uno o que hacen comentarios desagradables.

“Nos metieron esa idea cultural de que tenemos que ser buenos y poner la otra mejilla, o que el amor lo soporta todo. Jamás nos enseñaron que ser buenos no es solo dar lo que el otro te pide”, aseveró.

Estos son algunos consejos que te pueden servir para ayudar a otras personas y también para ayudarse a uno mismo.

Según explican los principales referentes de salud mental en el mundo, en base a estudios recientes, la otra pandemia que se vive ahora es de la salud mental, a causa de los efectos neurológicos causados directamente por la COVID-19, es decir, para quienes tuvieron la enfermedad, así como los efectos colaterales: pérdida de seres queridos, problemas económicos y el aislamiento.

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