Hoy la justicia argentina cerró un caso emblemático contra la violencia desmedida, la xenofobia y el odio. La condena del crimen de Fernando Báez Sosa, a los ocho rugbiers que perpetraron el hecho, representa un hito en el abordaje y sanción a este tipo de casos, que se vienen repitiendo con cierta frecuencia.
A las 13:17 inició la lectura de la sentencia por parte del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores. El mismo está integrado por María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia.
Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Tomás Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fueron condenados a cadena perpetua. Es decir, a 35 años de prisión, por la autoría del homicidio –doblemente agravado con premeditación y alevosía– de Fernando Báez Sosa.
Asimismo, los otros tres rugbiers Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi fueron condenados a 15 años de prisión. Estos últimos fueron considerados partícipes secundarios penalmente responsables de homicidio doblemente agravado, premeditado y con alevosía, en concurso real con lesiones leves.
Luego de que se diera a conocer el veredicto, Máximo Pablo Thomsen se desmayó, por lo que se interrumpió la transmisión. Siendo aproximadamente las 13:34, se retomó la transmisión para continuar con la lectura complementaria de la sentencia y concluyó unos minutos después.
Burlando apelará fallo de 15 años de prisión para tres rugbiers
Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa, explicó –en primer momento– que los condenados tienen aún la posibilidad de apelar ante la máxima instancia nacional. Esta una atribución que existe por el tipo de la pena (prisión perpetua).
Asimismo, Burlando apuntó a que va a apelar la condena de 15 años de prisión a los otros tres rugbiers.
“Lo que no se entiende y por eso vamos a hacer una profunda lectura del fallo, es cómo a estas tres personas le benefician con el papel secundario. Lo único que se vio es a una criatura pedir clemencia. Este Tribunal tuvo clemencia con tres de los imputados de manera irracional”, afirmó ante los medios de prensa.
“Nadie tuvo contemplación, nadie tuvo piedad de Fernando. Con tres de esta banda, tuvieron contemplación que ellos no tuvieron. ¿Thomsen se desmayó? Así lo pegaron a Fernando, desmayado”, manifestó antes de retirarse.
Antecedentes
Fernando Báez Sosa tenía 18 años de edad, cuando fue de fiesta a un boliche de la ciudad de Villa Gesell, Argentina. En esa madrugada, del 18 de enero de 2020, fue asesinado a golpes y patadas sin poder defenderse.
Los ocho rugbiers, acusados como partícipes del hecho, pasaron tres años detenidos antes de saber la condena. Máximo Pablo Thomsen, tenía 20 años en el momento del asesinato; Ciro Pertossi, 19 años; su hermano Luciano Pertossi, 18 años; el primo de estos dos, Lucas Fidel Pertossi, 20 años; Matías Franco Benicelli, 20 años; Blas Cinalli, tenía 18 años; Ayrton Michael Viollaz, 20 años, y Enzo Tomás Comelli, tenía 19 años.
La investigación del caso estuvo a cargo de los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García. Ambos en juicio presentaron acusación por homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas.
El pasado 25 de enero, tanto la Fiscalía, como la querella, ejercida por los abogados Fernando Burlando, Fabián Améndola y Facundo Améndola, solicitaron cadena perpetua para los acusados.
Por su parte, el abogado defensor de los rugbiers, Hugo Tomei, buscaba una absolución de los acusados o una condena por homicidio en riña. Este tipo de hecho punible tiene solo una expectativa de pena de hasta seis años.
“No pienso perdonar a nadie”
Los padres de Fernando Báez Sosa, Graciela Sosa y Silvino Báez, oriundos de Caazapá (Paraguay) durante estos tres años, pidieron incansablemente, justicia para su hijo.
Con profundo pesar, don Silvino dio declaraciones tras la última audiencia del juicio por el asesinato de Fernando.
“No pienso perdonar a nadie, yo no soy nadie para perdonar (…) No le guardo rencor a ese asesino, pero no lo perdono. Acá el único que perdona es nuestro creador,” manifestó.
“Yo ya perdí todo, no tengo con quién compartir todos mis sueños ni la esperanza de tener algún día unos nietos. Ver a mis hijos convertirse en un hombre responsable”, agregó.
“(Fernando) Era mi amigo, mi compañero, mis momentos más duros de mi vida siempre él estuvo conmigo, con mi mujer”, señaló además con mucho pesar.
No debe terminar en la condena, hay que avanzar hacia la prevención de la violencia
El sociólogo José Antonio Galeano, había analizado desde el punto de vista sociológico los factores que pueden influir en un comportamiento desmedido que se lleva a cabo en grupo. Con respecto al caso puntual, del asesinato de Fernando Báez Sosa, señaló que sí es necesario evidenciar que las peleas pueden salirse de las manos, no debe quedar en lo individual.
Resaltó que para prevenir casos futuros de violencia de este tipo, no basta con la sentencia de cárcel. Agregó que se requiere de acciones a nivel social.
“Se tiene que generar todo un movimiento de concienciación que es mucho más difícil, porque es algo cultural. Hay que reforzar los componentes educativos, aleccionadores. Que se hagan charlas acerca de no la violencia, acerca del comportamiento de las fiestas. Esto no significa que hay que dejarle libre a estas personas”, enfatizó.
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Hizo énfasis que es importante sancionar, pero en estos casos no se está considerando la prevención. Acotó que para prevenir falta el elemento educativo o de conciencia, campañas grandes e incisivas, que ayuden a evitar que sigan ocurriendo casos como esos.