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¿Sin ganas de ir al trabajo pero tampoco podés parar? Quizás es más que una simple pereza

Hay días en que a la mayoría le cuesta levantarse para ir al trabajo… Eso es relativamente normal, pero si esa falta de ganas de arrancar la jornada laboral, es constante e intensa, puede tratarse ya de algo más complejo que una pereza pasajera. El síndrome del Burnout o “trabajador quemado” explica esta conducta desde el punto de vista psicológico. ¿Cómo se manifiesta y qué se puede hacer para sobrellevarlo? Te contamos en este material.

Desgano, pérdida de la motivación, incapacidad para concentrarse e irritabilidad son algunos de los síntomas que presentan las personas que tienen el síndrome del Burnout.

Este agotamiento se incluye en la 11ª Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como fenómeno ocupacional.

Se describe en el capítulo de “Factores que influyen en el estado de salud o el contacto con los servicios de salud”, que abarca los motivos por los que las personas se ponen en contacto con los servicios de salud, pero que no se clasifican como enfermedades o afecciones, según la Organización Mundial de la Salud.

Al respecto, Latitud 25 contactó con la psicóloga Jessica Valdez Martínez, de República Dominicana, quien en varias oportunidades abordó materiales sobre este síndrome ocupacional.

La especialista explica que este síndrome siempre existió, pero señala que en esta situación de pandemia que se está viviendo, mayor cantidad de personas sienten este agotamiento.

En ese sentido, recuerda además que el Burnout está estrechamente ligado a los trabajos que tienen que ver con las relaciones interpersonales, es decir, en los que se entra en contacto con otras personas de manera más directa.

¿Cómo nos damos cuenta?

Uno puede detectar que tiene el síndrome del Burnout, cuando tiene una constante falta de energía, empieza a dejar de sentir placer por lo que antes sí sentía y hay una falta de motivación.

También puede generar otros síntomas como dolor de cabeza, insomnio, irritabilidad, cambios de peso, incluso mareos; todo eso porque la persona no está controlando bien la situación.

¿Qué puede generar este síndrome?

La psicóloga Valdez explica que una de las principales causas es cuando los trabajadores se niegan a hacer una pausa. Justamente una de las particularidades de este agotamiento es que las personas, a pesar de estar agotadas o cansadas no pueden parar y “eso te quema hasta un punto en que colapsás”, resaltó.

También se genera en un ambiente en el que el empleado siente un abuso por parte del empleador. Por ejemplo, cuando trabaja más de ocho horas, recibe una pago inadecuado a sus labores, tiene una alta demanda laboral –cada vez más trabajo–, siente una disconformidad con los compañeros de trabajo o con los jefes; cuando lleva mucho tiempo sin cambiar de ambiente laboral y si siente que no se le trata adecuadamente.

Incluso, con el home office, a causa de la pandemia, mucha gente debió pasar más tiempo en el mismo ambiente laboral, haciendo que todos estos elementos se agraven más.

¿Tiene solución?

La especialista aclara que sí se puede aliviar este síndrome, en primer lugar reconociendo que uno no puede con todo. “El trabajo no es la vida, es parte de la vida”, enfatiza.

En ese sentido aclara que muchas veces los últimos en enterarse de lo que está pasando son los jefes. No obstante, asevera que un buen líder debe ser capaz de percibirlo y buscar una manera de arreglar la situación porque eso le conviene también a la empresa, ya que un trabajador cómodo, es un trabajador productivo.

Eso implica hacer sesiones y reunirse. “En toda reunión de trabajo tiene que haber algo que se llame catarsis”, resalta.

Por otra parte, apunta a que una responsabilidad importante para la mejoría también se basa en un trabajo personal de la persona que lo está viviendo. Valdez señala que muchas veces la gente que padece el síndrome de Burnout, no se hace de tiempo, por ejemplo, para comer. Entonces si le está pasando esto, es cuestión de organizar los horarios.

También reitera la importancia de dormir bien. Insta a las personas a cuidarse, a reconocer cuando uno está cansado y ya no puede seguir con alguna tarea. “Lo que uno tiene que entender es que nadie lo va a ayudar, tu tienes cuidar de ti, como nadie lo va a hacer”, concluye.

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