Cuando surgen escándalos vinculados a la divulgación de videos porno grabados voluntariamente las preguntas que se suelen leer en las redes sociales giran en torno a sus motivaciones para realizar algo así o si el riesgo que toman es una experiencia consensuada por ambas partes.
Un debate de este tipo surgió esta semana con el escándalo en relación al supuesto video de un jugador de Olimpia que se filtró en redes sociales y que motivó una avalancha de comentarios en relación a los recaudos que se deben tener en el almacenamiento de este tipo de materiales en los dispositivos móviles, sobre todo, considerando que hay una segunda persona involucrada.
La licenciada en Psicología Clínica y Sexología, Rocío Paredes, resalta que la incorporación de los dispositivos digitales como el celular y el auge de las sociales, así como varios tipos aplicaciones, también inciden en el aumento de la grabación de las relaciones sexuales.
La especialista en salud mental aclara que si bien, esta no una práctica nueva, cobra notoriedad cuando se viraliza el video íntimo de alguna personalidad famosa. Esto a su vez, ubica en la vidriera las nuevas manifestaciones del sexo contemporáneo.
¿Cuál es la motivación que hay detrás de este acto?
Rocío Paredes afirma que la mayoría de las parejas se graban durante el acto por curiosidad o por alguna una fantasía sexual, con el objetivo de obtener placer.
“Sin calificarlo como bueno o malo, tiene sus beneficios como el de mejorar la satisfacción sexual, estimular el juego erótico y la salida de la temida rutina, pero también es un riesgo, por eso debe ser una decisión personal, en la cual es primordial la confianza y el consentimiento mutuo”, enfatizó.
Ante un deseo como este, la profesional sugiere hablarlo con la pareja, tomar precauciones para que el compartir mensajes, audios, fotos o videos íntimos, dentro de lo que se conoce como sexting, sea seguro.
Sin embargo, recalcó que en muchas ocasiones las grabaciones se realizan con la excitación del momento, sin tener muchas precauciones, lo que después trae varias consecuencias a nivel social y psicológico.
Sería bueno hablar con la pareja antes para tomar la decisión y después para chequear si fue negativo o positivo, puede servir mucho la retroalimentación de la experiencia, recordemos que el cerebro es el mayor afrodisiaco que tenemos.
Tan ineludible como el forro, es el consentimiento
La sexóloga asevera que el consentimiento es fundamental en esto, “es como la nueva ‘prueba de fuego’ diría yo, porque hoy podés amar, confiar, pero mañana no se sabe, teniendo en cuenta que las relaciones cada vez son más pasajeras. Es recomendable que ese consentimiento sea verbalizado, no caer en suposiciones, manipulaciones ni presiones para que la otra persona acceda”, apuntó.
Sin embargo, en muchas ocasiones, se da que ese consentimiento no es explícito o simplemente no se llega a dar, por lo que, si el material se llega a publicar puede tener un impacto muy negativo en la persona que no estaba al tanto de la situación.
Para uno puede ser placentero, para el otro una pesadilla
La especialista en salud mental resalta que, para algunos, filmarse puede ser una experiencia satisfactoria y positiva para la salud sexual todo cambia cuando no hubo consentimiento.
“Es importante informar sobre los riesgos de que ese video íntimo se comparta, como es el estar expuesto a la crítica de los demás. A cada persona le afecta de manera diferente, para algunos conforme a su personalidad, puede ser algo sin mucha trascendencia”, explicó.
No obstante, aclaró que cuando se hace a espaldas del otro, o si una persona lo hizo solo impulsada por la presión de su pareja, esto afecta conforme a sus creencias, estatus, vínculos, y que todo esto a su vez, repercute en la autoestima.
“Una vez que una persona se vio afectada y no recibe contención, puede aflorar en otros problemas como la depresión, ansiedad o estrés”, agregó.
Otro peligro es la sextorsión, cuando una de las partes se ve amenazada generalmente tras una ruptura, con la difusión del video y le exige algo a cambio de no compartirlo, dinero o favores sexuales.
“Hay que entender que la amenaza y/o difusión de un video íntimo constituye un delito y se debe denunciar”, aseveró.
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¿Influye la pornografía en esta práctica?
La especialista respondió que la influencia de la pornografía puede ser significativa, y que mucha gente accede a la pornografía tratando de encontrar respuestas sobre un tema, cuando poco se habla desde lo científico, lo que termina siendo un riesgo, ya que no refleja la realidad.
“En lo que atendí en consultorio, muchas veces las primeras experiencias sexuales se dan a “ciegas” o por imitación con la ayuda de estas pelis, solo que estos videos pornográficos se alejan un poco de la realidad muchas veces, son una megaproducción de una industria para generar ideales de cuerpos, tamaños y frecuencia”, comentó.
Atravesar la pesadilla y sus secuelas
Paredes resaltó que desde el punto de vista psicológico, golpea la autoestima positiva o negativamente a partir de la crítica, esto teniendo en cuenta que una de las personas queda como la ídola y a veces a la otra persona se la juzga mal, ya que la gente tiende a tomar partido, como en toda película que vemos.
En el caso de los adolescentes, muchos se introducen al mundo a través de las redes sociales, construyen muchas veces una realidad distorsionada en la que es muy importante la crítica y la aprobación.
“En algunas personas puede generar ansiedad, llevando hasta la depresión que si no es tratada puede llevar a la autolesión motivados por sentimientos de culpa. Ya se dieron casos de suicidio a nivel mundial y local, al no saber manejar la exposición de algo tan íntimo que en teoría debió ser cosa de dos y terminó en manos de un número infinito de personas”, concluyó.
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