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La discriminación y el odio siguen matando personas, y Gabi Cabrera fue una de ellas

El caso de Gabriela Cabrera (23), hallada muerta la semana pasada, deja entrever una lamentable realidad a la cual el Estado paraguayo ha sido indiferente desde siempre. Según investigaciones, desde 1989, 63 mujeres trans fueron asesinadas y solo un caso condenado. Para la abogada trans, Kimberly Ayala, la intolerancia y la discriminación que sufrió Gabi desde siempre, fue lo que terminó con su vida.

El pedido de justicia retumba una vez más en las voces de la sociedad, esta vez por el caso de Gabriela Cabrera (23), quien fue encontrada muerta el jueves 11 de noviembre. En marzo de 2021, la mujer trans fue golpeada, maniatada y lanzada a un arroyo de la ciudad de San Lorenzo, tras ese episodio, fue atendida en el Hospital de Calle’i. Las denuncias fueron radicadas en su momento.

Días antes de su muerte, el domingo 7, fue golpeada brutalmente por un grupo de personas. Hasta el momento, ni los forenses ni la Fiscalía pueden determinar el motivo de su muerte y tampoco identificaron a los agresores, pero al menos hay una investigación en curso.

De su caso se hicieron eco varios medios y ahora resuena el pedido de justicia para Gabi. Sin embargo, la historia señala que este caso de violencia sistemática a personas trans no solo no es el primero, sino que la mayoría de los episodios no fueron investigados, condenando a toda una comunidad a la indiferencia social y una injusta marginación que las impide trabajar, estudiar y desarrollarse como personas.

“Olvidadas hasta la muerte”, es una investigación elaborada sobre asesinatos a personas trans durante el período democrático en Paraguay, desde 1989 hasta 2013, que registra un total de 62 asesinatos que hasta hoy día están impunes en nuestro país.

“El odio mata”

La abogada trans Kimberly Ayala lamentó lo que sucedió con Gabi e hizo énfasis en los casos anteriores que quedaron en la nada. “En este país reina la impunidad, si la impunidad reina por sí para toda la población, para la población trans es el doble”, enfatizó.

En ese contexto, señaló la importancia de empezar a hablar en Paraguay de los crímenes de odio, figura que sí existe en otros países, pero que nosotros aun no hemos reconocido como tal.

“Infelizmente nuestro Código Penal no contempla los crímenes de odio, pero es algo que ya deberíamos ir solicitando como sociedad, como organizaciones civiles que tenemos en el país, para contemplar esa figura, para que las penas sean mayores para las personas que cometen este tipo de atrocidades en contra de los derechos humanos”, aseveró.

“La discriminación efectivamente mata, porque a ella le discriminaron, a ella le pegaron. No sabemos todavía qué fue lo que le pasó a Gabi, pero al final lo que le llevó hasta ahí fue el odio, la intolerancia y la discriminación que sufrió durante toda su vida, eso fue lo que le mató a Gabi”, puntualizó Kimberly.

Un avance

Dos comisiones del Senado, la de Derechos Humanos y la de Equidad y Género se expresaron esta semana repudiando la violencia de la que fue víctima Gabriela Cabrera.

Al respecto, la activista por los derechos Humanos, Mirta Moragas, dijo en comunicación con Latitud25 que para un país tan conservador, como Paraguay, este es un avance considerable.

“En un país en que muchas autoridades guardaron silencio, le tuvimos a un Cartes que dijo que si tenía un hijo gay se iba a pegar un tiro en las bolas… Es decir, de eso a que una Cámara del Congreso repudie un asesinato de una persona trans y pidan investigación yo creo que hay un paso que se da”, expresó.

A su vez, Kimberly Ayala resaltó que siente cierta apertura de las instituciones del Estado. “Hoy día podemos decir que el Poder Legislativo viene pronunciándose respecto a estos casos y eso es un logro muy importante”, apuntó.

Se puede hacer más

Si bien tanto Mirta Moragas como Kimberly Ayala calificaron de positivo este manifiesto por parte de las comisiones del Senado, afirmaron que estos estamentos tienen la posibilidad de hacer más por la comunidad trans.

Kimberly señaló que, como persona trans, siente una especie de amparo pero no de seguridad, porque argumentó que ese manifiesto puede quedarse solo en palabras y no aplicarse a la realidad.

“Acá lo que tenemos que tratar de hacer es que esas iniciativas que promueve la Cámara de Senadores haga posible que las autoridades apliquen las normas de carácter internacional y las normas de derechos humanos para que eso pueda ser una realidad”, manifestó.

En esa misma línea, Mirta Moragas, coincidió en que ambas comisiones, al ser del Poder Legislativo tienen la posibilidad de hacer algo más como, por ejemplo, aprobar el proyecto de ley contra toda forma de discriminación que aun está archivada en la Cámara de Senadores y en segundo lugar deben trabajar con la comunidad trans para redactar, presentar y tratar un proyecto de ley que reconozca la identidad de género de las personas transgénero.

Discriminación en todas partes

Kimberly Ayala, comentó su experiencia en el ámbito judicial, durante una entrevista en RadioCast25. Comentó que desde que juró como abogada, el 13 de noviembre de 2020, empezó a trabajar en derecho y en varias ocasiones sintió algún tipo de discriminación.

“Muchas veces cuando llegamos a un local, la gente quiere hacerse de la desentendida, realmente no te atienden acorde como debería ser, como una profesional, es difícil para muchas personas, porque justamente no se ve a las personas trans en el ámbito laboral, como el derecho. Hay gente que cree que no tenés la capacidad para ejercer tu profesión”, indicó.

Agregó que eso no solo sucede con la población trans, sino con todas las poblaciones que están en una situación de vulnerabilidad, pero aseguró que la población trans es más menospreciada y menoscabada justamente por no tener salidas laborales y ejercer la prostitución, como único medio de vida.

Cabe señalar que según investigaciones, la expectativa de vida de una persona trans es de solo 35 años, justamente por la falta de acceso a derechos básicos, de oportunidades laborales que no guarden relación con la prostitución, además de la violencia que existe hacia esta población.

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